Asistí hace unos días a una reunión privada en la que un empresario contaba un nuevo proyecto casi exclusivamente on-line, basado en la prestación de servicios, la formación y la posterior venta de productos relacionados con esas actividades, siempre a través del canal de comercio electrónico.
Pregunté por interés y –si quieren- por deformación profesional, acerca de cómo se iban a hacer llegar esos productos (bajo valor y escaso volumen) a los interesados, quién o quiénes serían los operadores y qué precio soportaría esa transacción, habida cuenta del escaso valor de los artículos a enviar. Las respuestas me han dado que pensar: “cualquier operador” y, sobre el precio, “no hemos pensado en eso, el que tenga que ser”.
La respuesta no debe sorprender, pero si llamar a la atención y alertar sobre la banalidad en la que se ha convertido el servicio logístico de envíos en el canal del comercio electrónico. Como consumidores, esa es la percepción que todo tenemos: o el envío es gratuito, o tiene un coste tan bajo que resulta despreciable. Eso es lo que creemos. Pero la realidad es otra.
La cadena logística en los canales de consumo (alimentación, moda, comercio electrónico,…) ha ido más allá de lo que los anglosajones llaman commodity (productos o servicios genéricos, básicos y sin diferencia aparente entre ellos), para percibirse como una actividad sin valor, justamente lo opuesto a lo que proporciona la logística y su conjunción con el transporte: servicios de valor añadido.
Si uno de los objetivos que tiene la logística es aumentar su visibilidad, su grado de percepción ante el común de los mortales, para valorar tanto la profesión como los servicios que presta, quizás habría que empezar por aclarar que el operador o mensajero que llega a nuestro domicilio u oficina con el envío que hemos comprado, no lo hace a beneficio de inventario, por amor al arte o como voluntario de la ONG “Logística sin Fronteras”. Lo hace como prestatario de un servicio que alguien (el operador del portal web correspondiente) le encargó, que seguramente tiene que ver, también, con el fabricante del producto, y por lo tanto ese servicio tiene un coste, como cualquier otro.
Actitudes o percepciones contrarias a esta conducen a negociaciones que hoy –por desgracia- no son excepcionales, en las que el vendedor de comercio electrónico “aprieta” al prestatario logístico más allá de lo razonable, a sabiendas que siempre hay otro prestatario que es capaz de proponer un precio más bajo por envío.
No nos equivoquemos. El mundo hoy es Internet. Y el comercio también en gran parte. Pero necesita de esa prestación de servicios logísticos de calidad para hacer llegar el producto al consumidor. Ni todo vale y sirve cualquier operador y a cualquier precio. La paradoja es que un mercado y un canal boyante y en expansión como este, en lugar de proporcionar oportunidades de negocio puede “matar de éxito”. Así están las cosas.
Hola Ricardo. Acabo de leer este artículo tuyo y quiero decirte que llevas mucha razón. yo vendo libros a través de Internet, generalmente a través de Amazon e Iberlibro. El tema de los repartos es angustioso porque yo no cubro lo que me cuesta el porte y quien hace el reparto a penas gana dinero con su trabajo. Se deduce del artículo que el coste de los repartos es tan bajo que para qué lo voy a calcular. El mundo del «último kilómetro» está tan atomizado que prácticamente trabajan «gratis» si descuentas impuestos, combustible, etc. Aunque no me dedico al mundo de la logística, he llegado a él a través de la venta de los libros de la editorial Marge en la Feria que tiene lugar en noviembre en Madrid. Un mundo realmente apasionante.
Un saludo
Agustín
Las cosas son como son aunque tu experiencia te diga que deberían ser de otra forma. La logística del negocio que describes, que incluso puede ser lo mas importante, es despreciado.
La creencia popular de que la logística funcionará y es gratis, es grande, mejor tomárselo como un piropo para los que nos dedicamos a esto.
El problema podría ser definir un negocio y olvidarse de algo sustancial, pero, como tú, me pregunto si le damos a la Logística la importancia que tiene.
Hace tiempo estaba convencido de que un WMS era una herramienta indispensable en un almacén. Hoy, después de más de 20 años vendiendo un WMS, veo que las empresas han resuelto el problema logístico en sus almacenes de muchas formas.
¿Querrá decir que la logística es de esas materias en las que «cada maestríllo tiene su librillo»?
¿Será que la logística no se puede enseñar? (hablo de formación básica, no de post grados).
Desde luego, me cuesta dar mi brazo a torcer, aunque la edad admite que antes no tuviera toda la razón: aunque dos clientes tengan el mismo problema logístico, probablemente lo resuelvan de dos formas diferentes.
Pedro
Pues mucho me da a mi que parte de ese problema lo tienen los operadores logisticos. Quieren grandes contratos a costa de poner precio a los envios muy baratos pensando en que luego los van a repartir autonomos a costa de 12h diarias para que salga rentable. Quieren la mayor parte del pastel, sin importar como se repartan. Asi que el problema bajo mi punto de vista se ha generado desde dentro. La venta electronica necesita de la logistica, pero la logistica no necesita la venta electronica. Pero como en todo, siempre habra alguien que rompera el mercado haciendo servicios a 4 duros, y los demas le seguiran. El que el cliente perciba que el servicio debe ser gratis responde a que el.vendedor asi puede ofrecerlo,,y es asi porque la bajada de pantalones para quedarse con el mayor numero de paquetes es generalizada. Nosotros le estamos quitando valor a lo importante y costoso que es el que un paquete llegue a su destino a su hora…mi humilde opinion…