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Tornillo es a cuchillo como almacén es a X

Esta semana traigo dos historias. Una de cal y otra de arena. Una de tornillos y otra de cuchillos. O lo que es lo mismo, una de acierto, sencillez y sorpresa –qué bueno no dejar de sorprenderse nunca- y otra de desacierto, desconocimiento y patinazo sobre la realidad, con un fondo de reivindicación. Ambas en el entorno logístico del almacén.

El tornillo

La semana pasada asistí en la capital de Alemania, casi en el trigésimo aniversario de la caída del muro, a un hecho que me parece sin precedentes: la reinvención del tornillo. A algo tan elemental, prosaico y simple, como genial en su concepción y tan responsable de la evolución tecnológica como la rueda, en cuyo movimiento sinfín se basa, se le ha dado otra vuelta de tuerca, nunca mejor dicho. Aunque parezca imposible, se ha recreado el sostén de buena parte de nuestro mundo.

Los ingenieros de la compañía multinacional Linde Material Handling han desarrollado un nuevo modelo de carretilla elevadora partiendo desde cero. Y ese cero, casi absoluto, se demuestra con un nuevo tipo de tornillo y arandela que han usado en ese desarrollo. Su genialidad es también su simplicidad: la arandela se puede mover, pero también se fija al tornillo y la tuerca, lo que significa que es imposible que se caiga. Además, el tornillo se puede apretar o aflojar no solo usando un hexágono externo. Esto significa el tornillo puede aflojarse o apretarse incluso donde no es posible alcanzarlo con una llave inglesa o donde uno de los dos puntos de fijación se ha desgastado.

En una era donde todos nos sentimos fascinados por la tecnología que casi ninguno entendemos, por lo virtual, por “la nube”, por la robótica y la trasmisión de información inalámbrica, por lo increíble de recibir información de una nave espacial que partió de la Tierra en 1977 y aún nos envía datos desde el espacio interestelar, me parece aún más fascinante –mucho más- esta revisión de la máquina más elemental. Lo prosaico se hace superlativo.

El cuchillo

La otra cara de la moneda tiene que ver con la comunicación, con la publicidad televisiva y con un cuchillo. Más concretamente con un fabricante de cuchillos. Y llueve sobre mojado.

La última campaña de Arcos, un fabricante albaceteño de cuchillería, tiene un aire reivindicativo por la igualdad de oportunidades de familias monoparentales. Una mujer es la protagonista. Una mujer que pasa por diversos empleos. El primero de ellos un almacén y ¡ay! de nuevo (ya ocurrió hace algo más de dos años con el anuncio de una compañía de seguros) un espacio que se llena de tópicos e inexactitudes, convirtiéndolo en foco negativo.

Tanto en el spot de TV como en el cortometraje que puede verse en Youtube, se observa como la protagonista trabaja sola en un gran almacén con no menos de cinco niveles; que lo hace utilizando, únicamente, una transpaleta manual; que maneja las cajas elevándolas a la estantería con su fuerza física; que no usa ningún tipo de registro manual o informático para situar una de esa cajas; y la guinda de este pastelazo: coloca la caja con el código de barras en uno de los lados no visibles desde el pasillo… y no olviden observar el guardapolvos de su supervisor, trasnochado es poco.

No digo que no puedan existir aun “escenarios” logísticos como este en algunas empresas, muy pocas a juzgar por el tamaño con el que se representa este almacén. Lo que llama a la atención es la elección exagerada e inexacta en sus detalles, cuando es de suponer que los creativos de la agencia que han desarrollado el spot intentan trasladar al público la realidad. Y con ello buscar la empatía ante situaciones de desigualdad.

Y dos preguntas más. Si los creativos no conocen la realidad de muchos otros los almacenes ¿El cliente tampoco? ¿Cómo es el almacén de Arcos?

Eso sí, reconozco que me he fijado en el spot. Pura deformación profesional. Lo admito 

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Pedro Puig
Pedro Puig
03/12/2019 12:25

Tecnología, ¿qué es la tecnología? Leyendo un escrito de Ricardo Hernández en C de comunicación he recordado algo que escribí hace tiempo. La tecnología a veces no es tan incomprensible ni elevada como parece, a veces son tornillos o cuchillos,… “Estaba en Argentina viendo cocinar un asado en el fuego. Este generaba brasas y el aire subía a toda velocidad por la chimenea. Todos los argentinos son expertos en asar y observo con atención sus maniobras. En el hogar hay dos espacios separados: uno en donde se forman las brasas y otro en donde estas se depositan para asar. No sé si es la saliva que genera el asado o el aperitivo que rodea la ceremonia, pero voy al baño y tiro de la cadena. Lo que pasa a continuación es lo mismo que pasa en mi casa de Madrid: el baño se vacía con estrépito. Las dos cosas están basadas en tecnologías que a cualquiera nos parecerá que el mundo trae de serie. El efecto Venturi ha existido siempre (Principio de Bernoulli: Hidrodinámica 1738). El buen diseño de una chimenea hace que el aire suministre gran cantidad de oxigeno para el fuego y salga por la chimenea, como necesita… Leer más

Juan Carlos Viela
Juan Carlos Viela
11/11/2019 13:04

Nos hemos (o nos han) acostumbrado a que la logística progresa gracias a la tecnología de la información (la tecnología abarca mucho más). No cabe duda que, gracias a ella, se pueden hacer cosas otrora impensables.
Pero no todos los avances se deben a la informática. Otras tecnologías más simples y más próximas también son capaces de producir avances significativos. Están ahí y se pueden ver con los propios ojos, sin necesidad de gafas u otros artilugios de visión selectiva. Hay mucha tecnología rosca chapa esperando ser aplicada.

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