Estamos aprendiendo a saber y valorar qué es primera necesidad. Llevamos algo más de una semana de confinamiento general. Este miércoles 25 de marzo se aprobará –con toda probabilidad- aumentar las dos semanas iniciales del estado de alarma otras dos más. Hasta completar un mes el 11 de abril. A estas alturas nada demasiado sorprendente.
Prácticamente sólo funcionan servicios y empresas para cubrir lo que se considera primera necesidad. Algo que todos podemos recitar de carrerilla. En términos muy generales: sanidad, en primer lugar, farmacia, alimentación, cuidado de mayores y dependientes, finanzas y seguros. Y desde luego, de manera muy destacada, todo lo necesario para el normal –que ajena suena ahora esta palabra- funcionamiento de todo lo anterior. También en resumen: transporte y logística. Con su orbe de empresas auxiliares.
Se lo hemos venido contando durante toda la pasada semana. Y seguiremos. Somos muy afortunados por poderlo hacer y ser útiles. Vamos a continuar utilizando toda la potencia de la red y sus posibilidades (tendremos novedades), pues son muchas las empresas de nuestro sector que con su labor –aunque limitada y condicionada- y con el esfuerzo de sus directivos y trabajadores contribuyen a que las cadenas de suministro de productos de primera necesidad funcionen. Todo un bálsamo y una tranquilidad para la ciudadanía.
Casi cada día las novedades sobre la crisis del COVID-19 dibujan o recomponen el escenario. Pero aún se puede definir un poco más y añadir a ese listado algunas excepciones que también son primera necesidad, y que no requieren suprimir ninguna de las limitaciones actuales, ni añadir riesgo de salud alguno.
Porque también es de primera necesidad
– Que el sr. presidente del Gobierno, los presidentes autonómicos o alguno de los miembros de la célula de crisis se tomen el tiempo necesario (es un bien ahora abundante) para nombrar públicamente al resto de los colectivos que también están ahí como el sector logístico. No cuesta nada y ayudaría mucho.
– La información (la buena y contrastada) también es de primera necesidad. General o profesional. Queremos y necesitamos saber, porque es el mejor camino para la tranquilidad de ánimo. Tanto por conocer lo que pasa, como por saber lo mucho que se está haciendo. No es de recibo poner trabas a esta actividad.
– No romper la cadena de pagos entre clientes y proveedores. Lo último que necesitamos es esto. Atendamos a los compromisos ya adquiridos por bienes o servicios. Ya me dirán si esto no es de primera necesidad y solidario.
– Luchemos contra el desánimo, porque es nuestra mayor amenaza y de primerísima necesidad. Codo con codo virtual. No perdamos ilusión y tensión.
– Planifiquemos actividades a medio y largo plazo (para cuando esto acabe) con las mismas ganas, seriedad y profesionalidad que antes. Si ahora no se puede, luego se podrá.
– Aprendamos de esta experiencia, de la capacidad que nos dan los canales de comunicación on-line, para hacer cosas que antes nos hubieran parecido impensables. Hagámoslas.
– Y veamos el lado simpático, llamativo, increíble,… de todo esto. No vamos a ser malos ciudadanos por ello. La sonrisa y la risa también son de primera necesidad.
Así, iremos avanzando en el tiempo. Porque esto pasará. Pronto. Y habrá que estar ahí. Cuando sea. Con las fuerzas intactas para que la maquinaria vuelva a tomar velocidad de crucero cuanto antes. Entonces eso será de primera necesidad.
Quédate en casa
Muchas gracias por tu comentario. Tenemos que poner en valor el trabajo de todas estas personas