En los últimos años hemos asistido al desarrollo espectacular de algunos distribuidores relacionados con el sector de la ferretería y el bricolaje. Dejando aparte al líder del canal, Leroy Merlin, los casos de éxito más notables vienen de la mano de Bricomart y Saltoki. Aunque ambos se sitúan en el lado más profesional de nuestro mercado, su influencia en el mundo ferretero se encuentra fuera de toda duda.
Ambas compañías coinciden en muchos aspectos, mediante los que han logrado trazar sus trayectorias ascendentes; cada una a su estilo, eso sí.
- Han entendido a la perfección las necesidades de sus clientes profesionales. Se lo ponen muy fácil: horarios adaptados, servicio de entrega de mercancía en obra, almacenes pensados para facilitar sus compras, gran número de plazas de aparcamiento, financiación…
- Antes de abrir un nuevo almacén, se ponen en contacto con los potenciales clientes de cada zona. Les presentan sus servicios, se dan a conocer y los fidelizan con atención personalizada.
- Contratan personal especializado y con conocimientos de cada categoría de productos. Algunos incluso son antiguos fontaneros, electricistas o carpinteros (sobre todo, en el caso de Bricomart).
- Intentan captar al personal de ferreterías, suministros industriales, almacenes de la construcción y empresas de la zona. Es decir, buscan garantizarse empleados ya formados y con grandes conocimientos de los clientes de cada región.
- Cuentan con primeras marcas y se enorgullecen de ello.
- Disponen de gran cantidad de stock, para que los profesionales siempre tengan disponible el producto que necesitan para sus trabajos.
- Ofrecen formación a sus clientes profesionales.
- Sus puntos de venta consiguen elevadas facturaciones, con una media de 35 – 40 millones de euros por almacén. Aunque algunos superan los 100 millones de euros.

Como aspecto negativo, aunque eso no influye en su relación con los clientes ni en el desarrollo de su negocio, ambos se caracterizan por su poca transparencia en ofrecer datos. Saltoki resulta especialmente opaco: le gusta poco aparecer en los medios, más allá de inauguraciones de tiendas, nuevos catálogos o productos. Bricomart aporta algo más de información, pero tampoco mucho más.
Muchos de los atributos que he comentado más arriba también los ponen en práctica ferreterías y suministros industriales. Y, casualmente, suele ocurrir que también consiguen triunfar en sus zonas de influencia. La diferencia solo radica en que Bricomart y Saltoki son grandes cadenas de distribución, con numerosos puntos de venta. Y conseguir que todos funcionen al unísono y mantengan su propia filosofía reconocible no resulta fácil ni sencillo. Pero lo han logrado.
Saltoki se acerca a los 80 establecimientos, mientras que Bricomart en unos días contará con 29 almacenes. Una es de capital español y otra, francés. Pero mantienen el mismo espíritu de servicio a sus clientes.
¿Qué otras características destacarías de Bricomart y Saltoki? Me encantaría leerte en los comentarios.
Yo creo que en realidad en común tienen bien poco.
Saltoki se centra en vender exclusivamente a profesionales, me han dicho varios clientes que si no eres instalador no te venden.
Bricomart, vende a todo aquel que le pueda comprar, sea profesional, particular, chapuzas, esté dado de alta, pague impuestos o no, de ahí su insistencia en publicitar los precios con iva incluido, (qué le importará el iva a un profesional si luego se lo desgrava?) Muchos instaladores no se dan cuenta que están haciendo grande a su enemigo, porque cuando desde siempre todos los almacenes de construcción, materiales eléctricos, fontanería, calefacción. pinturas, suministros etc. les han respetado un diferencial de precio para que al facturar pudieran ganar algo además de la mano de obra con los precios de los materiales, llega Bricomart, descubre la sopa de ajo y le vende a todos al mismo precio, incluso al «Chapucillas» que trabaja en negro, para compatriotas, amigos, conocidos y vecinos sin estar dado de alta, haciéndole desdeal competencia al instalador de toda la vida.
Poco les hacemos ver ésto a los profesionales e instaladores y no deberíamos dejar de hacerlo.
Saltoki vende al particular sin problemas, eso sí a otro precio