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La logística del funeral es digital

Este pasado fin de semana he leído uno de los múltiples artículos sobre la muerte de la reina Isabel II. Los homenajes a la longeva monarca se suceden camino del fastuoso funeral que se celebra este lunes, antes de su inhumación. La asistencia de miles de invitados oficiales y cientos de jefes de Estado hacían que el articulista titulara su crónica digital como “el mayor desafío logístico de las últimas décadas en Londres” para calificar ese funeral de Estado. Por encima implícitamente de las Olimpiadas de 2012. En la versión en papel, sin embargo, la logística desaparecía del titular y quedaba relegada a una sola mención en medio del texto.

Este hecho quizás anecdótico, y para los más desapercibido, vuelve a incidir en que el uso del término logístico o logística sigue siendo –salvo en entornos profesionales o más especializados- un comodín grandilocuente y prescindible a la primera de cambio. Como en este caso. Con menos espacio, ha sido el término sacrificado.

Ya he escrito en alguna ocasión que la propia definición de logística en tan compleja y a veces inabarcable como su propia ejecución. Es más, hay quien sostiene que lo habitual es su mal y equívoco uso. Como lo es asimilar el transporte a la logística.

Buen uso de la logística

Esa vigilancia del buen uso lingüístico de la logística o lo logístico corresponde a todos los que los manejamos habitualmente –no hay que despistarse- y aún más a los que o hacen de forma esporádica con ánimo descriptivo y, casi siempre, enfático. La logística suena rotunda para quien la lee. En la lona de un camión o en el titular de un periódico. Lo que no significa que valga para todo o que todo valga para lo logístico. Si es relevante para lo que cuente y el término está bien empleado, no debe ser de quita y pon.

Pero me temo que aún no es así. Que está de moda. Que es un “joker” del lenguaje. Como lo fue en su momento “coyuntura” y hoy lo es también “resiliencia”.

El español no es una lengua económica. Es decir, necesita más espacio, palabras, para contar lo mismo comparada, por ejemplo, con el inglés. Y es así porque tiene términos específicos, muchos, cuyo empleo certero es el adecuado en lugar de otros similares. Por más que unos y otros se consideren sinónimos.  

En mi opinión el articulista acertaba en su titular digital. La logística también es de personas y de grandes acontecimientos. Unos 2.000 invitados –y sus séquitos- entre los que hay más de 500 jefes o exjefes de Estado. Su alojamiento, transporte y seguridad, en un corto espacio de tiempo y dos momentos (Buckingham, domingo; Westminster, lunes). En el centro de la capital inglesa, rodeados visiblemente o no, por miles de policías y agentes de seguridad. Un escenario que es sin duda un desafío mayúsculo, que debe afrontarse en términos logísticos. Y aún más, a la vista del mundo entero.

La logística del funeral se quedó en lo digital. Y el papel, huérfano.

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