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Digitalización, tarjetas y corbata

Por Ricardo J. Hernández

La semana pasada, en el marco de Pick&Pack, en Madrid, asistí a una mesa redonda sobre Talento en la Logística. Un encuentro –sin duda de lo mejor que ha ofrecido la feria- con la presencia de cuatro profesionales en torno a ese tema que suena a recurrente, porque oferta y demanda no encajan como debieran. Y eso preocupa. Pero, también –se dijo- tiene otros aspectos a considerar, tan dispersos como la corbata, las tarjetas de visita y la digitalización, según enunció uno de los contertulios.

¿Qué tiene que ver el tradicional intercambio de tarjetas para fijar las coordenadas profesionales del otro, la no menos tradicional corbata, tan enraizada con el “look laboral” de los cuellos blancos (white collars), y la digitalización? Pues según quien lo afirmaba –José María Toro, director comercial de Fieldeas– esos signos de la relación entre profesionales forman parte de un escenario que hay que dejar atrás en pos de la digitalización.  Eso es lo que une –o mejor separa, según esa tesis- digitalización, corbata y tarjetas de visita.

Ya hemos resumido en nuestro newsletter y web el contenido de esa mesa redonda en particular y lo que afirmaron quienes debatieron en ella. No insistiré ahora en ese desarrollo discursivo. Me detengo, sin embargo, con esa afirmación y sus tres elementos dispares.

Quizás ese pequeño trípode retórico en particular, solo fuera un recurso del contertulio para sostener el argumento principal: la digitalización es imprescindible en logística, debe recorrer de arriba a abajo toda la organización y ahora se nos está dando “la oportunidad de mejorar la imagen del sector”. Imagen.  

No estoy seguro, en este caso, si lo primero es el huevo o la gallina. Si la desaparición de la corbata, las tarjetas de visita o más importante aún, el uso de papel en las organizaciones, será la consecuencia de ese salto cualitativo que es la digitalización, o si para impulsarla hay que empezar a comportarse como la mujer del César: ser digital, pero también parecerlo. Imagen otra vez.

Me parece, y es mi opinión en todo caso, que sí, que hay una oportunidad mayor ahora, porque la logística es más transparente, para atraer talento. Un talento que será joven y digital si queremos asegurar el futuro del sector y su desarrollo. De eso no hay duda.

Pero también me parece que, con frecuencia, damos excesiva importancia a los signos externos, a la uniformidad. Al uso o desprecio de esta u otra herramienta, aplicación, dispositivo… o vestimenta, estableciendo una brecha generacional, de costumbre o conocimiento, innecesaria.

En realidad, ambos “mundos”, en lo que a los signos se refiere, pueden cohabitar sin fricción, siempre que el significado y el objetivo sea lo que se comparte. Y siempre que se persiga la eficacia y la excelencia. Lo demás debiera ser baladí. Insustancial. Decorativo.

“Gracias a este sector, el mundo sigue funcionando”, dijo Rosa Martí, responsable de estrategia de negocio de Exotec by Dexter, en esa charla. Un sector que necesita personas valoradas y recompensadas de otra forma, añadía Jesús Pérez, director general de Scwuimac. Los tres interpelados por Ricardo Catelli, director general de Global Lean.

Todos ellos reconocieron que lo importante en logística son y van a ser las personas. Su humanización. Gran noticia. Con perfiles y talentos asociados a la digitalización y por tanto a la tecnología. Nadie puede dudarlo.

Y añadiría que con independencia de la corbata, la pajarita, las tarjetas de visita, los tacones, los looks formales o informales. Que permanecerán o no, por moda o utilidad.

Las buenas noticias, la supresión de restricciones y el descenso de contagios, no deben hacernos olvidar la precaución. No lo dude. La COVID-19 y sus variantes aún nos acompañan. Cuídense y cuidarán a los demás.         

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