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Las estrecheces del Estrecho

Por Ricardo J. Hernández

Más de cien mil buques pasan cada año por el Estrecho de Gibraltar. Esa cifra y las mayores dimensiones de los buques, hacen que accidentes como el de dos embarcaciones que colisionaron a finales del pasado mes de agosto en aguas del Peñón, sean más que probables. De las estrecheces del paso marítimo hablan las imágenes que acompañan estas líneas. Son de una de las plataformas on-line que permiten seguir en tiempo real el tráfico de los buques. Y están capturadas ayer domingo 11 de septiembre a las 18h 35´.

En la primera, la menos detallada, el número de embarcaciones situadas en torno al Estrecho de Gibraltar (48) supera a cualquier otra de las ubicaciones. En la más detallada (a la misma hora) cada flecha y cada círculo corresponden a un barco en movimiento o en puerto, respectivamente.

Desde que hay memoria escrita o prueba histórica, el Mediterráneo ha sido un espacio marítimo de constante e intenso intercambio comercial. Hasta 1869, fecha de inauguración del Canal de Suez, eran una inmensa “botella” con su estrecho cuello de 13 km de ancho en Gibraltar. Desde esa fecha los embudos son dos. Y ambos han demostrado (con el “tapón” que organizó el portacontenedores Ever Given y con este reciente accidente) que la cadena de suministros marítima que pasa por este mar interior (y conexión internacional) es muy frágil. Más aún con dos puertos y dos mega terminales de contendores uno a cada lado del Estrecho: Algeciras y Tanger Med.

Con buques que con frecuencia superan los 300 m de eslora o llegan a los 400, pasar por las estrecheces de Gibraltar es cada vez más delicado. Pongamos un símil. Imaginen trasegar 10.000 litros de vino de una cuba a otra a través de una manguera de 12 cm de diámetro. Evidentemente, debe hacerse lentamente. Por el embudo del Estrecho pasan cada día más de 300 buques, pero en este caso con “prisas”. La cadena de suministros no para. Más bien al contrario. Graneleros, gaseros, mercantes, portacontenedores, cruceros, pesqueros de altura… La imagen detallada se hace ahora aún más comprometida. Y la posibilidad de colisión más real.

Estiba: otra estrechez

En la actualidad de esta semana hay otro cuello de botella marítimo, aunque en el “lado tierra”. La huelga encubierta de estibadores en el Puerto de Tarragona de la que el sindicato de este sector, Anesco, dice no saber nada. Estrecheces provocadas, en este caso, que tienen a los industriales del pienso, particularmente, contra las cuerdas por falta de suministros.   

Si las noticias propias del estío se califican de serpientes de verano, el conflicto de la estiba no encaja en esa clasificación. Es permanente, recurrente. Sin aparente solución que tampoco se busca. Al menos desde el lado de la estiba, a la que le vendrá bien ese escenario de lucha permanente mientras que la reglamentación no cambie. Menuda bicoca. Un reino de taifas conocido por todos e impropio a estas alturas.            

Una anécdota preocupante

Vuelvo al principio antes de concluir. Hace unos días, en una televisión nacional, y con motivo del 500 aniversario de la primera circunnavegación capitaneada por Juan Sebastián Elcano, se mostraba un mapa de la gesta y sus fechas. Ahí, sea por un error garrafal o llamando al equívoco, se trazaba la ruta de esa primera vuelta al mundo náutica pasando, precisamente por el entonces (1519) inexistente Canal de Suez. Tras la hilaridad o sorpresa inicial, llega la reflexión: lo lamentable es que este tipo de errores que llegan a una amplia audiencia es cada vez más frecuente. Más estrecheces. De conocimientos.   

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