Inicio / Opinión / Última milla: al puzle le falta una pieza

Última milla: al puzle le falta una pieza

La última milla se ha convertido en un auténtico rompecabezas que hay que resolver cuanto antes. El reto no es de una importancia logística capital. El problema es que nadie sabe qué aspecto tendrá finalmente. Esa imagen en la que fijarse para colocar cada pieza en su sitio. Por si fuera poco, al puzle le falta una pieza. Y qué pieza.

Todos los actores que transitan por ese tramo logístico (incluidos los proveedores de equipamiento y soluciones), que no deja de crecer gracias al comercio electrónico, están cada vez más convencidos, implicados y concienciados en hacer sostenible la entrega de la cadena de suministros. Por su parte, fabricantes y portales de venta online escogen a operadores y distribuidores con buenas prácticas. Y éstos, finalmente, desarrollan alternativas de menor impacto ambiental sin penalizar las exigencias del último eslabón logístico.

Sin embargo hay una petición unánime que se repite. Algo que no encaja. Un grito de socorro que ya no se oculta: ¿Hay alguien ahí?  

Se busca furgoneta

Mientras se deshoja la margarita de cuál será la fuente de  accionamiento de los vehículos en el futuro (electricidad, células de combustible, hidrógeno…), hemos aceptado que la solución hoy es eléctrica. Pero… ahí va la paradoja: no es que no haya en el mercado gamas de vehículos industriales eléctricos (furgonetas) donde escoger para la última milla, es que apenas hay  alternativas. Un problema que, en un mercado de fabricantes mundiales, no es sólo doméstico. Por lo menos, europeo. Pero los vehículos no están, aunque si se les espera. Con los brazos abiertos y las mercancías dispuestas.

La sociedad y las administraciones, que empujan, proponen, exigen y legislan hacia un horizonte sostenible, y quienes trabajan en este territorio del último eslabón, que aceptan el envite, han pillado a la automoción industrial –a decir, alto y claro, de quienes serían sus usuarios- con el paso cambiado. Poco, muy poco, hay por ahora en sus catálogos de vehículos eléctricos que por tamaño, capacidad y autonomía, se ofrezca como la solución que se precisa. Y de inmediato. Acudiendo al tópico: la puerta de un colegio y sin bombón.

O peor y más frustrante: romperse la cabeza por este puzle logístico y no acabarlo por una sola pieza que ni siquiera podemos buscar bajo el sofá.                 

Notificar nuevos comentarios
Notificar
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Scroll al inicio