Los negacionistas del cambio climático –gente de amplias miras, como Donald Trump y sus adláteres– siguen empeñados en mirar hacia otro lado ante las señales que nos envía el planeta. Para combatir esta línea de pensamiento no hay nada como escuchar a personas “mayores”, en el mejor sentido de este término: mayores en sabiduría, mayores en experiencia y en perspectiva. Este es el caso de Miguel Ángel Torres, presidente de Bodegas Torres, que participó en el IV Foro Solar organizado por UNEF (Unión Española Fotovoltaica), los días 21 y 22 de noviembre; un empresario atado al terruño, que siente en su piel todas las vicisitudes de un negocio vinculado a los viñedos: contó que los empresarios y gente que trabaja la tierra son los que están sufriendo de verdad y de primera mano el cambio climático: sequías intensísimas y prolongadas, uvas convertidas en pasas antes de tiempo, heladas inesperadas, granizos fuera de época… Su negocio se ve afectado de manera directa por estos efectos.
Por ello, su compañía, entre otras acciones, ha invertido en el periodo 2007-2017 unos 12 millones de euros en tecnologías para reducir el consumo energético, disminuir lo que se llama huella ecológica y ser más sostenibles, y en esta estrategia el autoconsumo es, para él, una de las bazas más importantes para alcanzar estos objetivos. Pero en uno de los países con mayor irradiación solar, el autoconsumo se ve como una amenaza más que como una oportunidad. El presidente de Bodegas Torres reclamó al Gobierno “voluntad de cambio urgente” en este campo, sobre todo para promover este tipo de instalaciones y minimizar los trámites burocráticos; sabe de lo que habla: su empresa lleva 16 meses esperando para dar de alta una instalación fotovoltaica (algo que en EEUU requiere tres meses, en Chile un mes y medio, y que en Portugal se realiza telemáticamente en 15 minutos).
De lo que se deduce que las trabas administrativas actúan así como un cuello de botella, un elemento para desalentar a los osados, ya que el desconocimiento sobre el autoconsumo es otro de los obstáculos para su desarrollo; se ha extendido una especie de sensación de incertidumbre sobre este tipo de instalaciones, o que incluso son ilegales, cuando esto no es cierto. Las instalaciones de menos de 10 kW son perfectamente factibles y solo se requeriría el boletín del instalador, como ha señalado Sergio Pomar, presidente de Feníe Energía; “no se explica cómo no se está desarrollando más”.
En este sentido, el autoconsumo se revela un peligro que amenaza el modelo de negocio de las compañías eléctricas tradicionales, como declaró recientemente Enrique Muguiro, directivo de Yingli Solar, en el Congreso Nacional de Energías Renovables de APPA Renovables. ¿Qué es lo que está ocurriendo? Pues que la legislación en España está sirviendo para ralentizar, y en algunos casos, paralizar el desarrollo del autoconsumo, dando tiempo a las eléctricas a prepararse para esta tendencia imparable del autoconsumo energético, que ya se está produciendo en muchos otros países.
Sin embargo, en nuestro país se va a la contra. De hecho, Álvaro Nadal, ministro de Energía, ha conseguido que el Consejo Europeo celebrado el pasado 20 de diciembre acepte que los costes soportados por el autoconsumo dependan del marco regulatorio nacional. “En la práctica, esto es un acuerdo tácito a que en España se mantengan unas cargas que en otros países de nuestro entorno no existen”, critican desde APPA.
Ahora que todavía permanecen los ecos de la Cumbre del Clima de Bonn, hay que resaltar que el autoconsumo es un elemento fundamental para la transición energética que necesitamos para descarbonizar la economía, una forma de generación renovable muy cercana al ciudadano que permitirá reducir la demanda energética. Parece que ahora Mariano Rajoy desoye los consejos de su primo sobre este tema, escéptico sobre los vaivenes del clima, y empieza a considerar el cambio climático como un problema real para el desarrollo del país, ya que el Gobierno está preparando una ley sobre la materia.
Esperemos que esta norma vea la luz en 2018. Deseamos a todos nuestros lectores unas felices fiestas y un año nuevo pleno de ilusiones cumplidas, más sostenibles si es posible.
