• Ferretería y Bricolaje
  • Logística
  • Cárnica
  • Material Eléctrico
  • Climatización y Confort
  • Eventos y Formación
  • Consultoría Digital
  • Inicio
  • Ferretería y Bricolaje
    • El Blog de Juan Manuel Fernández
    • El Blog de Javier Barrio
    • El Blog de Borja Fernández
    • El Blog de Marta Jiménez
    • El Blog de José Carrasco
    • El Blog de Ferretería y Bricolaje
  • Logística
    • El Blog de Ricardo J. Hernández
    • El Blog de Juan José Montiel
    • El Blog de Guillermo Pérez
    • El Blog de Isabel Rodrigo
    • El Blog de Logística
  • Cárnica
    • El Blog de José Manuel Álvarez
    • El Blog de David Navas
    • El Blog de Sergio Herrero
  • Material Eléctrico
    • El Blog de Miguel Angel Jiménez
    • El Blog de Tomás Simón
    • El Blog de Ignacio Mártil
    • El Blog de Juanjo Catalán
    • El Blog de Juan Manuel Fernández
    • El Blog de Antoni Ruiz
    • El blog de Material Eléctrico
  • Climatización y Confort
    • El Blog de Miguel Ángel Jiménez
    • El Blog de Tania Álvarez
    • El Blog de Félix Sanz
    • El Blog de Antoni Ruiz
    • El Blog de Sandra Barañano
    • El Blog de Climatización y Confort

El Blog de Patricia González

Patricia González

La bomba de relojería del ‘made in China’

15 marzo, 2021 Patricia González HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

2018. ¿No oís ese pitido? 2019. ¿Cable rojo o cable azul? 2020. Boom.

Antes de darnos cuenta, la bomba estalló en nuestras manos. Alrededor, caos e incertidumbre. Restos de lo que en su momento fue un mecanismo perfecto empezaban a recopilarse como pruebas de un sistema fallido en el que todos los dedos apuntaban a una misma dirección: China.

Sin un juicio de por medio, la cadena de suministro mundial ya había elegido a su culpable: nada más y nada menos que la fábrica del mundo.

El comienzo del fin

Hace un año, la vida de más de 47 millones de españoles colgaba sin saberlo el cartel de ‘cerrado por reformas’. Cientos de cambios esperaban a la vuelta de la esquina de aquel fatídico 14 de marzo. La logística global veía como algunos de sus pronósticos más inverosímiles comenzaban a acercarse, lenta pero decisivamente.

Con China cerrada a cal y canto, la cadena de suministro del comercio mundial empezaba a temblar. ¿Qué haríamos sin nuestros principales proveedores? ¿Quién podría hacerse con el papel del gigante asiático?

Aunque no nos pillaba del todo por sorpresa, de golpe, la globalización que tantos años había tardado en construirse parecía ser el origen de todos nuestros males. Los logísticos comenzaron a desempolvar un vocabulario relegado al olvido ante la política del “bajo coste”.

‘Onshoring, ‘resiliencia’, ‘adaptabilidad’ y ante todo la palabra ‘relocalización’ empezaban a protagonizar conversaciones sectoriales, apuntando a una única lógica: “cuanto más simple y corta, más segura sería la cadena de suministro”.

Entonces, ¿estampida?

Hace unos días la nueva administración de la Casa Blanca volvía a retomar el debate. Joe Biden puso el cronómetro: 100 días para llevar a cabo una revisión radical de los puntos débiles de la cadena de suministro.

Sobre la mesa: el papel de China como proveedor y, en el nuevo panorama, como freno a la llegada de artículos críticos como chips, equipos médicos, baterías de vehículos eléctricos y minerales especializados.

Ahora, en menos de un año, una de las mayores potencias del mundo replantea su cadena de suministro y, como ya se sabe, cuando Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría. 

Actuar en caliente, pensar en frío

Si bien durante los primeros estadios de la crisis sanitaria Occidente buscaba en países como India el sustituto ideal, los datos lo dejan claro: no podemos renunciar a China.

Una vez se han adaptado a contrarreloj las cadenas de suministro, evitando el desabastecimiento durante la pandemia, hemos sido conscientes de nuestras limitaciones. Ahora, sin apuntar a culpables, es el momento de pensar en frío y valorar, con los ojos puestos en la estabilidad de la logística global, cuál debe ser el sistema del futuro.

Sin lugar a dudas, la estrategia parece clara. Las inversiones destinadas a la relocalización y regionalización de los proveedores ganarán peso ante un nuevo panorama donde, si bien no se podrá evitar la dependencia hacia el continente asiático, este acabará pagando parte de la factura del inolvidable, y no por los motivos deseados, 2020.  

Porque en un día se nos va la vida

15 febrero, 2021 Patricia González 3 COMENTARIOS

En Sin categoría

Una y otra vez, el mismo patrón se repite. Suena la alarma y la resaca de un día plagado de agobios y tareas invade tu cabeza y se acomoda sobre tus hombros. Miras la agenda, asimilas la jornada que te espera y te preguntas, ¿vale la pena tanto estrés? ¿De verdad todo corre tanta prisa? A diferencia de otras realidades, para la logística la respuesta parece clara, haga lo que haga, ya va tarde.

Lo que comenzó como un elemento diferenciador, se ha transformado en estándar. El boom del ecommerce experimentado en los últimos años así lo refrenda: reparte rápido, reparte gratis, y te apreciarán.

Un cambio de paradigma, ¿para mal?

Nuestra forma de vida está cambiando a pasos agigantados y, por el momento, poco podemos hacer al respecto. Como si de un río se tratara, nos dejamos arrastrar por la corriente.

Y no, no estoy diciendo que los cambios estén mal. Los que estamos mal somos nosotros.

En la cara A de esta cinta llamada humanidad, nos consideramos la respuesta para salvar el medio ambiente, activistas que luchan por mejorar las condiciones de los trabajadores y protectores de los derechos humanos.

La cara B, sin embargo, pinta el lado menos amable de nuestra especie. Así, mientras alabamos las bondades del cepillo de dientes hecho con bambú que pedimos por internet, obviamos que este venga envuelto en plástico y sea trasportado en una caja de cartón que, a los pocos segundos de ser recibida, acaba con suerte en un contenedor.

Tampoco recordamos que lo que finalmente nos ha hecho añadir ese producto a nuestro carrito online es que, a diferencia de su competencia, este es más barato. O tiene envío gratuito. O, por qué no, te lo entregan en dos horas.

Y es que claro, ¿cómo vas a poder esperar tanto para recibir algo que hasta hace poco tiempo no sabías que necesitabas?

El coste de nuestro modo de vida

Asemejando el nuevo paradigma del consumo a la Primera Ley de la Termodinámica, en estos casos, el gasto ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Y su ‘evolución’ final, queramos o no, es consecuencia directa de nuestros actos.

Cuando leemos “envío gratis” o “entrega en 24 horas” parecemos olvidar el coste que ello lleva asociado. Por un lado, un coste económico que, de no repercutir en el cliente, ahoga aún más a los minoristas, estrechando el margen de beneficios que, para pequeñas y medianas empresas, puede suponer abrir un mes más.

Por otro, el coste que asumimos todos y cada uno de los habitantes de este planeta, el medioambiental.

El barro logístico

Como si de una pieza de arcilla se tratara, la logística ha sabido adaptarse a cada uno de los cambios generados por la sociedad. ¿Un cliente quiere recibir los paquetes rápido? Ofrezco un servicio exprés. ¿No te gusta ir a la compra? Te la llevo a casa. ¿Pagar por los envíos no es lo tuyo? Pues fuera de la factura final.

Y es que, en todo lo que respecta a la evolución, la logística sigue avanzando para resolver dos retos igualmente críticos e inevitablemente opuestos: la sostenibilidad y la última milla.

Cada vez son más los operadores que intentan ofrecer soluciones que abarquen ambos desafíos, con nuevas flotas, instalaciones u operativas más responsables con el medio ambiente y a su vez eficaces para los clientes.

Sin embargo, la piedra no está solo en este tejado. No hay duda de que queda mucho camino por recorrer, en la logística y en prácticamente todas las industrias. Pero no nos olvidemos: el cambio reside en nosotros.

Paremos, pensemos y valoremos lo que hay detrás de cada clic, siendo conscientes de que el estrés de la cadena de suministro, al igual que el que vivimos día a día, muchas veces es innecesario.

Porque no se nos va a ir la vida por esperar un poco más. Tampoco nos vamos a arruinar por asumir el coste de un envío.

Es hora de repetirse una y otra vez estas frases, como si de un mantra se tratara, porque, queramos o no, nuestra forma de consumo tiene fecha de caducidad si queremos salvar el planeta y, ya de paso, la economía.

Contra viento, marea y… ¿Filomena?

18 enero, 2021 Patricia González HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

­Un día te levantas, abres la ventana y ahí está. Como si de un manto de algodón se tratara, las calles se pintan de blanco. Con curiosidad, sacas la mano por la ventana para atrapar un copo de nieve que al tocar tu piel se derrite. Efímero. Como la calma que precedió al caos logístico generado por Filomena.

Al igual que una pieza musical, el jueves un violín empezó a tocar las primeras notas que durante el viernes y el sábado serían interpretadas por bombos y platillos. El ruido ya no dejaba discernir. ¿Esa situación era algo que mirar con ternura o temor?

Sin embargo, la partitura no acababa ahí.

Para cerrar la interpretación, el domingo muchos fueron conscientes de que faltaba el gong final. De golpe, ir a la compra se convertía en una carrera de obstáculos, recibir paquetes en una misión imposible y así, lo más sencillo se tornó en complejo.

¿La misma piedra en el camino?

Mientras la gente esperaba que la tormenta amainase para retomar su día a día, la logística empezaba a ser consciente de la envergadura del fenómeno meteorológico.

Al tiempo que miles de camiones se quedaban atrapados en las carreteras, los almacenes se veían rodeados de toneladas de nieve. La estampa invernal dejó de resultar tan fotografiable. Después de tres días donde familiares y amigos usaban todos los medios a su alcance para hacerte saber que en la calle de al lado – como en la tuya – había nevado, las imágenes despertaban viejos fantasmas.

Las estanterías vacías en pequeñas y grandes superficies hacían consciente a la sociedad – una vez más -, de que el suministro no es cosa de magia. Así es, esa bolsa de palomitas que tantos fueron a buscar durante el fin de semana para ver una película refugiados en sus casas no llegaba sola al súper.

Como dicen: uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

De golpe, todos empezaban a cuestionarse cómo llegarían los alimentos a una tienda donde, a duras penas, podía llegar una persona andando.

La logística invencible

Por mucho que algunos medios de comunicación quisieran relacionar esta situación puntual con la vivida durante el confinamiento de marzo de 2020, lo cierto es que poco tienen que ver. Mientras el inicio de la pandemia llevó a las personas a comprar más, haciendo que la cadena de suministro reforzara cada uno de sus eslabones para responder al reto, ahora no dependía de ellos.

Desde el domingo, las plataformas logísticas comenzaron a limpiar sus accesos. El lunes, los operadores empezaban a tener todo a punto para retomar su actividad mientras que el martes, Mercamadrid volvía a abrir sus puertas. Con todo a punto, todavía faltaba lo más importante, el hielo.

Y es que, a pesar de todo el esfuerzo, pueblos y barrios quedaban a la espera de que las enormes placas de hielo generadas por la bajada de temperaturas se retirasen.

Las miradas, sin embargo, seguían puestas en esas estanterías, antes repletas de fruta, verdura, carne y pescado.

Ante el peligro de que los cerebros de las personas activaran el ‘modo pánico’, políticos, supermercados y operadores apelaban a la responsabilidad de los ciudadanos. Estaba claro: si una persona compraba de más, dejaba a otros sin la oportunidad de hacerse con productos de primera necesidad.

Pero, ¿la cadena de suministro no era invencible?

La respuesta no les sorprenderá, señoras y señores. Como todo sistema, el encaje de bolillos y la sofisticación de la logística – cada vez más preparada para hacer frente a retos como una pandemia mundial -, poco tienen que hacer frente al poder de la naturaleza en estos casos.

Sin embargo, y siendo optimista, esto nos ha dejado una gran lección: el valor de la logística, a diferencia de estos fenómenos, no es algo puntual.

Y si encuentra algo mejor, inyécteselo

14 diciembre, 2020 Patricia González HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

Es tiempo de parar. Reflexionar. El constante bombardeo de información está consiguiendo nublar la vista hasta del más juicioso y, sin embargo, seguimos. Sin ser conscientes, estamos siendo espectadores y partícipes de la mal llamada “carrera por la vacuna”. La queremos ya, la queremos barata, en cantidades ingentes y, como no, segura y efectiva. ¿Es que no nos damos cuenta?

Algo anda mal, y no es una teoría. Desde que la pandemia marcara el rumbo de este, como mínimo curioso, 2020, los deseos de muchos se han enfocado en una sola cosa: la vacuna. Investigadores de todo el mundo arremangaron sus batas y consiguieron, en un tiempo récord, desarrollar los prototipos del antiviral. Ahora, la pelota está en el tejado de la logística.

Alrededor del mundo, Gobiernos de todos los países apelan a la calma, asegurando que no sólo estamos preparados para recibir la vacuna, sino para distribuirla por todos los territorios. Da igual el color del partido, la ideología, el discurso se repite una y otra vez. Sin embargo, a veces merece la pena preguntarse: ¿saben algo de la situación del sector?

Donald Trump, en guerra con Angela Merkel por la vacuna del coronavirus |  Internacional

Otro ‘pequeño’ esfuerzo

Y es que por mucho que deba generarse una suerte de ‘calma’ ante la euforia de una posible solución para la pandemia, la realidad choca con las promesas. La cadena de suministro ha asumido costes, adaptado sus operativas, enfrentado situaciones sin precedentes y ahora, ‘otro pequeño esfuerzo’.

No me cabe ninguna duda de que lo conseguirá. Las proezas de este sector pocas veces se dan a conocer, pero que hoy podamos leer desde nuestros dispositivos con calma estas líneas depende, en gran parte, de ellos. Y sí, la carga aérea tiene problemas de capacidad, por no hablar del transporte marítimo y la escasez de contenedores. Pero como un encaje de bolillos, el sector da una y otra vez con las respuestas.

Ahora es el momento de girarse y ver quien está al otro lado de la balanza. Sí, nada más y nada menos que nosotros. Esa pelota que es la vacuna también está en nuestro tejado, para lo bueno y lo malo. Sin embargo, no somos conscientes de su magnitud.

El riesgo de las gangas

No, no es un producto más a distribuir. Unos pocos mililitros envasados en un tubo de cristal pueden salvar muchas vidas. Ni ‘bueno, bonito, barato’ ni ‘busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo’. Impongamos la razón al deseo y dejemos que los profesionales hagan lo que requieran, aunque lleve un poco más de tiempo, aunque cueste un poco más.

Al igual que los Gobiernos y sus previsiones de compras y estocaje, los ciudadanos debemos plantearnos bien las cosas. Si queremos que vayan bien, claro. Porque la vacuna puede salvar el 2021, pero poner en riesgo la cadena de suministro.

Walt Whitman: De todo éxito, por pequeño que sea, surgirá un día un  esfuerzo más grande que lo completará....

Dejemos margen. Permitamos que los que saben actuar, actúen. Sobre todo, no se dejen llevar por la desesperación. Sé que es fácil decirlo, pero como dice el refrán “vísteme despacio, que tengo prisa”.

El tiempo nunca fue un buen aliado de las urgencias. Tampoco lo fue la economía. Seamos parte de la solución.

Del “Te quiero” a “Tu paquete está en camino”

18 noviembre, 2020 Patricia González 2 COMENTARIOS

En Sin categoría

Lo que muchos sospechaban ha terminado siendo cierto. La frase “Tu paquete está en camino” es la que más satisfacción provoca a los españoles, por encima de otras expresiones clásicas como “Te quiero” o “Este año te sale a devolver”.

Estas cinco palabras son capaces de activar el sistema límbico, favoreciendo la segregación de endorfinas y de adrenalina, manteniendo a la persona en un estado de felicidad expectante.

Un nuevo universo de emociones, sentimientos y sensaciones ligados al mundo de la logística parece abrirse ante nosotros. ¿O no?

Estas afirmaciones, dignas de publicaciones pseudocientíficas, nos acercan a una realidad – no tan alternativa – creada por el diario satírico El Mundo Today. Sin embargo, como dice el refrán, entre broma y broma, la verdad se asoma.

Y es que ya no es raro ver cómo incluso las rutinas personales se ven modificadas por un ‘ansiado’ paquete que llevamos esperando ‘siglos’ (un margen temporal que puede abarcar desde 12 horas hasta varios meses en el peor de los casos).

El proceso de espera se ha convertido en un ritual más de la sociedad del siglo XXI, inundando las redes de vídeos, fotografías y, cómo no, memes que representan ese sentimiento compartido.

“Es como esperar una noticia que, sí o sí, va a ser buena”

El otro día, hablando con una amiga sobre la llegada de estas fechas tan icónicas para el ecommerce, le pregunté cuál era el motivo de esa emoción al recibir la dichosa notificación. Su respuesta, a pesar de generarme dudas, me resultó de lo más curiosa.

Cuando llega el aviso, lo primero que te preguntas es ‘¿qué me tenía que llegar?’. Mi amiga lo tenía claro, estar pendiente de la llegada de un paquete “es como esperar una noticia que, sí o sí, va a ser buena”, porque al fin y al cabo “lo has elegido tú”.

Si bien antes de comprar algo siempre mirábamos por internet, la realidad se ha tornado en que el mundo online sea nuestro centro comercial. Consumimos en diferentes webs, todo tipo de productos, bien por capricho o por necesidad, hasta el punto de olvidar lo que hemos pedido.

Sin embargo, a estas alturas, quizás convenga preguntarse: ¿Y si el paquete no está en camino? ¿Y si lo que está en camino es una persona?

Me interesas, pero por tu paquete

Durante la presentación del V Foro de Talento Logístico, Gabino Diego, CEO de Foro de Logística, hizo hincapié en una idea que puede incomodar a muchos: “los paquetes no llegan solos”. No hay una suerte de magia que los traslade del punto A al punto B.

Sí, lo sabemos, la logística aún tiene mucho camino por delante. Las entregas no siempre salen bien, las rutas de reparto no resultan lo óptimas que deberían, pero, ¿qué pasa con los profesionales?

Recuerden, señoras y señores, que detrás de “Tu paquete está en camino” hay una persona encargada de llamar al timbre.

Abramos la puerta a su reconocimiento.

Lo siento, esto no es normal

19 octubre, 2020 Patricia González 1 COMENTARIO

En Sin categoría

Los expertos en salud pública ya lo advirtieron. Una pandemia de esta magnitud era, tarde o temprano, inevitable. Pero no escuchamos. Y como no prestamos atención, las cadenas de suministro se sumieron en un caos temporal que marcó su rumbo para siempre.

Lo vemos todos los días. Alguien aparca, sale de su coche y se dirige a una oficina o tienda cercana. A unos pocos metros de la entrada, los pasos se detienen, se escucha un murmullo y los pies retoman de nuevo el camino recorrido para coger la mascarilla que, una vez más, dejó colgando en el retrovisor.

No podemos negarlo, a todos nos ha sucedido en algún momento. Es un hecho casi diario en lo que hemos empezado adoptar como “nueva normalidad” que, de normal, tiene poco. De hecho, nada de lo que está sucediendo ahora lo es.

Comparativamente hablando, la necesidad de recordar una mascarilla es una nimiedad dados los desafíos que enfrenta nuestro sector en 2020. Sin embargo, es un buen recordatorio de que las cosas son ahora diferentes.

¿Una luz al final del túnel?

En medio del caos, tanto las empresas como los consumidores se han adaptado, generalmente mediante el uso de la tecnología, para eliminar o reducir la necesidad de contacto interpersonal.

Si bien estas adaptaciones se han visto inicialmente como medidas provisionales, cada vez está más claro que muchas han llegado para quedarse. No solo hablamos de nuestra adopción colectiva del ecommerce. Las visitas a los consultorios médicos serán reemplazadas en muchos casos por atención médica de telesalud. En lugar de ir al cine o la sala de conciertos, muchos de nosotros optaremos por el entretenimiento en línea. En lugar de ir a la oficina o la escuela, trabajaremos – y aprenderemos- de forma remota.

Esa tecno-tendencia también se está manifestando en el mundo de la logística y la gestión de la cadena de suministro. Los pedidos realizados en línea pronto serán entregados por robots y drones. Los métodos de pago serán digitales y sin contacto. Algunos pedidos incluso se cumplirán con impresoras 3D domésticas, una tecnología cuyo momento finalmente ha llegado.

Xiaomanlv, el robot logístico para la última milla presentado por Alibaba Group

Las tecnologías impulsoras de la llamada Cuarta Revolución Industrial, como blockchain, Internet de las cosas y Big Data, conducirán a una mejor precisión, agilidad y resiliencia de la cadena de suministro.

Lo planteado una vez con vistas a un futuro cercano ya ha aterrizado sobre nuestra realidad sectorial. Los cambios han llegado para quedarse porque, reconozcámoslo, las prácticas “normales” ya no serán suficientes en un mundo que es justo lo contrario.

  • « Go to Previous Page
  • Go to page 1
  • Go to page 2
  • Go to page 3
  • Go to Next Page »

Primary Sidebar

Patricia González

Patricia González

Responsable de contenidos de Cuadernos de Logística. Amante de las letras, formo parte de esa generación que se niega a perder la esperanza en el periodismo. La información, fuente de conocimientos y base estructural para la toma de cualquier decisión, es la clave de mi vida. Y para qué negarlo, de la suya también.

En Twitter

Tweets por @CdeLogistica

Etiquetas

agilidad Alibaba ayudas públicas Big Data black friday cadena de suministro carga aérea cierre de establecimientos compra online contenedores Covid-19 crisis sanitaria delivery ecommerce economía empleo empresa envíos estrategias económicas formación futuro Gobierno de España impresoras 3d Internet of Things inversión logística logística sanitaria mascarillas navidad nueva normalidad pandemia paquetes picos de demanda profesionales reconocimiento recursos humanos repartidores resiliencia robots servicio esencial sostenibilidad supply chain transporte de mercancías transporte marítimo última milla

Enlaces Recomendados

  • Cuadernos de Logística

Entradas recientes

  • Es hora de poner naves al campo

    18 octubre, 2021
  • Si es que hasta el Papa nos advirtió

    20 septiembre, 2021
  • Haber estudiado Juanjo, haber estudiado

    19 julio, 2021
  • A llorar, a la cabina

    7 junio, 2021
  • Hartos de que la vida nos sorprenda

    14 mayo, 2021
© Copyright 2010 - 2022 · Grupo C de Comunicación Interprofesional, S.L.
  • Opinión
  • Quiénes somos
  • Servicios
  • Aviso legal
  • Política de privacidad
  • Política de cookies
  • Publicidad
  • Contacto