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Transporte puerta a puerta, mayor garantía sin disparar los costes

Por José Luis Cuadros

En la situación actual de desajustes en las cadenas de suministro, los errores en el transporte se pagan muy caros porque pueden ocasionar roturas de stock que afectan las cifras de ventas y a la imagen y reputación de la empresa. Además, dados los retrasos que se vienen acumulando, con una crisis de materias primas y un incremento generalizado de los costes, contar con un servicio de transporte por carretera eficiente y económico se ha convertido en un asunto primordial.

Ante las necesidades que tienen hoy en día las empresas, el transporte puerta a puerta resulta una opción que gana muchos enteros, ya que hace que la mercancía viaje más segura, evitando pérdidas y roturas. Tanto por el valor de la mercancía en sí (por ejemplo, electrónica de consumo, productos de alto valor económico) como por su aportación crítica en una cadena de producción o en el abastecimiento de los clientes. Contar con un servicio garantizado es una ventaja competitiva en prácticamente todos los sectores, tanto en el entorno empresarial (B2B) como en el área de consumo (B2C). Este tipo de envíos se pueden programar con antelación, pero también pueden ser una solución idónea como alternativa a las fórmulas habituales de transporte urgente.

A día de hoy, y especialmente en este entorno de dificultades logísticas, las empresas y los operadores de transporte usan sus redes de almacenes para consolidar la mercancía, de manera que los envíos pasan por distintos intermediarios antes de llegar al destino final. Son fórmulas que ralentizan mucho el transporte y que, aunque puedan parecer más económicas, no resultan rentables si se valora el riesgo de que se produzcan incidencias y retrasos, o peor aún, la pérdida de la mercancía y, en último caso del cliente, que puede acabar recurriendo a otro proveedor.

No pagar de más

Los servicios tradicionales de transporte urgente o exprés pueden resultar eficaces para conseguir la rapidez requerida, pero funcionan como un alquiler: se reserva una capacidad determinada de un vehículo completo durante una cantidad mínima de horas durante las que se efectúa el servicio. Trabajan con tarifas fijas y se reserva el total del vehículo, sin tener en cuenta la ocupación. Sin embargo, con una plataforma tecnológica como Ontruck el cálculo de precios se ajusta al milímetro: el cliente paga por lo que necesita y solo por el espacio que ocupa.

Desde un palé hasta camiones completos, con la carga paletizada o sin paletizar, esta solución es muy flexible y resulta ideal para el transporte de mercancía a temperatura ambiente (no refrigerada ni mercancías peligrosas) en cualquier tipo de empresa que quiera tener una solución inmediata y garantizada.

El cálculo de las tarifas se establece teniendo en cuenta muchas variables: características de la carga (volumen, peso y altura), requerimientos del almacén, horario y fechas, kilómetros de la ruta, origen y destino, tipo de vehículo. Eso quiere decir que se obtendrá siempre el mejor precio, el que más se ajusta a las necesidades concretas de cada envío y en cada momento.

Aunque suene complicado, el algoritmo realiza estos cálculos en segundos, y cotejando todas las variables. Emplear estos precios personalizados permite ajustar mucho más la tarifa que con cualquier otra fórmula. Desde la misma plataforma online donde se solicita el servicio, y de forma muy sencilla se puede hacer la reserva para el envío ya sea en grupaje o cargas completas (FTL).

Cuidado de los profesionales

Con una herramienta como esta, aumenta la eficiencia para las dos partes. No solo el cliente no paga de más, sino que el transportista no ingresa menos. Al recibir en tiempo real las cargas que se ajustan mejor a sus intereses, los profesionales del transporte pueden aprovechar mejor sus medios, conseguir más ingresos y reducir los kilómetros en vacío.

El transportista tiene el control absoluto de las cargas que acepta y las que no, en vez de tener un contrato cerrado que le obligue a trabajar con una tarifa fija o condiciones que no le parezcan adecuadas.

Es un aspecto muy relevante en un momento como el actual en el que se van sumando factores adversos: dificultades generalizadas en los suministros y aumento de costes de la energía y del combustible. En este escenario inflacionista, la escasez de transportistas es una variable más que sin duda va a impactar en los precios. Está afectando especialmente a empresas tradicionales de transporte, grandes cargadores y operadores con flotas fijas, que están teniendo más dificultades para encontrar mano de obra y, por tanto, esto supone una subida del coste salarial.

Tanto las grandes empresas, que no tienen la suficiente flexibilidad para adaptarse a cambios tan bruscos en la demanda e incrementos de costes tan repentinos, como los transportistas autónomos, que tienen más capacidad de respuesta pero menos margen, están teniendo que ingeniárselas para poder sobrevivir y no trabajar a pérdidas.

Gestionar el transporte de forma más flexible y eficiente puede ser el factor diferencial de las empresas frente a la crisis de suministro, tanto desde el punto de vista del servicio en sí -con los envíos puerta a puerta- como desde la perspectiva de la selección de proveedores. El escenario actual es perfecto para que las empresas que contratan servicios de transporte por carretera prueben estas fórmulas innovadoras que les permitirán reducir costes manteniendo la calidad del servicio.

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