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Negra y redonda

Estos últimos días y los próximos, por esas casualidades que se producen de vez en cuando, voy a estar muy cerca de algunos de los líderes mundiales del desarrollo y fabricación de ruedas y neumáticos para carretillas elevadoras. Toda una oportunidad para aprender. Y casi siempre una sorpresa. O al menos una cura de humildad. Porque una rueda es algo más que una cosa negra y redonda, como oí decir hace mucho tiempo a un experto, no sin ironía justificada. Uno de esos “territorios” alrededor de las máquinas de los que poco –o casi nada- se sabe. Y conviene saber.

En realidad habría que desterrar el término “reinventar la rueda” como algo imposible. Hay compañías –no muchas, pero haberlas, haylas que diría el gallego- que lo hacen cada día y desde hace décadas. Siempre hay un algo más. Un paso adelante. Una tecnología por utilizar. Un material por ensayar y, si conviene, aplicar a la rueda, el neumático o el bandaje. Y no es marketing. Eso viene después.

Esas aportaciones que hacen de la cosa negra y redonda un producto de vanguardia y sostenible es, en primer lugar, el elemento que conecta la máquina con el suelo y, por lo tanto, en último caso –no lo olvidemos- lo que permite que se mueva, que transite. Es el hilo de la aguja. La imprescindible clave de bóveda entre “dos mundos”.

Pero, además, es un elemento de confort y por lo tanto productividad para el operario de la carretilla. Un seguro que protege de una gran parte de la casuística de potencial accidentabilidad. Es, también, una “alfombra mágica” sobre la que deslizarse en lugar de arrastrarse pesadamente. Igualmente, una fuente de beneficios o –si no se los considera como tales- un pozo de gastos innecesarios. Y, no menos importante, un camino verde para ser más sostenibles. Todo eso, al menos, es esa cosa negra y redonda.

Y no es para menos, porque ese exiguo pero muy relevante puñado de compañías –por cierto mayoritariamente europeas- dedican ingentes esfuerzos, inversiones y personal especializado al I+D de ruedas y neumáticos para carretillas elevadoras y equipos de manutención. Desde la transpaleta más sencilla al reachstacker más sofisticado. Negras y redondas o blancas y redondas (en el caso de las superelásticas que no dejan huella), que hasta la negritud como característica absoluta hace mucho que desapareció. 

En una de esas reuniones que mencionaba al principio, una profesional del sector de la distribución de ruedas y neumáticos para equipos de manutención –y me alegro que fuera una profesional, algo ya ha cambiado- dio con la clave de lo que es, seguramente, el mayor reto que tiene este sector actualmente. Venía a preguntarse si el conocimiento del valor y prestaciones en todo su espectro, de las ruedas y neumáticos para carretillas, llega al usuario final. O, a la postre, a quien se encarga de su reposición. Un conocimiento que, incluso, puede aconsejar retrasar esa reposición. La respuesta estaba más en el no que en el sí.

Parece una asignatura pendiente. La de mayor comunicación y divulgación. Nosotros también asumimos el reto como altavoces del sector. Este post es primer ejemplo de ello.

Porque es negra y redonda y mucho, mucho más.

¿Lo saben?

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