Inicio / Opinión / Decálogo ¿A qué feria voy, si es que voy?

Decálogo ¿A qué feria voy, si es que voy?

La pregunta se la están haciendo ahora mismo –o ya se la han hecho estos últimos meses- multitud de empresas y profesionales. Las primeras para decidir como posibles expositores; los segundos como asistentes ¿A qué feria voy? Y no es cuestión ociosa. Ni mucho menos. La oferta está clara. La decisión, por lo que se discute en los “mentideros” sectoriales, no tanto.

De la próxima semana y hasta el mes de noviembre, empresas proveedoras y profesionales con poder de compra o ávidos de conocimiento pueden haber decidido –o estar en esa tesitura- asistir de una u otra forma a:
Pick&Pack (Barcelona, 12 al 14 de febrero).
LogiMAT (Stuttgart, 10-12 de marzo).
Hannover Messe (Logistics), antes CeMAT (Hannover, 20-24 de abril).
SIL (Barcelona, 9-11 de junio).
Logistics & Automation (Madrid, 25-26 de noviembre).

Y aún podría añadir SITL (París, 17-20 de marzo) o Empack&Logistics Porto (Oporto, 23-24 septiembre)

Y las preguntas vuelven a estar en el ambiente. Más que nunca o cada vez más. Tanto da. La razón es única y coherente: rentabilidad. Asistir a un evento de este tipo como “feriante” o visitante exige dos condiciones inseparables que requieren utilizar los dos recursos más escasos de cuantos manejamos: tempo y dinero. Y todos queremos ver y saber el retorno de esa inversión pues ambos, repito ambos, son muy, muy escasos.

El expositor quiere condiciones económicas razonables, pero es muy difícil determinar dónde están los límites de lo razonable. Es más, por definición, a todo expositor los precios de participación le parecen de todo menos razonables. Además, exige un flujo de visitantes profesionales en cantidad –tampoco hay una fórmula aceptada que responda al cuánto de esta variable- y calidad, con capacidad de compra. Y en este punto pocos reconocen que parte de la labor de “atracción” hacia el evento depende, también, del expositor.

El visitante, por su parte, quiere oferta y novedades, cierta organización sectorizada si se trata de una feria con muchos metros cuadrados (como suelen ser las grandes ferias alemanas) y precios asequibles para transporte o alojamiento, lo que a veces es el escollo más importante y donde menos influencia y responsabilidad tienen los organizadores (menos, no ninguna, sobre todo en ciudades muy feriales).

Preguntas y respuestas

Si una institución ferial o una empresa organizadora quieren medrar en este negocio, sólo tienen que responder a estas premisas. Si un expositor potencial quiere ir a una feria y preguntarse de antemano si cumplirá con sus expectativas, solo deben buscar respuesta clara a esas variables. Lo mismo que debe hacer un visitante para intuir si encontrará lo que busca.

Los primeros se equivocarán si no escuchan atentamente a los protagonistas del sector (tanto expositores como grupos y colectivos gremiales) para conocer y encauzar sus necesidades, respondiendo a ellas. Los expositores errarán si dan por supuestas demasiadas cosas sin hacer nada por cambiarlas: y no todo es coste. Los últimos consumirán recursos temporales y económicos sin resultado, si no planifican con tiempo ni se informan previamente de lo qué pueden encontrar en esta u otra oferta ferial.

La cuestión es si nos planteamos o no estas preguntas. Si escuchan los que tienen que escuchar; si analizan los que tienen que hacerlo; si planifican los que se mueven.

Y no olvidemos las constantes indudables y diferenciales de estas citas profesionales: el contacto humano y el conocimiento. Que no es poco.

Decálogo

Así que si como expositor o visitante aún se plantea si ir o no a una feria logística este año, al que todavía le queda mucho, siga este decálogo:
I. Busque y compare.
II. Pregunte mucho.
III. Suponga poco, sea analítico, no visceral.
IV. Mida y haga su presupuesto.
V. Infórmese sobre lo acontecido en ediciones anteriores.
VI. Fije sus objetivos económicos y no económicos (que a veces son más importantes).
VII. Pida una oferta a la organización (expositores) o a su agencia de viajes (visitantes).
VIII. Analice qué puede obtener con su presencia y qué perderse con su ausencia (sin olvidar que en poco tiempo puede verse mucho y a muchos).
IX. Aproveche su pertenencia a grupos o colectivos… pero no olvide que sus intereses comerciales solo son suyos, de nadie más. Los trozos de tarta son cada vez pequeños y usted quiere uno.
X. Y, por último, y quizás lo más importante, pregúntese qué puede conseguir en una feria que no lo pueda hacer con otros tipos de promociones, marketing o publicidad.         

Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Scroll al inicio