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Son los servicios y no el producto

“Estamos convencidos de que sin los servicios no vamos a sobrevivir en el mundo de los productos”; con estas palabras, Joachim Geiger, director de marketing del Grupo Trilux, definía en un reciente encuentro con periodistas, en su sede de Colonia (Alemania), el futuro del negocio de la iluminación, tal como lo ve este fabricante. Una visión audaz, pero cargada de razones.

Lo que sí se percibe como una tendencia que va ganando poco a poco peso en el mercado es que el hardware –la cacharrería, el producto– va perdiendo relevancia a la hora de optar por una marca o una tecnología en un proyecto, de tal modo que en general las compañías ofrecen equipos de una calidad muy similar, con algún factor diferenciador, eso sí, pero en esencia parecidos. Como ha ocurrido en otros sectores (telefonía, audiovisual…), ahora lo que de verdad importa es el servicio que viene asociado al producto. El hardware pierde y el software se impone.

Evitar la banalización del producto

No obstante, y hay que subrayarlo, se da la paradoja de que esos servicios deben soportarse en equipamientos de elevada calidad y altas prestaciones, que ofrezcan las garantías adecuadas y cumplan la normativa vigente. Lo demás es banalizar el producto, reducir el nivel del mercado por lo bajo y que el precio se convierta en el principal argumento, aspectos que impiden que un mercado avance, amplíe su campo y se desarrolle de manera equilibrada.

En este sentido, en el ámbito de la iluminación, cada vez son más importantes las capacidades de control y regulación de la luz (intensidad, tonalidad, temperatura de color…), la posibilidad de creación de escenas o la gestión remota de manera sencilla, entre otros factores. Además, los últimos avances derivados de la conectividad y el Internet de las Cosas (IoT) están posibilitando que la recopilación de información surja como una nueva utilidad: un punto de luz puede convertirse con la tecnología adecuada en un punto de recogida de datos de todo tipo (afluencia de personas, uso del espacio, ocupación horaria, etc.), susceptibles de rentabilizarse, y esto supone un salto cualitativo que muchos profesionales no terminan de asimilar.

La conectividad en la iluminación está aumentando las posibilidades de servicios en este sector.
La conectividad abre multitud de posibilidades en numerosos campos, como la iluminación.

Este cambio se está produciendo en diversos segmentos del sector de material eléctrico, en los que la conectividad abre la posibilidad de introducir control e inteligencia en la gestión al poder manejar numerosos parámetros eléctricos y datos de otro tipo que generan los equipos, sobre todo en el ámbito industrial, que quizás sea el más avanzado con este clase de tecnologías. La eficiencia y el ahorro energéticos, sin omitirse, dejan paso a otro tipo de objetivos.

Negocio regulado y renovables

Hablando de ahorros, no quiero dejar de mencionar dos temas que han suscitado polémica en las últimas semanas: la reducción de la retribución de las actividades de distribución de electricidad y gas propuesta por la CNMC y los varapalos judiciales en el ámbito de las renovables que sigue recibiendo España por el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones, organismo perteneciente al Banco Mundial).

La primera medida, que se halla en proceso de consulta pública hasta el próximo 9 de agosto, ha provocado una catarata de declaraciones de los representantes de las grandes compañías energéticas, y de sus poderosos accionistas, quejándose de esta caída de ingresos millonarios procedentes del Estado –es decir, los contribuyentes–. Cabe decir que la intención del organismo de Competencia con esta propuesta es que la factura, de luz y gas, del consumidor disminuya a partir de 2020.

El segundo tema implica que, tras las últimas resoluciones del CIADI, las demandas de distintas compañías y fondos de capital riesgo por sus inversiones en el sector fotovoltaico en contra de España ya suman fallos por importe de 438 millones de euros (como indica el portal Suelo Solar), o incluso por encima de los 500 millones (según El Confidencial), a consecuencia de una política energética voluble y poco acertada. En cuestión de ahorrar dineros al Tesoro no han andado finas nuestras autoridades políticas.

España tendrá que pagar indemnizaciones millonarias por laudos del CIADI a favor de inversores internacionales.
España sigue perdiendo pleitos en el CIADI por los que tendrá que indemnizar a fondos internacionales por los recortes retroactivos en el sector fotovoltaico.

Disfruten del verano

Y un gran servicio es el que nos ha prestado Andrea Camilleri, escritor italiano recientemente fallecido, a los lectores de toda condición; no dejen de leer obras como “El ladrón de meriendas” o “La forma del agua”, que son una auténtica gozada y una puerta de entrada al universo del comisario Salvo Montalbano, personaje universal de este autor, cuyo apellido homenajea al escritor Manuel Vázquez Montalbán, al que Camilleri admiraba.

Que disfruten del verano. Desconéctense del día a día lo que puedan y sean un poco más analógicos. Espero encontrarles en septiembre en este modesto rincón.

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