La fortaleza de un sector se puede medir de muchas maneras. Por su potencia económica. Por la cantidad de actores que lo forman. Por su calidad, madurez, cohesión. Por lo que representa para la sociedad… pero también por su atrevimiento y por la capacidad de decirle –o exigirle- a los poderes y gobiernos que es lo que tienen que hacer. El sector logístico en España necesita que se le escuche y transita por esos derroteros.
Es así a juzgar por las palabras con las que se expresaba con rotundidad el presidente de la patronal de logística y transporte, UNO, Francisco Aranda, el pasado miércoles en su gran encuentro empresarial anual.
Aranda, que no en vano lleva, además, muchos años con distintos cargos y responsabilidades en la gran patronal empresarial nacional, CEOE, ahora como vocal de la Junta Directiva Nacional, no solo enmendó la plana al Gobierno de Pedro Sánchez, si no que le dictó la receta para que el panorama laboral cambie y se refuerce.
No se trata de consolidar los puestos de trabajo como pretende la actual reforma laboral que contesta día sí, día también, el empresariado. Se trata de consolidar el empleo, dijo Aranda. Y como lo está haciendo el Gobierno –vino a decir- no se consigue ni se conseguirá. Alto y claro.
Una oportunidad
Es de recibo señalar que UNO, a la vista de la capacidad que ha demostrado esta organización empresarial de logística y transporte, tiene cada vez más solvencia y justificación –si es que la necesita- para poner encima de la mesa la potencia del sector logístico (6 por 100 del PIB; más de 500 millones de envíos, 5 millones de t/año y más de 800.000 trabajadores) como garantía y credencial de sus exigencias a los gobernantes.
No estaría de más que, de paso, consiguiera que el aplauso cerrado que recibe de sus socios patronales de colectivos de operadores logísticos, empresas de paquetería y de transporte, lo recibiera también de otros colectivos del gremio y aprovechara que está surfeando cerca de la cresta de la ola, para aglutinar al sector logístico, aún huérfano de verdadera cohesión y muy necesitado de transparencia social.
Ahí hay una gran oportunidad. Solo hay que aprovecharla.