Inicio / Opinión / 2021 / Aire a precio de oro

Aire a precio de oro

Por Ricardo J. Hernández

La crisis en la cadena de suministros afecta a todos los niveles y tamaños de empresa. Es una crisis “democrática”. La naturaleza de los productos, su localización en origen y la longitud de la cadena determinan la mayor o menor tensión. Pero nadie se libra. Las compañías de menor tamaño y recursos desarrollan estrategias para paliar los efectos del tsunami. Con escaso margen. Las mayores, los líderes por tamaño y categoría, las suyas.

El indiscutible líder del ecommerce no puede permitirse una reducción sustancial de ventas por falta de suministros en la época estrella del consumo. Por ello Amazon ha puesto en marcha toda su maquinaria y enormes recursos, especialmente de transporte en todos los modos, para mitigar la escasez.

Recompensar a sus trabajadores con mejores salarios y anticiparse a las faltas con previsión a más largo plazo, se antojan como estrategias acertadas. E incluso puede serlo –a largo plazo- la generosidad, ofreciendo espacio ocioso en sus cargueros a precios imbatibles (4.000 $ por contenedor frente a los 12.000 $ actuales) a empresas sin acceso a esos recursos.

Sin embargo, por mucho que se trate del gigante planetario de las compras on-line –con o sin el permiso de Alí Babá-, por más que se trate del inventor de la categoría, y que “imponga” sus usos y costumbres a todo el sector, no todo vale.

¿Saben qué es lo más caro de transportar? Muchos de ustedes habrán acertado la respuesta: aire. Camiones o contenedores vacíos. Una máxima que no es de ahora –pero sigue siendo verdad absoluta- y que se hace aún más contundente si añadimos al término económico de la expresión el medioambiental.

Mover aire a cualquier precio

Pues Amazon presume de mover aire. O lo hacen quienes difunden precisamente su estrategia actual. Docenas de contenedores marítimos vacíos. Y camiones medio vacíos. Subvencionando a los camioneros –recur$os no le faltan- para que puedan rentabilizar esos tránsitos. Muchos medios norteamericanos, como Los Ángeles Times, han hecho casi un panegírico de esta estrategia.

El todopoderoso “gran hermano” del comercio electrónico, que no puedo negar que ha hecho mucho por la logística interna –provocando, estimulando y poniendo en marcha ideas de gestión, de automatización y robótica- nunca ha podido presumir de sostenible. Un mal común entre quienes medran por aplastamiento. Y el transporte de “vacíos” es un dato más que demuestra esa característica.

Tampoco es sostenible su fallida o consciente estrategia de entregas, que no favorece y en la que no parece importar la acumulación de entregas. Burro grande.

Pero todo parece válido para “aumentar su ventaja sobre sus rivales”, publica el rotativo de la Costa Oeste.

No me cansaré de expresar la misma máxima: un líder lo es en todo. Y hoy la condición de sostenibilidad es la primera que debe definir ese liderazgo.

Por ello no es aceptable que el líder y sus voceros presuman de lo ineficaz. De lo insostenible. De un coste medioambiental inasumible. No es el mejor ejemplo. Una estrategia basada en un error. En un principio equivocado. Mover aire a precio de oro.

Y aquí –o en cualquier escenario similar- el fin, es decir disponer de espacio para transporte allí donde se necesita, no justifica los medios. Ni el precio a pagar. Nos lo dijeron en la Cumbre del Clima de Madrid y nos lo acaban de recordar en la de Glasgow.

No hay tiempo que perder ni recursos o estrategia que no deba emplearse para ello.

Lo que está ocurriendo ahora mismo nos recuerda que lo más importante es la vacuna y la precaución. No lo dude ni un instante. La COVID-19 y sus variantes nos sigue acompañando. Cuídense y cuidarán a los demás.

Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Scroll al inicio