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El Blog de Patricia González

Patricia González

Es hora de poner naves al campo

18 octubre, 2021 Patricia González HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

Se trata de una ola imparable, para que negarlo. Nos parezca bien o mal, levantando un poco la mirada ahí se encuentran, a ambos lados de la carretera. De golpe, la típica frase de “todo esto era campo” empieza a resonar, haciéndonos conscientes de que algo, visiblemente evidente, está cambiando para siempre.

Erigidos como colosos, los desarrollos logísticos no paran de multiplicarse. Raro es el mes en el que no nos hagamos eco de una nueva plataforma de distribución o de la inauguración de un almacén en algún punto de nuestra geografía.

Así es, las operativas cada vez requieren de más espacio. Nuestro consumo lo ha impulsado y, según los expertos, lo seguirá haciendo durante unos cuantos años más.

Sin embargo, hay mucho más allá de esos gigantescos cubos que vemos desde nuestros coches. Sí, camiones, atascos, ruido, obras, polvo… ¿y qué más?

Escarbando en la inmologística

No puedo evitar dar la razón a Lluïsa Moret, alcaldesa de Sant Boi de Llobregat: el estigma sobre la actividad logística sigue existiendo. La noticia del aterrizaje de un proyecto sectorial no siempre resulta ser una ‘buena nueva’. De hecho, son numerosas las ocasiones en las que los vecinos de un municipio se han movilizado en contra de este tipo de construcciones.

Aún así, he de reconocer que, como dice la edil, este estigma se ha ido reduciendo. El hecho de que la logística haya trabajado por hacer más transparentes sus operaciones, unido al alineamiento de sus intereses con los de las comunidades vecinas, ha logrado su efecto.

Hemos conseguido conocer al sector, escarbando más allá de la capa externa que alberga su actividad. Sin embargo, queda mucho por hacer.

No todo está en manos de las empresas

Una vez llegados a este punto, toca trabajar sobre un eje vertebrador para el sector: las alianzas estratégicas. La clave es “crear un buen clima”, como apunta Moret, dando a conocer el otro impacto que tiene la logística: la generación de empleo y actividad económica.

Porque al igual que otras industrias, esta tiene sus pros y, para que negarlo, sus contras. No obstante, a sabiendas de que todavía queda avanzar en cuestiones relacionadas con la sostenibilidad y el bienestar de las comunidades circundantes, creo firmemente que vamos por el buen camino.

Mientras, la colaboración público-privada se mantendrá como elemento esencial para acercar al sector y la ciudadanía, haciendo confluir sus necesidades e intereses.

Del campo a las naves

Como sucede con todos los grandes cambios, el tiempo conseguirá que sociedad e industria alcancen un equilibrio sostenible. Mientras, el imparable avance de la inmologística seguirá dejando huella en nuestros paisajes y en nuestra economía ya que, como dice Emiliano García Page, presidente de Castilla-La Mancha, “no es hora de poner puertas al campo, es hora de poner naves”.

Si es que hasta el Papa nos advirtió

20 septiembre, 2021 Patricia González HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

La tormenta ha estallado sin que, aparentemente, muchos vieran las nubes acercarse. Bueno, miento: el Papa ya nos avisó. Así es, una persona que poco o nada tiene que ver con el sector sabía que esto iba a pasar. Y no, no fue una revelación divina. Francisco lo tenía más claro que muchos jugadores del panorama logístico. No le hemos hecho caso y ahora, pagamos justos por pecadores.

Desde que comenzó la pandemia, se ha estado gestando una tormenta perfecta en el comercio mundial. Una combinación de exceso de demanda, escasez de barcos y sí, maltrato a los trabajadores del transporte.

Nuevo punto de partida

Pero antes de ir al meollo de la cuestión, hablemos de qué se está haciendo. Los gobiernos tratan de actuar con rapidez. Los aumentos de precios cada vez son más dolorosos y las cadenas de suministro destrozadas empiezan a mostrar sus síntomas: tiendas, supermercados y restaurantes desabastecidos.

Las implicaciones para las empresas son traicioneras. Los retrasos en los envíos significan que las compañías ya temen por su periodo comercial navideño. Mientras, los políticos empiezan a preocuparse de que sus votantes se enfrenten a estantes vacíos y precios más altos. Sin una acción inmediata, el problema podría persistir durante años, avisa el secretario general de la Cámara Naviera Internacional.

La negligencia

Pero una causa importante de la crisis no tiene nada que ver con el precio del petróleo o la escasez de contenedores. Siguiendo lo planteado por Guy Platten, la culpa es nuestra. Concretamente del nivel de negligencia que hemos adoptado respecto a los trabajadores del transporte desde el comienzo de la pandemia.   

Millones de empleados que han mantenido el flujo comercial deberían haber recibido el cuidado y el respeto que se muestra, con razón, a los médicos, enfermeras, agentes de policía y trabajadores de talleres. A pesar de los esfuerzos de la industria, esto no ha sucedido lo suficiente.

En cambio, al enfrentar condiciones de trabajo cada vez más duras, los eslabones más importantes de las cadenas de suministro, las personas, están comenzando a romperse.

Y es que muchos están abandonando el sector, profundizando su parálisis.

Con la iglesia hemos topado

Ya en su momento, los organismos de la industria del aire, el mar y la carretera lo advirtieron. La situación es insostenible.

De hecho, hasta el Papa Francisco, tras las investigaciones realizadas por la Organización Internacional del Trabajo – donde descubrieron que algunos gobiernos habían actuado ilegalmente en su trato a los trabajadores -, hizo saltar las alarmas.

“Sus necesidades están insatisfechas”, lamentaba.  

Sin fórmulas mágicas

Ahora, el trazo de un bolígrafo no puede construir nuevos barcos de la noche a la mañana. Tampoco puede conseguir que los ciudadanos gasten menos para controlar la demanda que está saturando al suministro global.

Sin embargo, el trato a los trabajadores del transporte se puede mejorar casi instantáneamente.

La introducción de «carriles verdes» para permitir que camiones, barcos y aviones eludan los controles fronterizos ayudaría al personal y reduciría los tiempos de entrega. Dar prioridad a los trabajadores del transporte para las vacunas y reconocerlos como trabajadores clave permitiría a las cuadrillas rotar y descansar. Trabajar con otros gobiernos para garantizar un trato coherente a los trabajadores que cruzan las fronteras reduciría la burocracia que ahoga los suministros.

Empresas y administraciones tienen la oportunidad de evitar un desastre.

Es hora de tomar ese tren.

Haber estudiado Juanjo, haber estudiado

19 julio, 2021 Patricia González 2 COMENTARIOS

En Sin categoría

Lo cierto es que el titular deja poco a la imaginación: ‘Encierran en una jaula a un camionero de Murcia mientras descargan su camión en Tarragona’.  Digna de una serie americana, la escena en la que un transportista denuncia su situación corre como la pólvora. En los últimos segundos, entre sorna y desazón, se escucha alto y claro: “Haber estudiado Juanjo, haber estudiado”.

Y no. Antes de que lo lleguen si quiera a pensar, estas palabras no venían de un tercero implicado en la polémica. El mismo protagonista se las repetía a sí mismo.  De manera irónica, el profesional de la carretera hilaba el hecho de estar ahí con no tener formación académica.

Sin embargo, hoy no estamos aquí para defender que los transportistas, con o sin estudios, merecen el mismo respeto que cualquier otro profesional. La cuestión, en esta ocasión, es poner sobre la mesa dos cartas.

La primera, y más evidente, muestra un porqué. La segunda, por su parte, es más difícil de descifrar, abordando un conflicto arraigado en el sector desde que el mundo es mundo.

Así hemos llegado a este punto

Para empezar, vayamos a lo sencillo: ¿cómo ha acabado Juanjo en esta situación? Pues bien, según el protagonista de nuestra historia de hoy, y tal y como denuncia la Federación Regional de Organizaciones y Empresas de Transporte en Murcia (Froet), este tipo de prácticas no son tan excepcionales. 

De hecho, aclaran, es una situación generalizada en Europa.

Sin embargo, y si bien el profesional denunciaba estar en una jaula de dos metros cuadrados, de la cual no podía salir sin la llave electrónica que portaba el personal autorizado del almacén, la otra parte de esta historia, la compañía, también salía a dar la cara.

La firma Saica Pack Amposta emitió un comunicado matizando que se trata de una “zona de carga segura”. “Claramente confirmamos que ninguna persona transportista ha sido retenida ni enjaulada en nuestras instalaciones”, explican.

La empresa justifica la presencia de este vallado aludiendo a la seguridad: “(nos) aseguramos que no coinciden en ningún momento carretilla en movimiento y peatones (transportista), para evitar el riesgo de atropello, que en estos espacios mayoritariamente es mortal”.

Una nueva línea de salida para la concordia

Sin ser juez ni parte en este caso, el conflicto, en el que ambas partes defienden sus posiciones, tiene una base clara. El debate, una vez más, está servido. Siempre presentes en las conversaciones profesionales, las tareas de carga y descarga son el trasfondo de esta historia.

Otras veces, y de cara al futuro, no será Juanjo ni Saica Pack Amposta. El conflicto puede tener muchos nombres, propios y de empresas.

Más allá de lo ‘anecdótico’, sin querer restar gravedad a esta cuestión, la historia de este transportista podría ser vista como un nuevo punto de partida. Un lugar de encuentro en el que operadores y conductores dialoguen y, de una vez, consigan alcanzar estándares en los que ambos, sin renunciar a sus derechos ni obviar sus obligaciones, se sientan cómodos.

Porque el fin, en cualquier caso, es evitar que cualquier individuo acabe cargando, con la excusa de “no haber estudiado”, con el peso de una estructura que, para ambas partes, está resultando deficitaria.  

Otro paso más

Retomando la cuestión de la carga y descarga, es evidente que todavía queda mucho por avanzar. De hecho, la recién nombrada ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ya ha recibido su primera petición por parte de la Asociación del Transporte Internacional por Carretera: prohibir definitivamente la carga y descarga de mercancías por parte de los conductores profesionales.

Pero, ¿y luego?

Viendo el caso de Juanjo desde otra perspectiva, está claro que Saica Pack ha cumplido con la reclamación de ASTIC. Sin embargo, el transporte no está contento. Porque el diálogo debe ir más allá de quién hace qué.

La estandarización de una operativa en la que los transportistas no participen en las tareas de carga y descarga requerirá nuevos debates.

Claramente, el horizonte es mucho más amplio y en esta línea, cuestiones como la seguridad y la comodidad de los profesionales no deberán ser dos opciones excluyentes, sino, como demuestra este caso, necesariamente complementarias. 

A llorar, a la cabina

7 junio, 2021 Patricia González HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

Nada mejor para lidiar con el estrés o concentrarse en la salud mental que meterse en un “ataúd zen”. Un espacio de, aparentemente, poco más de un metro cuadrado, decorado con panfletos, una repisa con plantas, carteles de relajación y un techo pintado con un cielo azul. ¿En qué demonios estaba pensando Amazon?

Hace unos días, en uno de esos viajes de metro que te hacen ser consciente de lo grande que puede ser Madrid, no pude evitar echar un vistazo a Twitter. Evidentemente, la visita no me defraudó.

Como quien excava en una mina, poco a poco fui profundizando en una serie de tweets que criticaban algo denominado ‘AmaZen’. Para qué engañarnos, el nombre no dejaba mucho a la imaginación, pero jamás se me hubiera pasado por la cabeza lo que había detrás de esta propuesta.

Bienestar a tamaño reducido

Con el nombre original de ‘Mindful Practice Room’ – cuarto de prácticas para la plenitud mental en español -, Amazon daba a conocer a todo el mundo lo que, para la multinacional, claramente era una gran idea que añadiría valor a su proyecto Working Well, lanzado el pasado 17 de mayo.

Se trataba de pequeñas cabinas al servicio de sus empleados de operaciones, supuestamente para combatir el estrés y proporcionar bienestar mediante «vídeos cortos» y ejercicios de meditación y ‘mindfulness’.

Lluvia de críticas

En el marco de la enorme cantidad de críticas que ha recibido Amazon por las condiciones laborales de sus empleados, la medida, descrita como “una combinación de actividades físicas y mentales, ejercicios para el bienestar y apoyo por una alimentación saludable para ayudar a los empleados a recargarse y revitalizarse”, no fue del todo bien recibida. Y no es para menos. 

De hecho, el vídeo fue retirado de la cuenta de Amazon en Twitter a las pocas horas de su publicación, tras la avalancha de críticas que comenzaron a llegar a través de diversas plataformas.

Las cabinas AmaZen eran rebautizadas una y otra vez en las redes sociales. Algunos las describían como “ataúdes zen”, otros como “espacios para llorar”, “cuartos de desesperación” y hasta “manicomios individuales”.

No todo se puede estandarizar

Yendo más allá de las críticas que ha podido recibir el gigante del ecommerce en los últimos tiempos, como sus prácticas monopolísticas o el hecho de que admitiera que sus repartidores orinan en botellas de plástico, quiero aprovechar este espacio para reivindicar algo que, lejos de ser evidente, requiere de una atención especial.

A día de hoy, pocas son las personas que desprecian la importancia de la salud mental. Y, siendo optimista, quiero pensar que Amazon tampoco lo hace. Sin embargo, este es un claro ejemplo de todo lo que nos queda por avanzar en este campo.

Porque a diferencia de industrias como la logística, donde una solución puede implantarse como estándar para diversas operativas, la mente humana esconde la belleza y complejidad de ser única en cada individuo.

No caigamos en el error de pensar que, si tienes estrés, ansiedad o depresión, un vídeo te va a ayudar a solucionar tus problemas. Intentar buscar una solución única para un rango tan grande como el que abarca la palabra “salud mental” es, más que el origen de una serie de críticas, un punto de partida para mejorar.

Hartos de que la vida nos sorprenda

14 mayo, 2021 Patricia González HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

Nunca hemos sido ajenos al caos. Lo impredecible forma una parte tan esencial de nuestras vidas como lo es la certidumbre y, sin embargo, nos seguimos sorprendiendo. Del mismo modo ocurre con la cadena de suministro, un engranaje casi perfecto y más que acostumbrado a las alteraciones, pero ¿hasta cuándo?

Por mucho que todos tuviéramos las esperanzas puestas en el 2021, deseando que fuera el año del ‘borrón y cuenta nueva’, la vida se ha encargado, una vez más, de ponernos en nuestro lugar.

“Viniendo de un 2020 marcado por una pandemia mundial, no podemos ir a pe…” – ¡Y pum!

Tugs Work to Free Giant Container Ship Stranded in Suez Canal | Top News |  US News

Antes de poder formular nuestros deseos nos arrastró la resaca del Brexit, Filomena, la crisis de contenedores, la falta de capacidad y, para colmar el vaso, gotas tan grandes como el Ever Given.

Cada vez más ingredientes se han sumado a esta receta caótica que, en cosa de cinco meses, se ha encargado de hacernos cambiar de opinión. Ya fuera por la propia naturaleza o por errores humanos, una batalla tras otra, la cadena de suministro se ha rearmado y ha resistido.  

Sin embargo, todavía queda mucho año por delante…

¿Qué podría venir ahora?

Quizás utilizar la expresión “lo poco gusta y lo mucho cansa”, hablando de incidentes, no sea lo más acertado. Sin embargo, no podemos evitarlo, los problemas nos hacen evolucionar.

Hace poco más de un año nadie pensaría que la cadena de suministro, la industria y, en general la humanidad, estaría preparada para enfrentarse a una pandemia. Del mismo modo, tampoco sabíamos si el Brexit sería un golpe para la logística europea y mucho menos si podríamos desencallar un buque gigantesco que colapsaría una de las vías principales del tráfico marítimo con el continente asiático.

Enfrentarnos a cada una de estas situaciones ha sido similar a cuando de pequeños nos decían que había que caerse para aprender a levantarse. Si nada de esto hubiera tenido lugar, la cadena de suministro se hubiera mantenido estable y… un momento… ¡sí, lo ha hecho!

A bombo y platillo

Mientras sucesos como el impacto del Brexit o el bloqueo del Canal de Suez copaban las portadas de todo el mundo, una vez superadas estas crisis, la humanidad volvía a olvidarse de lo que hay detrás, en las bambalinas del comercio internacional.

La cadena de suministro, sin embargo, no podía permitirse ese lujo. Mucho menos cuando cada día observa cómo la cuerda se tensa más y más ante una crisis de capacidad que amenaza al tráfico marítimo y aéreo y, en resumen, al intercambio de mercancías tal y como lo conocemos en la actualidad.

Y esto, amigos, es en parte culpa nuestra. Porque no lo neguemos, mientras que nuestros pedidos lleguen en el momento adecuado, al lugar indicado y al precio establecido inicialmente, para nosotros no estará pasando nada fuera de lo común.

Esa es la magia de la logística. El hacer que todo suceda sin que nos lleguemos a preguntar cómo. Pero realmente detrás de esta industria no se esconde nada místico. No hay pequeños duendecillos que sacan adelante el trabajo mientras dormimos. Son personas.

El altavoz

Apelando a nuestros orígenes, donde toda la tribu se enfrentaba a las amenazas que ponían en riesgo su supervivencia, la humanidad debe seguir sumando fuerzas. Todos y cada uno de los beneficiados por la cadena de suministro debemos comprender la importancia de hacerse eco de los problemas que sobrevuelan a la logística, más allá de las crisis puntuales.

Porque sí, a veces toca hacer ruido. Al igual que abordamos cuestiones como la sostenibilidad, toca ser portada y estar en boca de todos para que situaciones como las que enfrentan las compañías que dependen del tráfico marítimo para sacar adelante su actividad no se conviertan en un mal crónico.

Ahora, es momento de pasar a formar parte de ese engranaje casi perfecto para que la logística solo se tenga que preocupar de que la vida le sorprenda y no de que las sorpresas pongan en peligro su vida.

Mujer tenía que ser

19 abril, 2021 Patricia González 1 COMENTARIO

En Sin categoría

Había que dictar sentencia. Alguien había bloqueado el Canal de Suez y no podía salir impune de este acto. Mientras el mundo entero buscaba una cabeza de turco al que culpar de un nuevo incremento en la tensión soportada por las cadenas de suministro, el incidente de colosales dimensiones se cobraba otra víctima, esta vez con nombre y apellidos: Marwa Elselehdar.

Para muchas personas, entre las que me incluyo, este nombre no tenía más relevancia que cualquier otro. Sin embargo, para entender el trasfondo de esta historia, permitidme haceros una breve introducción a nuestra protagonista de hoy.

Ella es Marwa Elselehdar, la primera capitana de barco de Egipto. Se matriculó en la Academia Árabe de Ciencia, Tecnología y Transporte Marítimo en Egipto y se unió al Departamento de Transporte y Logística Internacional, pero se sintió más atraída por el plan de estudios que se le estaba enseñando a su hermano en el Departamento de Transporte y Tecnología Marítimos.

El departamento estaba limitado a hombres, pero aun así presentó una solicitud para unirse y finalmente fue aceptada, convirtiéndose en la primera mujer egipcia en estudiar estas materias.

Se graduó en 2013 y solicitó ser parte de la tripulación de AIDA IV como segunda oficial. En 2015, formó parte de las celebraciones de la Inauguración del Canal de Suez que se retransmitieron en todo el mundo.

Protagonista internacional

No obstante, su nombre no saltó a la primera plana de cientos de medios de comunicación por romper las barreras que el género supone para el desarrollo de algunas actividades en ciertos países, no. Lo hizo porque un grupo de personas, al más puro estilo “mujer tenía que ser”, decidieron manipular y poner en circulación una serie de imágenes donde, suplantando a Arab News, acusaban a la joven de haber causado el bloqueo de Suez.

Mientras Marwa se encontraba en servicio a cientos de millas, en Alejandría, las redes comenzaban a llenarse de comentarios como “esto es lo que sucede cuando dejas que una mujer capitanee un barco”.

¿Por qué Marwa Elselehdar fue blanco de noticias falsas?

Tan pronto como se supo la noticia del bloqueo del Canal de Suez, las fábricas de fake news de todo el mundo se pusieron a trabajar. Si bien el bloqueo generó varios memes y se convirtió en un fenómeno viral en las redes sociales, a Elselehdar le sorprendió que su nombre estuviera vinculado al incidente.

“Francamente, cuando leí la noticia me molesté, porque trabajé muy duro para llegar al puesto que he alcanzado, y cualquiera que trabaje en este campo sabe cuánto esfuerzo ha hecho una persona a lo largo de los años para llegar a este rango», explicó. “Es difícil ver que alguien esté tratando de cancelar todo este esfuerzo o que me acuse de ser un fracaso o de que descuido mi trabajo”.

Un largo camino por recorrer

Retomando una de las reflexiones vertidas con motivo del Día Europeo de la Logística, celebrado la semana pasada, “ojalá que el día de mañana cuando hablemos de talento no tengamos que diferenciar entre géneros, porque eso significará que hemos alcanzado la igualdad efectiva”.

Mientras, toca seguir al pie del cañón. Debemos continuar buscando fórmulas para incentivar la entrada y permanencia del talento femenino que personas como los creadores de este bulo quieren anular, agrandando todavía más la brecha de género que sufre, por ejemplo, el sector del transporte marítimo, donde tan solo el 2 por ciento de la comunidad está representada por mujeres.

Y esto es aplicable a otros entornos, como la distribución por carretera, donde la IRU ya apuntaba que las mujeres representan solo el 2 por ciento de la fuerza de trabajo. Porque mientras que las imágenes que te ofrezca Google al buscar “mujer al volante” sean estas:

Y no estas:

Todavía nos queda trabajo por delante.

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Patricia González

Patricia González

Responsable de contenidos de Cuadernos de Logística. Amante de las letras, formo parte de esa generación que se niega a perder la esperanza en el periodismo. La información, fuente de conocimientos y base estructural para la toma de cualquier decisión, es la clave de mi vida. Y para qué negarlo, de la suya también.

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