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La voracidad de un gigante

Por Ricardo J. Hernández

Ya hemos compartido que sigue resultando muy difícil que los que nos dedicamos a esto de la logística seamos capaces de explicarlo sin más, como lo haría un médico, un constructor, un minero o un camarero: “[pregunta] ¿A qué te dedicas? [respuesta] a la logística; ah eso de los camiones”… silencio. Y cada vez resulta más increíble que eso suceda. Me explico.

Hagamos un ejercicio: mencionen conmigo una empresa global, omnipresente, que vende de todo y a la que todos recurrimos para compras o consultas. Antes, hace 15 ó 20 años, todos, en España, hubiéramos dicho El Corte Inglés; hoy estoy seguro que igualmente todos coincidimos al mencionar a la misma compañía: Amazon. Ya estamos en la casilla 1 del juego. Sigamos.

Ahora, describa brevemente –mejor en una palabra que en dos o tres- a qué se dedica Amazon: ¿vender? ¿distribuir? ¿comerciar electrónicamente? ¿venta por catálogo? ¿venta por Intenet? Si usted ha contestado con cualquiera de estas palabras o expresiones…no ha acertado. La visión del negocio que tienen Amazon no es la de vender, eso ya estaba inventado, ni siquiera hacerlo a través de la Red, eso no supone hoy diferenciación ni especialidad alguna. Amazon es una empresa de logística cuya misión es hacerle llegar casi cualquier producto (eso que en su día definió a los grandes distribuidores comerciales multiproducto) a la mayor velocidad y en las mejores condiciones. Aquí está la clave y no en la venta.

Y si alguien lo dudaba, las noticias de los últimos días (¡ojo! en apenas una semana) son, simplemente, apabullantes. El gigante pretende, aparentemente, disponer de su propia flota de aviones, barcos y camiones, adquirirá en breve una compañía de mensajería francesa –Colis Privé- de la que ya tenía un porcentaje minoritario, y sigue probando tecnologías como los drones o vehículos autónomos de transporte terrestre. Ni siquiera los alimentos frescos se le resisten. La empresa de logística quiere hacer su propia logística: lógico ¿no?

Hubo un tiempo, los menos jóvenes y más futboleros lo recordarán, que se acuñó una frase para enfatizar la capacidad goleadora de Mario Alberto Kempes, el delantero centro argentino del Valencia C.F. y de la selección albiceleste: “No diga gol, diga Kempes”, que también se expresaba viceversa. Con la voracidad de este gigante quizás algún día, no muy lejano, lleguemos a decir “no diga logística, diga Amazon”.

Al menos así el resto de los mortales sabrá, de una vez, que es lo que hacemos: “Ah ¿eso que hace Amazon?… Sí”

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