Podría comenzar estas líneas con el tan socorrido “decíamos ayer”. Ese ayer es otro post que publicaba hace algo más de dos años y que titulaba: “Logística de bajos vuelos”. Y también tenía como protagonista a los drones. Abril de 2016 se puede antojar cercano, pero si hablamos de tecnología puede ser la prehistoria.
En aquel comentario venía a decir que los drones empezaban a llegar a la logística, que buscaban su lugar y que lo encontrarían. Por eso convocábamos entonces una mesa redonda con esos “ingenios” como protagonistas y varios expertos para debatir acerca de sus aplicaciones.
Reglamentación y seguridad han sido los vocablos más repetidos desde entonces para delimitar su ámbito de actuación. Pese a ello, y sin especiales barreras para un desarrollo tecnológico que por ahora es imparable, los drones han ido encontrando más y más escenarios, tareas, territorios, para aportar sus enormes ventajas. Algunos no habían sido tenidos en cuenta inicialmente. Otros son puramente logísticos. Incluidas las entregas urbanas que ya se prueban en China.
Y hay algunos que merecen capítulo aparte. Se trata de aplicaciones singulares, que rompen barreras o superan espacios hasta hora infranqueables. Espacios físicos, pero también otros convertidos en dolorosos “agujeros negros” humanos. La ruptura de esos muros gracias a los drones tiene mucho de logística elemental, pero también de generosidad, de solidaridad y de certera aplicación tecnológica: altos vuelos.
Logística y drones en GR-EX Logistics
Pasado mañana, 8 de mayo, en Madrid (IFEMA, Pabellón 6), a las 16h 00´, en el marco de Global Robot Expo Logistics y del ciclo de mesas redondas exprés, que hemos organizado desde Cuadernos de Logística en colaboración con el propio certamen, DHL Express va a mostrar un vídeo con lo que podríamos llamar una aplicación logística solidaria basada en drones, en Tanzania. Les aconsejo que no se lo pierdan.
Decía en aquel post que “… la aplicación de los drones en logística está por hacer”. Con independencia de otras tareas más recurrentes –que van a llegar, seguro- ya está hecha. La labor llevada a cabo en el país africano, así lo demuestra. Y no es la única. Como en el título de una de las películas de Bond, James Bond, en logística, “Nunca digas nunca jamás”.
