Llevamos unos días aguantando la respiración –la metáfora viene al pelo- expectantes ante el avance epidémico del coronavirus, que desde el este de China se expande dentro y fuera de la República Popular y que ha causado ya más de ochenta muertos y casi 3.000 afectados en el gigante asiático.
En China todo el superlativo. Es el tercer país por superficie del mundo y el primero por población, 1.400 millones de personas. Y también el primero por potencia económica, que se pone “nervioso” si crece por debajo del 6 por 100. Todo superlativo.
Así que sorprende, pero menos, que las autoridades chinas hayan confinado a más de 50 millones de personas en sus ciudades, para evitar la propagación del virus ¿Y qué más? Pues que la ciudad origen de la epidemia, Wuhan, donde viven y trabajan 11 millones de personas –más que en Londres o Nueva York- está construyendo ¡dos hospitales, dos! para tratar a los contagiados y que los va a tener listos en ¡10 ó 15 días!
Repito: se van a levantar dos hospitales para los afectados, en dos semanas. China es un gigante económicamente todopoderoso y un país autoritario. Pero no por eso deja de asombrar esa enorme capacidad y velocidad constructiva y logística. Ahí está la clave. Y no es la primera vez que lo hacen.
Logística, construcción
y emergencias
La logística hunde sus raíces en las grandes construcciones monumentales de la historia, en otras más prosaicas y, también, da su medida en momentos de emergencia. Y un proyecto como este además de inmensos recursos (hasta 40 excavadoras pueden contarse en la foto que acompañamos y en el vídeo viral de la explanación del terreno) necesita, sobre todo, organización y una estricta cadena de suministros: logística.
Tengo curiosidad por ver y saber –hasta donde el oscurantismo informativo de la R.P. China permita- qué consiguen y cómo lo consiguen, y si cumplen esos plazos anunciados. Porque si se cumplen, además de asombro, nos habrán dado unas cuantas lecciones de logística engarzada con la ingeniería y la construcción.
Sobre todo en países como el nuestro, en el que tardamos no diez días, si no diez años, en decidir si construimos o no hospitales necesarios y no menos de dos en ponerlos en pie. Sí, ya sé, la comparación es poco menos que imposible, pero sorprende y casi da envidia saber –veremos- que se puede.
De momento me quedo con el asombro, la logística y cruzo los dedos para que sea un esfuerzo casi inútil… porque el virus pierda su corona y efecto y se convierta en un constipado plebeyo.
[…] el asombro por la construcción de los hospitales temporales de Wuhan (China) origen de la pandemia, no sin cierta envidia por su capacidad y recursos, pasamos por la fuerza de […]
[…] 27 de enero –qué lejano parece ahora- publicaba un post desde esta tribuna en el que ponderaba la capacidad china para construir dos hospitales, para un total de 1.996 camas […]