Inicio / Opinión / La sombra logística del conflicto

La sombra logística del conflicto

La sombra del conflicto catalán es muy alargada. Cada vez más. Sus tentáculos han llegado de pleno a la logística y el movimiento de mercancías. Y muchos no parecen haberse dado cuenta que Cataluña y su problema no solo es Barcelona. La factura es ya monumental. El desabastecimiento podría llegar en cualquier momento.

La lista de los efectos de las manifestaciones, actos vandálicos y “festejos” que acaban en batalla campal en plena vía pública, es interminable:
– No menos de 20.000 toneladas de mercancías que, cada día, no llegan a su destino o lo hacen tarde, con todo lo que ello supone. La suma supera en una semana las 100.000 toneladas.
– 25 millones de euros diarios de pérdidas solo en el transporte por carretera, según la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM).
– Transportistas autónomos (la mayoría) que no cobrarán su trabajo por no llegar a tiempo.
– Decenas de miles (se cifra en 20.000) de transportes de mercancías internacionales de largo recorrido atrapados en La Junquera, aislados por los piquetes.
– Las vías AP-7, N-II y A2, ejes fundamentales del recorrido de las mercancías en Cataluña, convertidas en trampas.
– El Puerto de Barcelona trabajando al 5 por 100 de su capacidad en algunos de las pasadas jornadas.
– La plataforma logística de Lérida, inaccesible.
– La cadena de producción de SEAT en Martorell, detenida y acumulando pérdidas.
– El abastecimiento nocturno de las grandes ciudades comprometido, cuando no imposible por los manifestantes, las barricadas (el asfalto y los adoquines arrancados, el mobiliario urbano destrizado, etc.) o su limpieza.
– Y por señalar un dato de última hora, la convocatoria de los CDR a una cena, la pasada noche de domingo, a las 21h 00´ en plena AP-7, a la altura de Freginals (Montsià, Tarragona), tras la cual los convocantes tenían previsto quedarse para mantener cerrada al tráfico esta vía, coincidiendo con la salida habitual hacia Europa de los miles de camiones que dan servicio a los exportadores españoles, según denunciaba CETM.

Las carreteras, ocupadas

Mientras en clave política se apoya o pondera la actuación policial, a excepción por supuesto de los radicales, algunas asociaciones gremiales y el propio sector de la logística y el movimiento de mercancías (no lo olvidemos, casi un 3,5 por 100 del PIB), denuncian que las autoridades no han estado a la altura, al menos hasta ahora, en la gestión de los cortes de carretera o accesos a puntos logísticos neurálgicos, incapacitando la libre circulación. Sin embargo, han facilitado o permitido, en aras a una pacificación de los ánimos, esa ocupación.

Esos mismos colectivos y otras voces señalan que el conflicto no solo se vive en las calles principales de la Ciudad Condal, epicentro de este episodio de manifestaciones pacíficas y violencia callejera (en uno de esos capítulos con el protagonismo espontáneo de un tráiler). También afecta a la periferia, polígonos industriales, fábricas, plataformas logísticas, puertos, Aeropuerto de El Prat, a otras ciudades y a los pasos fronterizos.

El común de los ciudadanos ya ha empezado a sufrir las consecuencias. Pero además de ese desabastecimiento, por ahora puntual,  o imposibilidad de servir mercancías o entregar paquetes del canal comercio electrónico ¿Quién va a pagar la factura de las pérdidas a los eslabones de la cadena de suministro afectados? ¿Quién va a asumir esa responsabilidad de no haber asegurado la libre circulación? ¿Quién va poner los medios para garantizarla a partir de ahora? ¿Y, sobre todo, a quién acudir para reclamar, cuando es imposible distinguir entre el bombero y el pirómano?  

Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Scroll al inicio