La cotización actual ha bajado. Considerablemente. Pero en 2004 y en los años siguientes –en realidad hasta hace relativamente poco- poner un solo kilogramo de mercancía en órbita, en la Estación Espacial Internacional (ISS) costaba la friolera de 1 millón de euros. Así lo contó el astronauta español Pedro Duque en 2004, en Zaragoza, invitado por los organizadores del Premio Pilot a la Excelencia Logística. Allí tuve la ocasión de preguntarle y conocer ese dato abrumador.
Tras mantener la llama de la excelencia logística en lo más alto durante años, el Premio Pilot (nacido en 2001) fue perdiendo esencia sectorial y se diluyó en territorios empresariales más generalistas. Ahora partir de este año 2022, quiere volver a sus orígenes de alguna manera.
Pero volvamos con el astronauta-ministro y actualicemos su información, porque hoy, 17 años después, el precio por kilo puesto en órbita cuesta entre 7.000 y 30.000 €, incluso puede bajar aún más con la utilización en las mejores condiciones del cohete Falcón de Space X (la empresa de Elon Musk) y su astronave recuperable.
Esto también es transporte y también es logística. Aquí llegamos. Y a esta disquisición me ha dirigido el artículo que en unos días formará parte del nº 66 de Cuadernos de Logística, dentro de la sección permanente Aula Logística, que elabora la Fundación ICIL en cada una de las ediciones de nuestro medio.
Les invito a leer el artículo completo que aborda este tema uno de sus párrafos. Se preguntan quienes lo han elaborado, si en el año –este- en el que parece que habrá más turistas espaciales abandonando la órbita terrestre que astronautas profesionales (ahora la tripulación la forman 7 ocupantes, miembros de la expedición nº 66 a la ISS), si eso puede empezar a plantear la necesidad de una logística espacial o asociada a la carrera espacial.
Y no es todo. En 2024 se lanzarán los primeros módulos, precisamente propulsados por un Falcon (Heavy) de Space X de la Lunar Gateway, una estación “de paso” para los próximos proyectos de vuelta al satélite que faciliten el aterrizaje, cambiando de nave, y sirvan de experiencia para el “salto” más lejano a Marte. Si todos los proyectos cuajan, a esta estación espacial se unirán otras de China o Rusia y una impulsada por la iniciativa privada.
Y es que la ISS, que ha crecido hasta los 73 x 109 m y más de 900 m3 de volumen presurizado, se jubilará en 2030.
Kilos y euros por los aires
La pregunta que se hacen desde ICIL no es en absoluto ociosa. Toda conquista o reto sobresaliente del ser humano ha necesitado de logística como clave de su organización. Y en muchas ocasiones, diría que en todas, aunque haya pasado desapercibida, la logística y con ella el transporte, han sido las claves o algunas de las claves de sus éxitos o fracasos.
Lo han sido en operaciones militares excepcionales y decisivas para el devenir histórico como el Desembarco de Normandía (06/8/1944); en gestas como la llegada al Polo Norte (06/04/1909); en largos periodos históricos como la colonización –que no es descubrimiento- del subcontinente americano a partir de 1493; en conquistas “deportivas”, como la primera ascensión al Everest de E. Hillary junto a T. Norgay (29/05/1953) y las que vinieron después a esta y otras montañas; en grandes acontecimientos, como los Juegos Olímpicos; en emergencias globales como la distribución de las vacunas para luchar contra la COVID-19; en retos comerciales, como el establecimiento de nuevas rutas de distribución (el Tren de la Seda, por ejemplo) y, por supuesto, en la llegada del primer hombre –y el primer vehículo- a la Luna (20/07/1969 y 31/07/1971, respectivamente).
Renacimiento espacial
El renacimiento de la carrera espacial, que ahora ya no es una pugna única EE.UU.-Unión Soviética, tiene en la iniciativa privada, con el trío J. Bezos, E. Musk, R. Branson, como sus máximos exponentes (o lo que es lo mismo Amazon, Tesla y Virgin) su actual catapulta, tomando el relevo a las agencias espaciales oficiales rusa (Roscosmos) o americana (NASA), sin olvidar a la china (CNSA), japonesa (JAXA), india (ISRO) o europea (ESA). Y todas han necesitado y van a necesitar gestión logística creciente. Mucha.
Comida, vestido, materiales, equipamiento médico y suministros, combustibles, trajes espaciales, logística inversa de residuos, consumibles,… Ahí lo tienen. Ya no es ciencia-ficción. Es logística. Y las compañías privadas de operaciones logísticas (DHL, Dachser, DSV, …) o por qué no las navieras (Maersk, MSC, Cosco, …) van a estar en primera línea del nuevo desafío. Quizás ya tengan planes al respecto. Esas u otras que nazcan para cubrir esas necesidades de cadena de suministro espacial. No lo duden.
Lo que está ocurriendo ahora mismo nos recuerda que lo más importante es la vacuna y la precaución. No lo dude ni un instante. La COVID-19 y sus variantes nos siguen acompañando. Cuídense y cuidarán a los demás.