Nos hemos acostumbrado a una incidencia acumulada de COVID-19 por encima de los 3.000 casos por cada 100.000 habitantes. Y también a precios de 12.000 ó 13.000 € por flete de contenedor Asia-Europa. En ambos casos la vuelta a escenarios previos se ve lejana. En el primero, el arduo y complejo trabajo científico será la respuesta. Tarde o puede que temprano. En el segundo, quizás no llegue nunca.
¿Cómo hemos alcanzado este estado de cosas? ¿Por qué los cargadores han pasado de dominador a víctima? ¿Y las navieras de solución a villano? ¿Quiénes son los actores principales de esta compleja trama de poderes? ¿Y qué se puede hacer para moderar la volatilidad que deja maltrechas las arcas el cargador e impide hacer previsiones? Si quieren saberlo escuchen el último podcast que hemos publicado. Ahí están las respuestas de lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que puede pasar a partir de ahora. En la conversación que nuestra directora adjunta, Isabel Rodrigo, ha mantenido con Jordi Espín, secretario general de Transprime – Spanish Shippers’ Council y Strategic Relations Manager at European Shippers’ Council (ESC), entre otros cargos. Toda una autoridad, que arroja mucha luz a esta crisis. Les recomiendo vivamente su escucha.
No voy a repetir lo que dice Espín. Él lo hace con sabiduría, con habilidad docente y claridad. Y no se muerde la lengua. Al pan, pan. Pero sí a preguntarme, por ejemplo, qué intereses o qué indolencia han permitido crecer a esa voraz hidra de siete cabezas –las siete grandes navieras agrupadas en alianzas- que, como la mitológica criatura acuática, mata con su solo aliento venenoso… los beneficios de los cargadores.
Espín pone foco en los reguladores, únicos con cierta capacidad para moderar un mercado y unos precios que, se da por seguro, no volverán a los pre-pandémicos, manteniendo su “incidencia acumulada” ¿Podrán los reguladores meter la mano en el avispero?
Y si la COVID-19, por lo que parece, no es la culpable, solo el acelerante de la explosión de precios y costes ¿Era previsible?
De dominador a dominado
Los cargadores fueron, tiempo atrás, el gallo del corral. Tenían la carga –la tienen-, y quienes la movían, las navieras por ejemplo, pugnaban por ella. Los shippers no marcaban los precios, pero tenían el mango de la sartén muy a mano. Perdieron parte de esa preponderancia cuando la distribución comercial se convirtió en el canal por excelencia, marcando nuevas reglas. Las suyas. Y aún más con la aparición de los marketplaces, especialmente Amazon. El golpe de gracia se lo han dado las navieras. Ahora, la pleitesía es tal, que no solo no han sido indemnizados, sino que incluso los cargadores han tenido que pagar un sobrecoste para recuperar su propia mercancía, que no llegó, varada en el portacontenedores Ever Given, encallado en el Canal de Suez durante semanas ¿Por qué?
Y todo en un negocio redondo, tan redondo como el globo terráqueo en cuyos mares –y ahora carreteras- mueven mercancía las navieras en mega-buques ¿Qué harían ustedes, empresarios o accionistas, si su beneficio operativo pasara del 3 al 56 por 100 en un tejido de relación cliente-proveedor aparentemente legal? ¿Matarían a la gallina de los contenedores de oro?
Digo, aparentemente legal, porque tanto la Unión Europea y, sobre todo, los Estados Unidos donde es casi anatema, han perseguido siempre los monopolios. Este es su “gran hermano”. Un oligopolio reconocible sin aparente alternativa. La única la de los grandes cargadores –no está al alcance de todos- que han iniciado una tímida estrategia de do it yourself, fletando sus propios buques con carga completa, punto a punto ¿Creen que las navieras y los grandes puertos, donde tienen mucho poder y predicamento se lo pondrán fácil?
¿Y qué dicen los “acusados”? Nada. Apagón informativo. Saquen sus propias conclusiones.
Tengo muchas más preguntas. Por fortuna, Jordi Espín tiene también muchas respuestas. Lo dicho, no dejen de escuchar el podcast. Me lo agradecerán.
Lo que está ocurriendo ahora mismo –aunque se modere paso a paso- nos recuerda que lo más importante es la vacuna y la precaución. No lo dude ni un instante. La COVID-19 y sus variantes nos siguen acompañando. Cuídense y cuidarán a los demás.
