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El Blog de Ricardo J. Hernández

La Barcelona más logística

8 junio, 2020 Ricardo J. Hernández HAZ UN COMENTARIO

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Hoy iba a ser un gran día y no por el cambio de fase. Hubiera sido la víspera de la puesta en marcha de la Barcelona más logística. Como en los últimos 22 años. Como yo, muchos se hubieran puesto en camino para llegar puntuales a la Plaza de España de la Ciudad Condal. Al recinto más tradicional de Fira Barcelona. Mañana, 9 de junio, se hubiera inaugurado la 22ª edición anual consecutiva del SIL, el Salón Internacional de la Logística y la Manutención de Barcelona. Por primera vez en más de dos décadas, logística, junio y Barcelona no serán una misma palabra. Extrañamente, no estaremos allí.

Esta semana somos huérfanos de feria, de apretones de manos, de ver y ser vistos. De negocio y conocimiento. Nos falta lo que no nos ha faltado desde 1998, cuando una jornada logística fuera la antesala del primer SIL, un año después. Por voluntad de Enrique Lacalle, secundada y relevada más tarde por la que hoy es directora general del SIL y managing director del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, Blanca Sorigué. Muchos no hemos faltado nunca a la cita, pero la orfandad compartida es apenas consuelo.

Lo que no han conseguido las crisis económicas ni la aparición de serios competidores en un mercado estrecho como el de las ferias logísticas en España, lo ha conseguido otra crisis, de salud, convertida en inesperada y brutal pandemia.

Barcelona y el SIL. El principio de casi todo                               

Podría decirse que con el SIL empezó todo. Como poco, la visibilidad a mayor escala del sector logístico en España, que entonces apenas contaba con las jornadas que organizaban periódicamente el CEL y el ICIL y con algunos fallidos intentos de feria logístico-industrial.

En 1999 ese escenario cambió. La Barcelona más logística se vistió de gala durante cuatro días con una nueva fórmula ferial que hoy nos parece tan habitual como irrenunciable: sumar a la oferta ferial convencional (stands) la congresual, con peso específico propio y con muestra de conocimiento sobresaliente.

Desde entonces, con vaivenes al hilo del entorno económico que tocara, con cambios de sede y reinvenciones constantes para ser igual sin ser lo mismo, asumiendo críticas casi permanentes y no siempre justificadas, SIL ha conseguido que la profesión logística nacional y en buena medida internacional (especialmente latinoamericana) se movilizara en torno a la primera semana de junio para ir a Barcelona. Este año, no.

Nos van a faltar esos paseos arriba y abajo del suave plano inclinado del Pabellón 8, las citas casi siempre repletas del Congreso y sus diferentes convocatorias, las ruedas de prensa, las comidas “cuarteleras” del recinto ferial, la Nit de la Logística y sus premios, el barniz político protocolario con su precario equilibrio entre lo nacional y lo local. Y, sobre todo, las personas. Compartir los tres días actuales del salón con organizadores, clientes, proveedores, prensa, expertos, colegas, etc.

Mañana debería haber comenzado la 22ª edición del SIL. Tendremos que esperar. El Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, su entidad organizadora, ha vuelto a reinventarse, por este año, mientras pasa la tempestad. Habrá logística en Barcelona. Será en octubre. Y de otra manera. Una fórmula transgresora, virtual en gran parte, que todavía cuesta entender y que ahora necesita mucha difusión y buenas dosis de comunicación.

Pero hoy es 8 de junio, víspera de la Barcelona más logística. Y añoro lo que ni siquiera será. Añoro el SIL.

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Toque de atención logístico desde Corea del Sur

1 junio, 2020 Ricardo J. Hernández HAZ UN COMENTARIO

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Corea del Sur nos ha ofrecido este fin de semana un severo toque de atención logístico. La corea democrática se puso como ejemplo de gestión de la pandemia muy pronto. Escasa incidencia. Pocos fallecidos. Rápido control del COVID-19. Responsabilidad extrema de sus habitantes… Pero por los rebrotes del los últimos días, parece que no todo era perfección. Eso sí, podemos sacar una valiosa lección para nuestro sector.

El mayor distribuidor a través de comercio electrónico de productos de consumo del país asiático, dispone de una gran plataforma logística en Bucheon, al norte del país, muy cerca del famoso paralelo 38 que divide ambas Coreas. Más de 4.100 personas trabajan allí cada día. Y en esa nave logística es donde se ha producido uno de los rebrotes. Alrededor de 70 contagios en esta instalación de distribución on-line, la mayor del país, una especie de “amazon” local. Las autoridades dan por seguro que ese brote irá a más, dada la densidad de trabajadores en la plataforma y la velocidad con la que se han producido los contagios.

Desde el principio de la pandemia la logística ha estado en el foco de las actividades imprescindibles y “balsámicas”. Para cubrir las necesidades de lo esencial y para ser una válvula de escape –nunca mejor dicho- sobre todo en las compras on-line de lo menos imprescindible con que olvidar el agobiante entorno que aún nos acompaña.

Las tensiones han sido enormes. Las exigencias, superlativas. La dedicación, extenuante. Y los riesgos estaban ahí. La logística ha conseguido parte del ansiado protagonismo que reclamaba de la gente de a pie, que ha reconocido su labor, a base de una respuesta magnífica y casi inesperada.

Respuesta a la sociedad, sí. Negocio, también, pero ¿qué hay de la seguridad? Ahí es donde hay que poner un gran foco, donde está ese importante toque de atención y desde donde se puede extraer una valiosa lección para no caer en el mismo error.

El iceberg de los centros logísticos

Especialmente desde que llegó el COVID-19, todos los centros logísticos y en especial los dedicados al comercio electrónico, están siendo un hervidero de actividad. Mucho trabajo, miles de operaciones y oportunidades comerciales –alrededor de un panorama económico nada alentador- son la parte del iceberg que sobresale del agua.

Por debajo, más mercancía, operaciones intensivas, turnos que se suceden y personal propio que crece (reponedores, preparadores, carretilleros, empaquetadores, personal de muelle, administración, gestión, etc.) y comparte al menos una parte de su espacio con otro personal ajeno que va y viene (transportistas, entradas y salidas de mercancía, técnicos de mantenimiento, etc.).

Y todo en un espacio que no ha crecido porque no ha habido tiempo para traslados, ni escenario estable que lo aconseje por ahora. Espacio finito y personal creciente en movimiento (por automatizada que esté la instalación), es un cóctel favorable al contagio y su expansión.

Instalación logística coreana antes del COVID-19

No se puede jugar con la suerte. Hasta los países señalados como ejemplo, pueden equivocarse. Por eso las medidas de distancia e higiene y los protocolos, deben ser muy estrictos. Sin bajar la guardia. Es mucho lo que nos jugamos. Administración, colectivos, empresarios… todos deben mirar por minimizar, controlar y gestionar adecuadamente ese riesgo latente. Ojo al toque de atención.

No va a ser fácil. Los eslabones de la cadena logística se tocan inevitablemente. Pero es un objetivo tan importante como los asumidos hasta ahora. Va mucho en ello. Nada menos que dar pasos atrás.

Cuídense y cuiden sus instalaciones logísticas. Esto aún no se ha terminado.

#Quédate en casa… cuando debas hacerlo

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Es la hora de vender. Es la hora de comprar

25 mayo, 2020 Ricardo J. Hernández 1 COMENTARIO

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Lunes 25 de mayo. Ha llegado la hora de vender. Y de comprar. O lo que es lo mismo, de realizar actividad comercial. Hemos amanecido esta mañana en un escenario casi tan nuevo como el que vivimos el lunes 16 de marzo, cuando se implantó el estado de alarma.

Las fases hacia la normalidad están en marcha. Incluso el Gobierno, empujado y presionado por la descomunal brecha económica y apuntalado por las buenas estadísticas del COVID-19, ha animado este fin de semana al turismo y anuncia que algunos territorios dejarán el estado de alarma en muy pocos días. Nos acercamos a la realidad que siempre hemos conocido. Es hora de vender.

Hasta ahora hemos sobrevivido en un entorno que ha consumido 70 días de calendario, aunque a todos nos hayan parecido 70 veces 7. Supervivencia que en lo comercial y en logística ha reflejado, al menos, la actividad de algunos sectores que han trabajado a tope. Aunque no han sido todos. La crisis también ha dejado aquí una huella profunda.

Pero esto debería empezar a ser el ayer. Y hoy empieza a ser el mañana. La palabra crisis (sin que deje de existir) debe dar paso paulatinamente a otras: recuperación, actividad… Y la frase más repetida en los departamentos de marketing, “está todo parado” debe cambiar por “tenemos acciones en marcha en todos los canales”. Porque es la hora de vender.

El marketing, la publicidad y la comunicación hoy tienen una ventaja que no tenían las compañías hace 40, 50 ó 100 años: la omnicanalidad de un abanico inmenso en el que cada medio y canal que se ha sumado en un siglo no ha expulsado a ninguno anterior : fuerza comercial y relación personal, ferias y eventos, prensa escrita, radio, televisión, Internet, redes sociales, comunicación digital, webinars… Es el momento de utilizarlos todos porque ahora hay que vender.

Desde luego también el nuestro. No me esconderé. Un estudio independiente sobre el sector de la manutención y la percepción que tienen los clientes de sus marcas, que publicamos la pasada semana, dejaba patente entre otras conclusiones que las empresas usuarias de esos productos utilizaban los sitios web y las revistas especializadas del sector entre sus fuentes de información prioritarias.

Para vender hay que hacer cosas diferentes

Si quieres resultados diferentes haz cosas diferentes, dice un axioma tan rotundo como indiscutible. Desde la crisis del petróleo de finales de los años 70 del siglo XX, en todos y cada uno de los periodos de contracción se ha repetido un hecho: la inversión en marketing de las empresas ha sido el primer grifo que se ha cerrado y uno de los últimos en abrirse. Esta crisis es muy diferente. Primero lo ha sido sanitaria. A continuación económica, aún con dinero en la caja, gran paradoja y sustancial diferencia. La herida se ha abierto en mucho menos tiempo. Pero es enormemente profunda. Y de gravedad. El escenario es distinto. La recuperación también debe serlo. Hagamos cosas que no hayamos hecho en otras crisis.

Es ahora cuando los departamentos de marketing y las direcciones generales de las empresas (quienes toman las decisiones), deben empujar con todas sus fuerzas y herramientas a una maquinaria comercial que está casi inmóvil, en lugar de empezar a hacerlo cuando ya se mueva, que ha sido lo recurrente en crisis anteriores. Y hacerlo en todos los canales y formatos. Porque se promociona, sobre todo, para vender. Y ahora hay que vender.

Además, como en cada crisis, también hay oportunidades:
– De destacar al comunicar, ahora que no todos están y algunos desaparecerán inevitablemente.
– Para diferenciarse, no haciendo lo que hace la mayoría ni lo que se ha hecho siempre en las crisis, es decir, nada.
– Transmitiendo la máxima normalidad y unos valores optimistas al mercado con las acciones de marketing y publicidad: el mensaje subyacente siempre permanece.
– Oportunidad de conseguir buenas y mejores condiciones y precios: la ley de la oferta y la demanda.
– Teniendo presencia y destacando en canales descubiertos o re-descubiertos durante el confinamiento (webinars, plataformas digitales).
– Optando por la estrategia más sencilla, barata y rápida, decirle al mercado desde los medios: “Estamos (o seguimos) aquí”.
– Y también oportunidad para escoger lo mejor entre las mejores opciones de formatos, canales y precios, ya sea en actividades propias o externas. El ruido debe ser permanente y total.

Es la hora del marketing y la comunicación. De la mano. Es la hora de vender. Es la hora de comprar. 

Cuídense. Esto aún no se ha terminado.

#Quédate en casa… cuando debas hacerlo

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El peligro de saber que no se sabe nada

18 mayo, 2020 Ricardo J. Hernández 1 COMENTARIO

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Hablando de saber, es lo que dijo el filósofo griego Platón de otro filósofo, Sócrates, y de sí mismo: “yo sólo sé que no sé nada”. Bonita frase, aunque el original no sea exactamente así, que es lo que ocurre con casi todas las frases atribuidas a… Y bastante inútil, si me permiten. Al menos para lo que nos une en común ¿Qué sería de la logística si no supiéramos nada o casi nada? Pues volviendo a las frases atribuidas, en este caso al general y estadista francés De Gaulle, “El caos o yo”, la logística sin conocimiento sería eso: el caos.

Parte de ese conocimiento y saber (yo solo sé que sí sé algo) radica en cada uno de los eslabones de la cadena que, ahora sí, “la letra con sangre entra”, dijo el presidente argentino Faustino Sarmiento, están más que dispuestos a permeabilizar y compartir en beneficio de todos, que es lo mismo que decir de la logística: “bien está lo que bien acaba”, traducción libre de una pieza de teatro de W. Shakespeare.

Pero “Houston tenemos un problema”, que diría lleno de angustia el comandante del Apolo XIII, Jame Lovell, porque una parte de esa información, vital para la cadena y como nunca crítica, proviene de la Administración: “Con la iglesia hemos dado, Sancho”, señaló ya ha mucho Alonso Quijano. 

Me refiero a normas, permisos, prohibiciones, BOEs, bandos, Decretos Leyes y demás regulaciones a las que tanto somos dados –mucho más que los británicos por ejemplo-, como si fuera la palanca del siciliano Arquímedes, “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, o el legendario Bálsamo de Fierabrás.

De lo común hemos pasado en los dos últimos meses a lo inevitable e inadmisible. No entraré en territorio Comanche para hablar de política (de ideas) desde aquí. No suelo hacerlo y hoy no toca: “A César lo que es de César” (Mateo 22:21).

Sí hablaré, sin embargo, de conocimiento e información. Y de su importancia. Para la logística y para la economía en general.

Saber, comunicar e incomunicar

Lo inadmisible para quien legisla es saber que no se sabe nada por manifiesta incomprensión de lo expresado. No olvidemos que entre sus obligaciones tienen la de comunicar esa retahíla de normas con precisión y exactitud, para saber qué se puede y qué no se puede hacer: comprar, vender, circular, comerciar, etc.

Si las cuatro fases son cinco, pero una no tiene número; luego aparece otra que está entre la 1 y la 2; nadie sabe realmente cuándo y en base a qué parámetros objetivos va a poder abrir su negocio y prepararse para el acopio de mercancía (logística); el estado de alarma se renueva cada quince días “porque es lo que dice la Constitución” (P. Sánchez) pero luego se pretende que dure un mes y que sea, quizás, puede, es posible, esperemos, la última prórroga; y si ni entre los miembros de la Administración se aclaran si hay rebajas o no, bufff…

Que quieren que les diga, a mi me parece que en lo que a la comunicación se refiere “yo solo sé que no sé nada” es lo mejor que se puede decir de los administradores de la res pública. Y a la vista de los hechos, los Consejos de Ministros se deben parecer a la secuencia del camarote de los Hermanos Marx en “Un día en la Ópera” y la redacción de los comunicados posteriores a otra escena de esa misma película entre Groucho y Chico Marx: “la parte contratante de la primera parte…”, salvando las distancias claro, porque poco veo de histriónico en Sánchez, Iglesias y Calvo.

La información, la correcta y precisa información, es la base del conocimiento y éste el pilar sobre el que se sustentan las decisiones: qué, cuándo, cuánto, dónde. Claves en logística. Importantes en todo el tejido industrial.

¿De quién depende? “Así como es un don de los hombres de gran talento decir muchas cosas en pocas palabras, es por desgracia en los sujetos de pocos alcances hablar mucho para no decir nada”. Ya se dijo antes. Lo hizo el dramaturgo francés Molière.

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Cuidado con la complacencia logística

11 mayo, 2020 Ricardo J. Hernández HAZ UN COMENTARIO

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El ánimo necesita alimento. Tanto como el estómago. Y si el entorno es desfavorable, tenso, preocupante o indudablemente catastrófico, aún más. El alimento de la logística desde hace ocho semanas ha sido, primero, la presunción de su capacidad de respuesta ante la peor situación que haya vivido en su historia, después, la constatación de esa respuesta, y más tarde la complacencia por todo ello.

Llevamos casi tanto tiempo con ese orgullo unánime, como con el propio estado de alarma. Pocas dudas y muchas certezas: Sí, se puede. Una realidad sobre la que hacer palanca para saltar de una vez la barrera social y obtener el ansiado reconocimiento más allá del propio sector. Una enorme catarata de autoestima que, sin embargo, bajo la cortina acuosa difumina una parte importante de la realidad.

El comercio electrónico y toda su logística han estado en el centro del desafío desde el 14 de marzo pasado. Han respondido bien. De forma excelente incluso. Pero alrededor de las luces se han impuesto también algunas sombras.

Unas desde el principio, no pudiendo digerir el incremento de operaciones on-line, que van desde el 50 hasta el 500 por 100. Una explosión coyuntural que ha ido regularizándose y adaptándose al creciente modelo de compra telemática, el único capaz de medrar en el entorno del confinamiento. Pero no en todos los casos.

Menos complacencia y más eficacia

La euforia de la complacencia por la excelencia de la logística en este canal debe como poco moderarse, si atendemos a la reconocida y asumida incapacidad inicial de algunas cadenas para responder al envite: la más sonada la de Mercadona, ya resuelta. Y aún más relevante es la de algún protagonista del mercado de paquetería, que acumula hoy miles de envíos –más de 8.000 en Madrid- retenidos y no entregados, por problemas de gestión que no sufre ni por primera ni por segunda vez. Y en esta ocasión involucrando además, quizás para repartir la responsabilidad y la ineficacia, al mayor distribuidor comercial de España. No hacen falta muchos más datos. La fuente es de lo más solvente, los propios operarios encargados de las entregas domiciliarias de la compañía paquetera ¿Es la punta de un iceberg?

Ahora con el calendario temporal y geográfico de las fases de la vuelta a la normalidad en marcha, con muchos negocios que empiezan a abrir sí pero no y cohabitarán –quizás para siempre- con el canal de comercio electrónico, con el despertar de la cadena B2C, y con un tráfico rodado que ya no será el paraíso de la distribución de mercancías, la logística que da soporte a toda esta cadena de compras y entregas, tendrá que mover desarrollo –plato pequeño, piñón grande- y aún así ver quién está a la altura.

Así que cuidado con la presunción no de inocencia, si no de excelencia. Y ojo con disfrutar en exceso de los laureles. El canal on-line es seguramente, la mayor oportunidad que un nunca ha tenido la logística como sector y como negocio. Pero también es el más sensible a las ineficacias y el que está sometido a una mayor escrutinio y juicio social a través de la redes. El error aquí se paga muy caro.

Hemos conquistado nuestro particular “tourmalet”, pero atención, sólo estamos a mitad de la etapa y algunos pueden llegar exhaustos y fuera de control.

Cuídense

#Quédate en casa… cuando debas hacerlo

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Se acabó la feria. Tres certezas y una duda

4 mayo, 2020 Ricardo J. Hernández HAZ UN COMENTARIO

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El pasado viernes 30 de abril quedaba clausurado el hospital de campaña instalado en los pabellones  5, 7 y 9 de feria de Madrid, IFEMA. Ha sido durante 40 días, desde el 20 de marzo que se puso en marcha, el mayor centro hospitalario de España, con una capacidad máxima de 5.000 camas y 500 plazas de UCI que, por fortuna no ha sido necesario copar. Por él han pasado 4.000 pacientes de los que, por desgracia, 17 han fallecido.

Tras el asombro por la construcción de los hospitales temporales de Wuhan (China) origen de la pandemia, no sin cierta envidia por su capacidad y recursos, pasamos por la fuerza de la tragedia y sus imperiosas necesidades al orgullo de la puesta en marcha de nuestra gran infraestructura hospitalaria, también temporal y mayor que la china. Ahora vacía, supuso en su momento una admirable operación logística –reconocida y ponderada por la OMS- que consiguió ponerla en marcha en apenas 15 días. Primera certeza.

Un día después de ese cierre, comenzaban de manera más palpable y multitudinaria, los primeros pasos de la paulatina y lenta vuelta a la normalidad, con permiso del aún muy desconocido COVID-19 y de la mano de la responsabilidad colectiva. La Fase “0” está en marcha. Pero no todo ha cambiado. La logística y la cadena de suministros estaban ya ahí. Si acaso más certeras y necesarias que nunca. Casi detenida en los sectores industriales, la logística incluso ha tenido que tomar prestados algunos de sus recursos para atender una demanda que ha sido tensa, creciente y exponencial en los sectores de alimentación, salud y farma, parcialmente en el retail y superlativa en el comercio electrónico. Sin apenas deficiencias, la logística ha dado una lección de humildad y ha puesto en valor su importancia. Segunda certeza.

El escenario ahora abierto, que se irá haciendo más palpable durante las próximas semanas –meses quizás- dibuja un nuevo tapiz. Cambio de costumbres, al menos durante un largo tiempo, nuevos hábitos adquiridos y lecciones aprendidas, que supondrán crecimiento de algunos canales en detrimento de otros y estrategias más cautelosas y proteccionistas. La logística tendrá que acompasarse a todo ello. Nada demasiado ajeno, pues está acostumbrada a escenarios tensos y cambiantes por su propia naturaleza. Tercera certeza.

La duda

Vuelvo al hospital de IFEMA como símbolo de lo que nos ha tocado vivir durante esta etapa de la pandemia. Ahora vacío de enfermos y personal sanitario, aún permanece con plena capacidad, en previsión de algún rebrote que todos esperamos que no se produzca. Luego llegará la “logística inversa” del desmantelamiento, que contendrá en su diseño la posibilidad de pode volver a montarlo en 48 horas. De nuevo esperamos que esto sólo quede en el plano del compromiso logístico.

Y la duda que nos queda es en qué escenario plausible y en qué horizonte temporal esos pabellones de IFEMA, como otros de similares instituciones feriales en España y en otros países, volverán contener aquello para lo que fueron concebidos, infraestructuras efímeras con ofertas y profesionales que las demandan. Ferias como SIL, Logistics & Automation, Pick&Pack, Encaja, Fruit Attraction (Fresh Food Logistics), Hannover Messe, LogiMAT (Stuttgart), SITL y Salón de la Manutention (París), etc.

Presumiblemente eso podría ocurrir a partir del mes de septiembre. Quizás con condiciones y algunas limitaciones. Pronto lo sabremos. Entonces esa duda cambiará por otra certeza.

Cuídense

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La ambulancia logística de Alma

27 abril, 2020 Ricardo J. Hernández HAZ UN COMENTARIO

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Un gran operador logístico internacional tuvo la idea, hace unos días, de proponer a los hijos de los empleados que homenajearán a sus padres, héroes cotidianos durante la pandemia, coloreando y añadiendo detalles a un dibujo que representaba o bien la preparación de pedidos en el interior de un almacén, o bien un camión durante el transporte.

Alma y su hermano Nico eligieron el camión. Y la inocencia de la pequeña de cinco años de esta hermandad, hijos de una responsable del staff de comunicación, ha sido tan tierna como lúcida, espléndida, al añadir esos detalles: la incipiente artista dibujó en la caja blanca del camión una gran cruz roja  y debajo el término ambulancia, por sí cabía alguna duda.

Así es como ve un niño –hasta ayer desde la ventana o la televisión- el transporte de mercancías estos días. Llevamos la pesada carga que nos aporta la experiencia y el conocimiento, que muchas veces nos da, pero también nos quita espontaneidad y sencilla ingenuidad. Alma sin embargo interpreta, percibe y traslada al dibujo la faceta auxiliadora y urgente –en el momento oportuno y en el sitio justo- que siempre, y ahora más que nunca, ha tenido la logística ¿Se puede expresar mejor?

Callada y discreta

No es necesario comparar el trabajo de los operadores logísticos y de transporte, y de toda la industria que les rodea, con otros colectivos de primera línea en la pandemia. Pese al reconocimiento que está cosechando estos días, la de la logística seguirá siendo una labor callada y discreta. Silenciosa (con acierto, la pequeña no añade sirena al camión). De servicio. Puntual. Urgente cuando haga falta. Con mucha prisas y pocas pausas.

En unos días en que vuelve agazapado el optimismo y se comienza a hablar más de desescalada y paulatina vuelta a la “nueva normalidad”, sin que sepamos todavía muy bien los qué, cómo y cuándo, este soplo de inocencia nos mueve a la sonrisa y, por qué no, a esa emoción que tenemos a flor de piel.

Y además de buena artista e inteligente, Alma (seguro que con la ayuda y complicidad de su hermano) es una “mujer” de su tiempo, pues ha querido poner a los mandos del camión a una conductora, aunque no haya podido ver a muchas… todavía.

Cuídense mucho.

#Quédate en casa              

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Lo que no va a poder hacer la logística

20 abril, 2020 Ricardo J. Hernández 4 COMENTARIOS

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¡Cuidado con lo que se desea! podría haber sido también el título de este post. Si me apuran, humor negro. Llevamos años penando porque la logística no era conocida y reconocida para la sociedad pese a su contribución. Enorme y creciente. Nos quejábamos porque esa opacidad la hacía escasamente atractiva para los profesionales –sobre todo nuevos- y por lo tanto para el talento.

Pues ¡zas! la pandemia ha cambiado eso y mucho más, y ahora está en boca de todos, sobre todo de los medios generalistas. Con frecuencia unida a un lenguaje bélico omnipresente, que es tanto como volver a los orígenes de la logística.  

A todos nos gustaría que el escenario en el que esa lona se ha levantado y enfocando de lleno a la logística –como dice mi amigo Javier Cordero-  hubiera sido otro, pero no lo podemos cambiar. Aprovechémoslo. Aunque resta mucho en esa difusión. Como distinguir logística de transporte.

La logística está en el foco informativo porque ha podido responder al abastecimiento, con tensiones y errores en los primeros días, ya subsanados.

Porque ha podido asegurar los suministros alimenticios, sanitarios, farmacéuticos y médicos, creando con celeridad nuevos flujos allí donde ha sido necesario.

También, porque puede llevar las compras on-line a los domicilios, ahora refugio permanente en el confinamiento.  

La logística sigue en el foco porque tiene la capacidad de poder gestionar, acopiar y distribuir las ingentes cantidades de materiales, sobre todo equipos de protección personal (los ya famosos EPIs), que han llegado de China o que han sido donados generosamente –a eso pocos nos ganan- por empresas, asociaciones y particulares.

Y está en el foco porque, pese a moverse en la planificación y la previsión en condiciones habituales, la logística ha podido reorientar sus estrategias para hacerlo en el escenario de la incertidumbre inicial, que ha dado paso a un nuevo entorno algo más caótico y menos previsible.

Todo con poco “ruido”, escasas quejas y muy pocas exigencias a Gobierno y Administraciones.

Y lo que no

Lo que no va a poder hacer la logística es desarrollar la vacuna que nos proteja del COVID-19, aunque contribuya en su momento, una vez encontrada, a su distribución, transporte y entrega.

No puede evitar la estupidez humana de quiénes se saltan el confinamiento con la máxima irresponsabilidad.

Tampoco puede sostener la caída del empleo, aunque con su actividad, creciente en algunos sectores y canales, haya conseguido paliarla mínimamente.

Ni evitar algunas roturas de stock o merma de productos en los lineales, porque la logística no fabrica, desarrolla ni produce. 

Y, desde luego, lo que no va poder hacer la logística es evitar el bochornoso espectáculo de nuestros políticos de toda clase, nivel y condición, salvo escasísimas excepciones. Más valdría echar un ojo y aprender de nuestros vecinos del Oeste. Ni en las peores condiciones nuestra clase política es capaz de poner todo el foco en lo que de verdad importa.

Al menos, como París en “Casablanca”, siempre nos quedará la logística.

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El bizcocho logístico de Churchill

13 abril, 2020 Ricardo J. Hernández HAZ UN COMENTARIO

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Durante la I Guerra Mundial, Winston Churchill, movilizado por decisión propia y destinado al frente de trincheras francés en Saint Omer como teniente coronel, se interesó a fondo por la cadena de suministros de la intendencia: “me propongo seguir el rastro de un bizcocho desde la base hasta las trincheras” recoge su biógrafo Andrew Roberts. No sería la primera vez que el político británico ponderaría la importancia del flujo logístico, ya entonces en un fundamental segundo plano.

Conviviendo con la pesadilla del coronavirus y el confinamiento desde hace un mes, queda claro que eso no ha cambiado y en esta “guerra” sigue siendo crítica la cadena de suministros y la información que debe llevar adscrita de modo inseparable.

Sabíamos, pero no lo sabíamos todo. Y ahora necesitamos saberlo y saberlo todo con exactitud y de inmediato.

Conocimiento de quiénes son y dónde están los suministradores de productos. Los esenciales en todo momento: alimentación fresca y seca, farmacia, sanidad, suministros de todo tipo para hospitales de campaña (camas, colchones, sábanas, mantas, menaje, productos de limpieza, lencería para los enfermos, etc.). Los menos esenciales ahora que se inicia tímidamente la vuelta a ciertos niveles de actividad. Dónde están, que es tanto cómo saber si y cuándo pueden o podrán suministrar.

Y conocimiento de qué tengo en mi almacén, en mis instalaciones, en los distintos depósitos de stock. Si alguna vez fue necesario un control veraz y exhaustivo es ahora. Por la necesidad inmediata de suministros (para fabricación, montaje, etc.) que alimente la empresa y su actividad – con todo lo que supone para la economía de supervivencia- y por la que pueda venir en un incierto horizonte donde ya nada es lo que era ni nada es seguro. Aquellos que aún confiaban en sistemas arcaicos o “manuales” para le gestión de sus stocks lo van a pasar especialmente mal.

La exigencia es máxima. Lo que no puede esperar es hoy casi todo. Porque hay vidas y haciendas, que escribiera Miguel de Cervantes, que de ello dependen. La actividad se ha reducido, desde luego. Y mucho. Pero los sectores y canales que permanecen han multiplicado por ¿2, 3… 10? sus necesidades. Ahora, las que vayan “subiendo la persiana” lo harán igualmente con mucha prisa. Querrán “bizcochos” y los querrán ya.

El poder de la información

Que la información es poder puede convertirse en un mantra que cale en todas las industrias y sectores, no solo en la prensa. Saber logístico para tomar las decisiones más adecuadas, las más difíciles y, a veces, las más duras ¿Debo ahora tener almacén? ¿Y dónde? ¿Con qué nivel de stock? ¿Es seguro (y sano) depender del mercado y los suministros de este o aquel país? ¿Se acabó la deslocalización? ¿Y todo esto, cuánto cuesta?

Si de algo se puede estar seguro del que fuera primer ministro británico, era de su empeño y persistencia por conocer lo que consideraba importante, por nimio que fuera para los demás. No es mal ejemplo a seguir, pues tuvo que convivir y gobernar en distintos cargos durante los dos grandes conflictos bélicos del siglo XX. Su gran suerte era que él sí podía ver al enemigo.

 Cuídense mucho.

#Quédate en casa

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Encuentros en la tercera fase

6 abril, 2020 Ricardo J. Hernández HAZ UN COMENTARIO

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La frialdad y crueldad de los números empiezan a trazar un horizonte esperanzador. A la hora de escribir estas líneas el maldito pico de la pandemia parece haberse alcanzado, la curva se aplana y muchos empiezan a hablar de la tercera fase. Tras el contagio, la primera y el retroceso, la segunda –desescalado se ha llamado- llegaría el paulatino regreso a la normalidad, la tercera.

Un primer tramo para esa tercera fase puede ser –si no hay pasos atrás- la vuelta a la actividad de las industrias no esenciales el lunes 13 de abril, según lo anunciado por el Gobierno, si bien aún dentro del estado de alarma por ahora fijado hasta el 25 de abril. Tanto este regreso como el del resto de las industrias y servicios ahora detenidos, ni será total, ni será de un día para otro. Con limitaciones gubernamentales o sin ellas, el “día después” serán en realidad muchos “días después”, pero habrá que enfrentarse a ellos logísticamente.

Los que han detenido sus procesos, sus máquinas, sus cadenas de montaje, sus flujos de suministro a terceros, los que han paralizado la prestación de sus servicios, van a necesitar todo el apoyo logístico en el momento que vean que un hilo de vapor sale de su caldera y pueden, de nuevo, echar a andar.

Será entonces el momento –logístico- de cubrir las necesidades de suministros y equipamiento, de elementos y piezas, de materias primas, de alimentos y bebidas, de productos de limpieza, etc. Y también de cubrir una necesidad que irá más allá de lo material: la normalidad, con limitaciones y más o menos cercana a lo que todos entendemos por ello, será la primera vacuna contra el COVID-19. En suma, las empresas van a necesitar de la logística por razones operativas y económicas, pero también anímicas.

Por fortuna –no todo iba a ser derrota- la logística, junto a todos los sectores que aglutina, no ha dejado de funcionar para los sectores esenciales, y mantiene una parte importante de su músculo intacto. Ello debe vaticinar que esa respuesta, cuando sea necesaria –y en algunos sectores productivos puede ser muy exigente y rápida- se acompase fácilmente a la demanda.

Preparados para la tercera fase

Habrá que estar preparados. Hay que empezar a pensar ya en el día después. En cómo servir a los clientes que lo vayan requiriendo. Trazar planes, establecer prioridades y contingencias. Otro buen bálsamo para el confinamiento. Mirar hacia adelante. Los que ahora están sin actividad laboral temporalmente y los que la hemos mantenido, nos vamos a encontrar ahí fuera en esa tercera fase, en plazos –e insisto con limitaciones, eso es seguro- que seguramente ya podemos cifrar en semanas.

Mientras unos están en la vanguardia de esta guerra y otros cuidando los flancos, nuestra contribución es la de contar qué está pasando –por cierto, gracias por seguirnos- y la de participar en la actividad on-line que se está generando. En este sentido yo mismo moderaré una mesa redonda on-line precisamente sobre ese “día después” que se ha convocado para el próximo martes 14 de abril de 11h 00´a 12h 00´, cuya INSCRIPCIÓN ya está abierta, que ha organizado Generix Group.

El titular de este post lo he cogido prestado de una famosa película de ciencia ficción, ese género nos ha mostrado que el enemigo más grande puede ser el más pequeño, pero que siempre termina derrotado.

Cuídense mucho.

#Quédate en casa

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Acerca de mi

Ricardo J. Hernández

Llevo "emparentado" profesionalmente con la logística desde 1980, cuando este término empezaba a acuñarse y yo iniciaba mi carrera periodística. Desde entonces, he visto como ha crecido y se ha desarrollado el sector logístico en España, he sido testigo y notario de su madurez, y me ha enganchado tanto que he entrado en el mundo literario a través de la Historia de la logística. Fui director y responsable editorial de la revista Stock durante sus 16 años de existencia (1995-2011) y ahora de Cuadernos de Logística desde su lanzamiento en febrero de 2011.

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