Inicio / Opinión / Cuidado con la complacencia logística

Cuidado con la complacencia logística

Por Ricardo J. Hernández

El ánimo necesita alimento. Tanto como el estómago. Y si el entorno es desfavorable, tenso, preocupante o indudablemente catastrófico, aún más. El alimento de la logística desde hace ocho semanas ha sido, primero, la presunción de su capacidad de respuesta ante la peor situación que haya vivido en su historia, después, la constatación de esa respuesta, y más tarde la complacencia por todo ello.

Llevamos casi tanto tiempo con ese orgullo unánime, como con el propio estado de alarma. Pocas dudas y muchas certezas: Sí, se puede. Una realidad sobre la que hacer palanca para saltar de una vez la barrera social y obtener el ansiado reconocimiento más allá del propio sector. Una enorme catarata de autoestima que, sin embargo, bajo la cortina acuosa difumina una parte importante de la realidad.

El comercio electrónico y toda su logística han estado en el centro del desafío desde el 14 de marzo pasado. Han respondido bien. De forma excelente incluso. Pero alrededor de las luces se han impuesto también algunas sombras.

Unas desde el principio, no pudiendo digerir el incremento de operaciones on-line, que van desde el 50 hasta el 500 por 100. Una explosión coyuntural que ha ido regularizándose y adaptándose al creciente modelo de compra telemática, el único capaz de medrar en el entorno del confinamiento. Pero no en todos los casos.

Menos complacencia y más eficacia

La euforia de la complacencia por la excelencia de la logística en este canal debe como poco moderarse, si atendemos a la reconocida y asumida incapacidad inicial de algunas cadenas para responder al envite: la más sonada la de Mercadona, ya resuelta. Y aún más relevante es la de algún protagonista del mercado de paquetería, que acumula hoy miles de envíos –más de 8.000 en Madrid- retenidos y no entregados, por problemas de gestión que no sufre ni por primera ni por segunda vez. Y en esta ocasión involucrando además, quizás para repartir la responsabilidad y la ineficacia, al mayor distribuidor comercial de España. No hacen falta muchos más datos. La fuente es de lo más solvente, los propios operarios encargados de las entregas domiciliarias de la compañía paquetera ¿Es la punta de un iceberg?

Ahora con el calendario temporal y geográfico de las fases de la vuelta a la normalidad en marcha, con muchos negocios que empiezan a abrir sí pero no y cohabitarán –quizás para siempre- con el canal de comercio electrónico, con el despertar de la cadena B2C, y con un tráfico rodado que ya no será el paraíso de la distribución de mercancías, la logística que da soporte a toda esta cadena de compras y entregas, tendrá que mover desarrollo –plato pequeño, piñón grande- y aún así ver quién está a la altura.

Así que cuidado con la presunción no de inocencia, si no de excelencia. Y ojo con disfrutar en exceso de los laureles. El canal on-line es seguramente, la mayor oportunidad que un nunca ha tenido la logística como sector y como negocio. Pero también es el más sensible a las ineficacias y el que está sometido a una mayor escrutinio y juicio social a través de la redes. El error aquí se paga muy caro.

Hemos conquistado nuestro particular “tourmalet”, pero atención, sólo estamos a mitad de la etapa y algunos pueden llegar exhaustos y fuera de control.

Cuídense

#Quédate en casa… cuando debas hacerlo

Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Scroll al inicio