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Energía solar a la carta

Si hay un término que no deja de estar en boca de expertos es el de autoconsumo; sobre todo a partir del nuevo escenario normativo aprobado en abril de 2019. Es más, el desarrollo de las energías renovables se ha erigido en una de las posibles salidas a la crisis derivada de la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19. La energía solar, de hecho, es uno de los vectores que está llamado a convertirse en un área clave para la reactivación económica pos-pandemia y para la necesaria reindustrialización del país. España es una de las zonas geográficas con mayor cantidad de horas de sol al año, y este es un tesoro que no terminamos de apreciar.

En este sentido, la asociación UNEF considera que la tecnología fotovoltaica se halla en plena madurez y con un elevado nivel de competitividad; ha reducido sus costes en un 95 % en la última década, con una aportación al PIB de más de 5.000 millones de euros. Además, tiene un impacto económico en las exportaciones de 1.522 millones de euros y genera 60.000 empleos entre directos, indirectos e inducidos.

Se trata de una clara ventana de oportunidad para la cadena de valor del mercado de material eléctrico; sobre todo para la distribución y el colectivo de instaladores. Pero, como está ocurriendo en otros ámbitos, si el sector no espabila con rapidez este negocio se lo llevarán otros.

Empiezan a llegar al mercado soluciones para democratizar la energía solar.
La energía solar fotovoltaica es un sector claramente al alza donde surgen propuestas destinadas a su democratizacion.

Democratizar la energía solar

Además, como en todo proceso de desarrollo de cualquier tecnología, llega un momento en que la tendencia a la democratización de los avances se impone. Y así está sucediendo en el sector de la energía solar. En este contexto, hemos visto cómo se presentaban en los últimos tiempos diversas fórmulas novedosas de energía solar, digamos a la carta, destinadas sobre todo a facilitar el autoconsumo energético.

Por citar algunos ejemplos, la firma noruega Otovo, que desembarcó en España en 2019, ha lanzado un servicio de alquiler de paneles solares orientado al cliente residencial (de viviendas unifamiliares) basado en una cuota mensual mediante renting; el usuario no tiene que realizar una inversión previa para instalar un tejado fotovoltaico.

O la propuesta de la start-up asturiana Sotysolar. Esta firma ha puesto en marcha un modelo de suscripción para la instalación de placas solares, tipo Netflix, como lo califica esta empresa. Una propuesta comercial que no exige ningún compromiso al cliente, ni desembolso inicial de ningún tipo, ni permanencia ni penalización si se da da baja en cualquier momento.

O también la reciente iniciativa de Holaluz, que ofrece la instalación gratuita de placas solares a los propietarios de los tejados y gestionar su energía, con descuentos en la factura de la luz. Como se ve, la tendencia a acercar la energía fotovoltaica a los usuarios se acelera y se promueve incluso el llamado pago por uso.

Presencia de los grandes operadores

Pero aquí no acaba la cosa. Primeros espadas de distintos segmentos, como las grandes superficies y las corporaciones energéticas (estas últimas, primero reticentes y ahora entusiastas), han puesto sus ojos en el enorme potencial de negocio de la energía solar y el autoconsumo. Incluso se producen alianzas entre ambos mundos para colocarse en posiciones ventajosas.

Un ejemplo reciente es el acuerdo entre EDP Solar –filial del grupo EDP– y el fabricante LG; ambas compañías han empezado a colaborar para llevar el autoconsumo a viviendas, comunidades y empresas. Otras corporaciones energéticas, como Iberdrola o Repsol, también apuestan con firmeza por este segmento de mercado, para lo cual han desarrollado diversas ofertas e iniciativas, como la solución integral de autoconsumo Solify, que ha lanzado la compañía que dirige Josu Jon Imaz.

Y no podemos olvidarnos de actores de la gran distribución que, con su apetito omnívoro, también se han sentado a la mesa. Más en detalle, Leroy Merlin puso en marcha la comercialización de paneles fotovoltaicos a principios de 2019 y MediaMarkt ha empezado este mismo mes de junio su servicio de venta de placas solares fotovoltaicas. Ikea ha anunciado que lo hará antes de que acabe el año.

La demanda de instalaciones fotovoltaicas no para de crecer en España.
La demanda de instalaciones fotovoltaicas aumenta de manera sostenida, tanto para viviendas como para empresas.

Demanda creciente

A todo esto se añade que el interés de empresas y ciudadanos por la energía está aumentando de manera significativa. Según el portal habitissimo, las solicitudes para instalar placas solares fotovoltaicas para autoconsumo se incrementaron hasta un 52 % en España el pasado año.

En este escenario, la distribución profesional se halla en una óptima posición para convertirse en un agente protagonista. Tiene la capacidad para seleccionar los mejores proveedores de los diferentes equipos necesarios para una instalación fotovoltaica, desde el panel solar hasta el cable, diseñar una oferta competitiva, con distintas opciones en función del tipo de cliente, y aportar la asesoría técnica requerida. Es cuestión de ponerse las pilas; las oportunidades están ahí.

Por favor, cuídense mucho.

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Ántonio
Ántonio
06/07/2020 16:05

Buenas, lo suyo sería poder venderle a las eléctricas la corriente sobrante de cada hogar que se produjera con placas solares al mismo precio que nos las cobran ellas. Eso es lo suyo, de esa manera se reparten los beneficios a partes iguales y no al contrario. Sería una manera de reactivar la economía para todos.

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