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Los tiempos están cambiando, o eso parece

Los tiempos están cambiando, cantaba Bob Dylan en los sesenta (The Times They Are a-Changin’), reflejando la lucha generacional y los conflictos políticos de esa época, pero podríamos aplicar esa sentencia a lo que se está viviendo hoy en la sociedad, en general, y en el sector energético, en particular. Expertos y profesionales del voltio y el amperio vienen constatando desde hace tiempo la transición hacia un entorno donde la generación centralizada desde unos pocos actores se mueve hacia una generación distribuida, donde el consumidor (o ‘prosumidor’, como dicen los más modernos) gana terreno.

“El consumidor es el protagonista, y no la gran distribuidora eléctrica”, como señaló Javier García Breva, en la reciente presentación en Madrid de su Informe IPM “Los empleos en la transición energética”, dado que tecnologías como el autoconsumo, el almacenamiento de energía o la gestión activa de la demanda suponen un camino sin vuelta atrás. Una tendencia a gran escala que está impulsada, además, por las Directivas Europeas de Eficiencia Energética y de Energías Renovables, que –recordemos– son de obligado cumplimiento, aunque España se distinga por transponer tarde, mal y a regañadientes muchas de estas regulaciones comunitarias, con las consiguientes penalizaciones que nos van imponiendo. Spain is different.

El autoconsumo fotovoltaico implica cambios en el sector energético
El autoconsumo es una de las tecnologías que están contribuyendo al cambio en el sector energético.

Eléctricas y petroleras, actores en disputa

En este contexto, las grandes compañías eléctricas, hasta hace poco tiempo renuentes a esta corriente hacia la generación renovable y distribuida, llevan varios años preparándose tras dar un giro a su estrategia y ahora se empiezan a registrar movimientos más notorios que denotan que, en efecto, las transformaciones están tomando calado, si bien no se han convertido en adalides de estas tendencias. Un ejemplo es el cambio de nombre de Gas Natural Fenosa –una denominación que recoge su trayectoria de adquisiciones– para pasar a llamarse ahora Naturgy, una marca que quiere transmitir un posicionamiento más orientado hacia la sostenibilidad.

Los tiempos cambian y la todopoderosa petrolera Repsol entra de lleno en el negocio eléctrico con la compra de varios activos de la eléctrica Viesgo (centrales hidroeléctricas y de ciclo combinado), por un cifra de 750 millones de euros, tal como publicaron a finales de junio varios diarios digitales. El plan estratégico de Repsol incluye inversiones por valor de 2.500 millones para aumentar su presencia en lo que llaman “el ámbito de la energía verde”.

Asimismo, Iberdrola, Endesa y también Repsol tienen sus planes –de distinto alcance– para instalar puntos de recarga eléctrica para vehículos eléctricos en todo el territorio nacional, a través de acuerdos con otros actores, como el operador petrolífero Avia en el caso de Iberdrola. Y gigantes como BP también están apostando por ofrecer a sus clientes opciones para la recarga de vehículos eléctricos.

BP adquirió la empresa Chargemaster, proveedora de puntos de recarga para vehículos eléctricos.
BP ha comprado Chargemaster, el mayor proveedor de puntos de suministro de energía para vehículos eléctricos en Reino Unido.

Cambios en el sector de la instalación

Las reglas se diluyen y las empresas se introducen en todos aquellos sectores con potencial, aunque no sea su negocio tradicional. Las comercializadoras eléctricas independientes ya captan uno de cada cinco clientes que cambian de compañía, y se los arrebatan en mayor medida a las grandes eléctricas, informaban en Europa Press. Los instaladores también tienen que hacer frente a todos los cambios que están modificando de forma considerable su campo de juego por las nuevas demandas de los consumidores, cada vez más proactivos. El canal de la distribución profesional debe ser un socio fundamental que acompañe a los instaladores si quieren aportar valor y crecer.

Por ello, afrontar con decisión los cambios es fundamental para sobrevivir, es una senda de no retorno. Y como dice la canción de Bob Dylan, citada al principio del post, “entonces mejor que empecéis a nadar, u os hundiréis como una piedra”; hay que tratar de nadar en este mar con olas y mareas de todo tipo.

Y ya que de mar hablamos, termino esta entrada con una recomendación de lectura para el verano, que es una debilidad personal: la escritora francesa Fred Vargas, reciente Premio Princesa de Asturias de las Letras 2018; cualquier novela de este gran talento es buena para empezar, pero para combatir los rigores del estío “Tiempos de hielo” es una magnífica opción.

¡¡Que disfruten de las vacaciones!! Nos vemos en septiembre.

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Tatiana Aguilar
Tatiana Aguilar
25/07/2018 11:22

Interesante y clara exposición de la situación por parte de Miguel Ángel Jiménez .
En ocasiones y muy a pesar de los diferentes actores, es el consumidor quien empuja para que el engranaje se ponga en marcha.
Cambiemos, pues, para que todo cambie 🙂

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