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Electrificación es la clave

AFME (la patronal de los fabricantes de material eléctrico) ha difundido recientemente los datos de crecimiento de este mercado en 2019, un ratio positivo del 5,47 %, que revelan que, si bien con una moderación de la evolución de años anteriores,  el sector evidencia una razonable buena salud y que mantiene un alza sostenido del volumen de negocio en su conjunto, en el marco favorable de una creciente electrificación de la economía.

La electrificación, tendencia clave para el incremento del negocio en el sector.
La electrificación de la economía es una tendencia imparable en el contexto de la descarbonización.

Además, las previsiones de la asociación para este ejercicio de 2020 se sitúan entre el 3 % y el 5 %, de tal modo que los miembros de su junta directiva dibujan unas expectativas que indican una sólida demanda empujada por diversos factores: rehabilitación de edificios, sobre todo en el sector terciario (oficinas, hoteles, sector sanitario…); impulso de las renovables, especialmente del autoconsumo tras la aplicación de un marco legislativo más benévolo y coherente; y la apuesta más clara por las infraestructuras de recarga de vehículos eléctricos, necesarias para extender una red de carga de oportunidad, pública y privada, entre otros.

Esta situación se registra dentro de un contexto nacional en el que Nadia Calviño, vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, ha declarado en TVE que, tras un óptimo cuarto trimestre de 2019, España acabó el año 2019 creciendo al 2 %, resaltando además que se observan “menos riesgos a la baja”.

¿Por qué entonces pervive en algunos segmentos e instancias una sensación de cierto pesimismo?, ¿por qué nos estamos preparando para lo peor?

Pesimismo defensivo

Es posible que nos encontremos ante lo que los psicólogos llaman “pesimismo defensivo”, que es la acción de protegerse ante una situación preparándote para el peor de los casos; si finalmente las cosas salen mal, este pesimismo actúa como factor protector y de algún modo el fracaso se hace menos doloroso. Además, cuando te preparas para lo peor facilitas el llevarte sorpresas agradables –pues las expectativas son bajas–.

Hay que evitar el pesimismo, las oportunidades de negocio existen.
Los nubarrones pesimistas no nos permiten, en ocasiones, ver las posibles oportunidades y solo fijarnos en los aspectos negativos.

En lo que nos ocupa, quizás el poso amargo que han dejado los años más duros de la recesión económica lleve a algunos a ponerse una coraza protectora, actuar con una mirada más conservadora y entonces no poner el enfoque y los recursos adecuados en las áreas que ofrecen muchas posibilidades.

Oportunidades en el sector

Y las oportunidades están ahí, a pesar de los posibles nubarrones. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) contempla una movilización de 241.000 millones de euros de aquí al año 2030, que se destinarán, fundamentalmente, a las instalaciones de renovables (con la tendencia a la descarbonización), a medidas de ahorro y eficiencia energética, y a los trabajos de electrificación y redes. La generación de nuevos empleos, la mayoría cualificados, podría superar la cifra de 300.000.

El nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE) supone una buena noticia ya que implica el incorporar tecnologías más eficientes a las viviendas de obra nueva, al tiempo que la rehabilitación de los hogares debería crecer de manera progresiva para aportar más confort y ahorro a los ciudadanos.

En esta situación, no obstante, hay que ser consciente de que pymes, micropymes y autónomos en toda la cadena de valor tienen que buscar su espacio, ya que las grandes compañías no pueden llegar a todos los ámbitos, a pesar de su tamaño. Hay que reclamar en este ámbito una actuación más firme de la Administración para frenar prácticas abusivas por parte de grandes operadores, como energéticas y constructoras.

En síntesis, creo que la electrificación es la clave que permitirá impulsar y reforzar a los profesionales de este sector, a pesar de los agoreros de turno y nostálgicos de épocas pretéritas. En mi opinión, llegados a este punto, es mejor alegrarse por las presencias y no lamentarse por las ausencias, como dijo Valdano en su etapa de entrenador.

Les deseo un 2020 pleno de oportunidades y éxitos.

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