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¿Economía libre de mercado?

El comercio global se rige por una serie de reglas que, en esencia, lo que procuran es la continuidad de la economía libre de mercado. De hecho la rigidez y las mayores sanciones están más del lado de quien intenta saltarse esa libertad mercantil, con prácticas monopolísticas u oligopolísticas que, en teoría, no deben producirse. En teoría, porque todos podemos nombrar sin exceso memorístico un puñado de empresas o grupos que, de hecho, actúan con claro dominio del mercado.

Si les menciono a Malcom McLean, un empresario fallecido hace ahora dos décadas, probablemente la mayoría de ustedes no sabrán quién fue. Y, sin embargo, este desconocido es uno de los que más han contribuido a ese comercio mundial y su libertad. Ahora quizás se esté “removiendo en su tumba” –si me permiten la recurrente figura retórica- al ver como su contribución al mercado, debida a su visión, empeño e inventiva, pasa por uno de sus momentos más delicados.

A MacLean le debemos uno de los dos elementos físicos que más han hecho por el comercio, el transporte y la logística: el contenedor intermodal. En 2021 cumple solo 65 años, aunque nos parezca que siempre ha estado ahí. El otro elemento es el palé, como habrán imaginado.

Pues bien, el comercio, el libre mercado y el contenedor –en su eslabón marítimo- están ahora en el ojo de una tormenta perfecta que tiene muy tocados flujos y precios de fletes. Justamente en un momento en el que lo que menos hacen falta son piedras en el camino. Y mucho menos cargas económicas extras que anotar en unas cuentas de explotación, ya de sobra maltrechas por el año de pandemia que llevamos arrastrado.

Malcom McLean, inventor e impulsor del contenedor multimodal

Mercado, contenedores y fletes

El cóctel explosivo está formado por una parte de cambios y reducción de la demanda a causa de la COVID-19, otra parte de reducción o supresión de rutas marítimas por esa falta de demanda, y algo más que unas gotas de numerosos buques ociosos y menor número de contenedores, varados en puertos sin las frecuencias anteriores. Finalmente, las aceitunas de este “martini” son cuellos de botella puntuales –como el Año Nuevo chino- y lo que algunos llaman “oligopolio camuflado” –¿camuflado?- del top ten de los armadores mundiales. Ellos tienen las riendas. El sabor amargo de esta pócima es la regla comercial más antigua: mucha demanda –el mercado ya ha despertado de nuevo- y menos oferta: subida de precios (fletes). En este escenario concreto a niveles y en porcentajes desatados.

¿Se puede hacer algo para remediarlo?

La respuesta inmediata es la que nadie quiere escuchar: no. Es más, el problema tiende a empeorar e impacta también en las líneas de fabricación. El dominio de esos diez armadores agrupados en tres alianzas es tal, que controlan el 80 por 100 del tráfico mundial de contenedores. Por otro lado es presumible –y deseable- que la situación económica cambie y, que en algunas regiones se dispare con un efecto péndulo, cuando las vacunas provoquen la desescalada de las restricciones. Y el precio del petróleo al alza no va a ser un aliado, precisamente.

Quizás no deberíamos haber llegado a esto pero, por otra parte, la libertad comercial permite –debe permitir por esa misma regla- el crecimiento de las multinacionales, y las alianzas comerciales han estado ahí desde… siempre.

Seguramente haya que repensar este mercado, marcar algunas líneas rojas aunque nos pese y dejar intervenir a estamentos como la Organización Mundial del Comercio y sus homólogos continentales (CE, OEA, etc.) o a los grandes bloques políticos y comerciales mundiales. Aunque la intervención sea una palabra “maldita” y opuesta al libre comercio, desde luego.

Por fortuna para la situación de emergencia que tenemos, los contenedores marítimos y su transporte no son –por ahora- una alternativa viable para las vacunas.

Un panorama en todo caso muy complejo, que puede condicionar el libre comercio, la economía occidental y, sobre todo, los flujos este-oeste durante los próximos meses. Y no serán pocos.

Continuará. Eso es seguro.

Cuídense y cuidarán a los demás, que esto no se ha acabado. Aunque queda menos. Ahora sí.  

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