Cada comienzo de año, como si se tratara de una tarea obligatoria, todos nos hacemos listas sobre qué mejorar en el año que empieza.
Mis amigos y yo nos hemos planteado como prioridad para este año “mejorar nuestra productividad” para poder “invertir mejor nuestro tiempo”. Y esto no significa necesariamente dedicar más tiempo al trabajo, sino que el tiempo sea de mejor calidad. Porque la productividad nada tiene que ver con largas jornadas laborales. Se trata de gestionar el día para conseguir el máximo rendimiento.
Ladrones de tiempo
Cuántas veces nos distraemos y hacemos un mal uso del tiempo realizando tareas secundarias que lo que hacen es apartarnos del objetivo inicial, lo que nos lleva a que el rendimiento no sea el esperado. Tened cuidado con las personas que dedican las ocho horas de trabajo a hablar sin parar (son uno de los llamados “ladrones de tiempo”) y que nos distraen de modo permanente. Hay otros ladrones de tiempo, como la falta de organización, la impuntualidad…