Imagínense dentro de unos meses. Pongan ustedes la fecha. Yo no me atrevo. Se trata de vislumbrar cuando estarán disponibles las vacunas de la COVID-19 para su distribución e inoculación en la población. No entraré en quiénes y dónde la recibirán. Sobre todo los primeros grupos de población.
Pero situémonos en un escenario geográfico favorable: Europa. Con sus correspondientes y modernas infraestructuras. Y pongamos que sea un número de dosis que se cuente por millones. Datos plausibles por lo que se viene publicando.
La operación logística necesaria para dar –casi- el último paso en la lucha contra la pandemia, va a ser una de las mayores que se recuerden en la historia. Comparable en número de movimientos y transportes –no personas- con el Desembarco de Normandía. Y que ya se cifra, por ejemplo, en la necesidad de utilizar varios miles de aviones cargueros tipo Boeing 747. Más allá de las cifras, lo realmente importante va a ser la operativa.
Vayamos al punto cero aguas arriba. A la o las farmacéuticas que logren el hito de producir una vacuna efectiva. Más en concreto al almacén frigorífico de esas instalaciones, donde se contendrán las dosis en sus viales: una, dos, tres… mil… cien mil… un millón… cien millones… mil millones de dosis.
Desde allí las vacunas deberán primero manipularse y luego cargarse cuidadosamente en vehículos. De una forma concreta y adecuada. Se trata de material sensible. Pequeños frasquitos de fino cristal que se conservarán refrigerados. Por lo tanto, la cadena de suministros de esta carrera contra el enemigo invisible, va a tener que ser de temperatura controlada para que no se rompa la cadena del frío, lo que daría al traste con la eficacia del tratamiento.
Cantidades ingentes de vacunas
Los viales pasarán del almacén a vehículos refrigerados o isotermos para cubrir el primer tramo. El volumen de un frasco de vacuna es muy pequeño para los estándares de transporte, pero la multiplicación por cientos o miles de millones de dosis hará que las necesidades de transporte terrestre sean igualmente enormes.
Recuerden que les proponía Europa como escenario. Porque si hablamos de Asia, África o Sudamérica, a la ingente operación logística se unirán las precarias, deficientes o inexistentes infraestructuras y equipamientos. No sería extraño que colectivos como el ejército tuvieran que intervenir para facilitar esas operaciones logísticas.
El primer tramo concluirá en el aeropuerto, donde las vacunas deberán ser de nuevo manipuladas, descargadas y cargadas con sumo cuidado en aviones cargueros igualmente provistos de sistemas de control de temperatura y refrigeración.
Ya en el segundo tramo el proceso se invertirá para descargar los medios aéreos en camiones primero –siempre con temperatura controlada- que trasladarán su preciosa carga hasta grandes almacenes o puntos reguladores, desde donde se distribuirá por otros medios terrestres, marítimos, fluviales, drones, etc. en dos, tres o varios tramos más. Toda la capilaridad necesaria para llegar al centro sanitario o lugar destinado a la inoculación subcutánea de algo que casi todos esperamos ansiosamente.
Aún un elemento más va a condicionar su distribución: la seguridad. Pues no en vano hablamos de un bien muy preciado que será objetivo de mafias e inaprensivos.
Una cadena de suministros en toda regla. Muy clásica y sin secretos (sobre todo para los profesionales) pero que se va a convertir en el gran desafío logístico del siglo XXI por la sensibilidad del bien único a transportar, sobre todos por su cantidad y por la necesidad humana de que llegue en las mejores condiciones y en el menor tiempo posible a todos los rincones. Logística en estado puro.
Si las previsiones más optimistas se cumplen, a los desafíos que ha venido asumiendo la logística por los distintos momentos y grados de confinamiento en todo el mundo desde el mes de marzo, se unirán este 2020 los del Black Friday, Navidades y Reyes Magos, las ventas compulsivas y de oferta (seguramente más agresivas que nunca) de las Rebajas de enero y, sin solución de continuidad, esta otra logística de las vacunas, que si bien especializada y por distinto canal, ocupará su espacio y necesitará sus recursos de transporte, quizás durante años.
Cuídense y cuidarán a los demás.