Comienza el nuevo curso con Comafe en una encrucijada de difícil salida. El consejo rector, con Oscar Madrid al frente, ha visto rechazado mediante votación en asamblea el proyecto estratégico que suponía la fusión con Cofac y la creación de una gran cadena de ventas. La barrera la han encontrado los responsables de Comafe en la sociedad patrimonial que detenta la propiedad de los almacenes que la cooperativa utiliza en la calle Rey Pastor, del Polígono Industrial de Leganés. Los socios de la patrimonial han rechazado la oferta que Comafe les ha hecho para comprarles su participación, paso previo para poder fusionarse con Cofac en condiciones de igualdad.
Ante este rechazo, se abren varias alternativas: la dimisión del consejo rector y la convocatoria de elecciones o una moción de censura planteada por los que se oponen al proyecto, por ejemplo. En ambos casos, esto supondría el aplazamiento «sine die» del proceso de fusión con Cofac en C+C y, en mi opinión, una más que probable fractura de Comafe que ya ha quedado plasmada de forma diáfana en la asamblea celebrada a finales de julio y cuyas consecuencias son difíciles de prever en estos momentos.
La desautorización del consejo pone también en un brete al equipo gestor, quien con Alfredo Díaz al frente, ha puesto toda la carne en el asador para impulsar el proyecto de modernización radical de la cooperativa y su fusión con Cofac en C+C. En todo caso, a los gestores no se les puede negar que hayan modificado sustancial y favorablemente la cuenta de resultados de Comafe, modernizado y racionalizado la entidad y promovido actuaciones tendentes a incrementar las ventas de los socios.
Si se produjera la dimisión del consejo rector, también quedaría tocado el proceso por el que las antiguas cooperativas socias de la desaparecida Ancofe se unirían a las que componen Fergrup en una nueva central de compras de ámbito nacional y caracter cooperativo que estaba previsto empezara a funcionar en enero de 2013.
En cualquier caso, la no aceptación del plan presentado, supone un varapalo para un proceso en el que el canal tradicional de ferretería tenía puestas grandes esperanzas y abre un periodo de incertidumbre en el ámbito cooperativo y de las centrales de compra. Ójala que todos los implicados sean capaces de alcanzar un consenso que permita retomar y recomponer la situación lo antes posible.