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DANA en la cadena de suministros

La DANA se cierne sobre la cadena de suministros. Una borrasca con toda su carga de nubarrones, aguaceros y vendaval que, por momentos,  se convierte en una ciclogénesis explosiva. Lo paradójico es que el frente ciclónico coincide con una fase expansiva –y también explosiva- de la economía tras lo peor de la pandemia. Y la logística y sus infraestructuras son dos de las protagonistas de esa bonanza.

Pero pese el crecimiento del PIB en todas las economías occidentales, todo lo que podía ir mal, está yendo peor y, en algunos casos, como el británico, se puede decir calificar de antesala de lo extremo o directamente catastrófico. El penúltimo anuncio es el de su gigante petrolífero, BP, que anuncia racionamiento del suministro de combustible en las Isla británica, por la falta de conductores. No son pocos: ¡90.000! Y a renglón seguido, el último anuncio, de este mismo fin de semana: Boris Johnson no va a tener más remedio que dar su brazo a torcer, temporalmente, permitiendo 5.000 licencias para conductores profesionales extranjeros.

El mal es también de muchos, mundial. Pero eso, ya lo dice el refrán, solo es consuelo para tontos. La tormenta perfecta puede relatarse así, vista casi a cámara lenta, paso a paso: recesión abrupta mundial de la economía por la COVID-19, supresión de rutas comerciales, aumento de precio de los fletes, contenedores varados, recuperación económica a distinta velocidad, voracidad comercial, proteccionismo de los productores de materias primas, microchips y semiconductores, escasez de suministros o falta de ellos que no llegan a tiempo, reducción de la producción industrial, dilación en las entregas, especulación, Brexit, roturas de stock, falta de mano de obra especializada (camioneros), pandemia, etc. Ufff.

El lujo del just-in-time

El just-in-time empieza a ser un lujo. Un sueño por momento imposible. A todos los niveles. Vuelva usted mañana ¿Un coche? Esperas de varios meses, como en los años 60.

Y podría también ponerles el ejemplo de las carretillas elevadoras y su particular DANA, tanto aguas arriba, como aguas abajo. Lo haré en otro momento, porque merece un análisis muy pausado de las diferentes causas de esa DANA. Que ¡haberla, hayla!

No sé si la tranquilidad estructural de la cadena de suministros, volverá a casa por Navidad, como el turrón. Se antoja difícil. Lo que está claro es que es perentorio que se pongan sobre la mesa toda la cordura y buen hacer para que las cosas vuelvan a su sitio, con el menor intervencionismo y rápidamente, claro: ¡ahí es nada!

Por lo pronto en el horizonte tenemos la época más tensa comercialmente para la cadena de suministros, la triada: Black Friday, Navidades y Rebajas. Tensión logística en su máxima expresión. Modelos de previsión echando humo y resiliencia a flor de piel.

¡No va más!La COVID-19 original y sus variantes nos siguen acompañando. El escenario es más optimista. Cuídense y cuidarán a los demás. Y vacúnense. No lo duden.

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