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El blog de Tomás Simón

empresas

Las apariencias engañan

16 marzo, 2022 Tomás Simón HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

Con este título quiero hacer una reflexión sobre cómo identificar a las personas que dicen trabajar mucho y además están ocupadas permanentemente, sin estarlo. Son los profesionales del escaqueo, que se venden muy bien y que aparentan estar muy activas; perfiles que, además, tras las apariencias, coinciden siempre que son también los más “pelotas” de sus jefes.

Vivimos en un mundo donde le concedemos mucha importancia a las “apariencias” y lo hemos convertido en normalidad. Cada vez es más habitual encontrarse con este tipo de personas, que saben venderse mejor que otros que, en realidad, son mucho más productivos. Y nos olvidamos del dicho popular de que “las apariencias engañan”.

El profesional del escaqueo trata de reclamar siempre la atención del jefe.

Presentan en general todos ellos las mismas formas de proceder: contestan a los e-mails sin mirar lo que se les solicita, con mucha rapidez para mostrar eficacia, pero sin aportar ninguna solución a lo demandado en el correo. Cuando el asunto vuelve a surgir por estar pendiente de resolver, actúan como si fuera la primera noticia que tienen y te dicen aquello de “¡déjame que lo mire!”, “¡investigo!”, y así pueden proseguir y procrastinar hasta el año siguiente.

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Una decisión no tomada es una deuda no pagada

20 abril, 2021 Tomás Simón HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

Conozco en mi entorno personal y profesional personas que todavía piensan que, en el trabajo, cuantas más horas trabajes, mejor. Y no se paran en ningún momento a pensar que la realidad es bien distinta.

Todavía hay directivos que consideran que hay que “llegar el primero y marcharse el último” y no parar de trabajar. Sin embargo, deberían dedicar más tiempo a pensar que a ejecutar. ¿Es posible que un directivo con una agenda ‘superapretada’ y cargada de reuniones pueda encontrar tiempo para pensar con claridad en el corto y medio plazo?

El mal de la desorganización

Estas personas probablemente padecen una enfermedad que se llama “desorganización”, que les impide planificar a su equipo. Ah!, y luego nos encontramos con aquellos que trabajan la mitad de lo que dicen y tratan de dar ejemplos con correos a deshoras y utilizando un lenguaje impositivo.

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Arrogancia frente a sensatez

23 septiembre, 2015 Tomás Simón 1 COMENTARIO

En Sin categoría

Durante mis vacaciones me ha dado por pensar el porqué desaparecen algunas empresas que tenían un gran éxito y que parecían inmunes a la competencia. Y la conclusión a la que he llegado es que quizás esta evolución del triunfo a la crisis se deba a que han sucumbido a hábitos tan perversos como la arrogancia, ya que se obsesionan con el volumen o porque llegan a perder la perspectiva. Es decir, porque “están encantados de conocerse”.

La arrogancia viene cuando uno no sabe digerir el éxito y cae en la trampa de la ausencia de autocrítica (tan necesaria) y la prepotencia. Los halagos por parte de los competidores y la admiración real o fingida de los clientes llevan a atrofiar el ego de los directivos y el del colectivo de la empresa. De este tipo de patología empresarial existen abundantes ejemplos, que, por no nombrar ninguno del sector eléctrico, se puede hallar en el sector del automóvil, del informático o de los grandes almacenes:

  • General Motors (GM) disfrutó de buenos resultados durante gran parte del siglo XX, llegando a obtener el 40% de cuota del mercado. Sin embargo, no prestó atención al acercamiento que se estaba produciendo de otros fabricantes más pequeños, de inferior calidad y más baratos. Eso no impidió que estos fabricantes se aprovecharan de una de sus ventajas más competitivas, el canal de distribución.
    GM no pensó en ningún momento que el consumidor americano podría comprar coches asiáticos. El resultado fue que Toyota, Honda e Hyundai le arrebataron una significativa parte del mercado, lo que hizo que el gigante norteamericano perdiera el liderazgo del que disponía.
  • IBM tiene una historia parecida al no creer en la aparición de los “ordenadores clónicos”, a los que no consideró como una amenaza. Lo que sucedió es que los clónicos se hicieron muy populares y, a continuación, aparecieron los PC’s de marcas como Dell, Compaq, Acer…, lo que provocó que IBM perdiera rentabilidad en esa área y tuviera que vender la unidad de negocio de PC a la compañía asiática Lenovo.
  • Algo similar ha ocurrido en España con las “tiendas tradicionales”, que no temían la llegada de El Corte Inglés porque estimaban que sus clientes les iban a ser fieles, como lo habían sido toda la vida. Y, finalmente, no sólo acaban cerrando el negocio, sino que en algunas ocasiones también vendiéndoselo al gran almacén.

Moraleja: en el mundo de los negocios es muy difícil llegar arriba, pero es mucho más difícil mantenerse. Y no hay nada que dé más pena que la empresa que en su día fue “floreciente” ahora se encuentre en decadencia y apatía.

En mi opinión, lo importante es saber combatir la arrogancia empresarial con la sensatez, el contacto con la realidad y el pensamiento de que siempre se puede mejorar. Y para que las empresas sean sensatas, sus directivos tienen que ser sensatos. Esto, que parece muy sencillo, puede ser muy difícil en épocas de vacas gordas, en momentos donde los números salen siempre y los balances son excelentes. En definitiva, es indispensable para las empresas y sus directivos tener la cabeza fría en buenos y malos momentos.

¡¡Por favor, sed sensatos y nunca arrogantes!!

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Tomás Simón

Tomás Simón

Después de acabar la carrera de Ingeniería Industrial, aterrizo en el sector eléctrico en 1986 comenzando mi andadura profesional con el colectivo de instaladores, en FENIE (la Federación Nacional). Posteriormente, he pasado por el resto de estamentos del canal profesional, es decir, por la distribución de material eléctrico: comenzando en ABM Rexel, entonces MISA, para posteriormente recalar en Ramos Sierra, así como en el ámbito del fabricante de material eléctrico (Lledó Iluminación, Indalux y Orbis Tecnología Eléctrica). También desempeñé el cargo de director comercial de la empresa distribuidora Lucero de Levante y asumí a posteriori la dirección comercial de Inael Electrical Systems.

Finalmente, a comienzos de 2022, he retomado la empresa que inicié en 2014, CONSULTA T Global Services, ofreciendo servicios de consultoría, dentro del sector eléctrico.

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