Debería decir más bien una cena con asociados a Cecofersa, que fue la que disfruté el pasado martes 29 de septiembre en el marco de celebración de Expocecofersa. Me apetecía compartirla con profesionales a los que no conociera para descubrir nuevas experiencias y formas de hacer. Con esta premisa me dirigí a una mesa en la que había 8 personas donde solo conocía a José Ramón Remunian, de StanleyBlack&Decker. Supuse que el resto de comensales serían clientes y por lo tanto daban el perfil que yo buscaba. Me acogieron sin entusiasmo pero tampoco con disgusto así que saludé a todos y me presenté uno por uno, aludiendo a mi condición de periodista del sector. Alguno ya me conocía por el news de Cuadernos de Ferretería y Bricolaje, incluso uno me seguía desde los tiempos de Ferronoticias. Ellos venían de Ceuta, de Córdoba, de Hinojosa del Duque, de Orense y de Jaén. El octavo comensal resultó ser un delegado de StanleyBlack&Decker, de Málaga.
La conversación comenzó por el tema catalán. Se apreciaba cansancio por el “procés” y se reclamaba más atención de los poderes públicos a los problemas de verdad del día a día. Aún así, todos reclamaban Cataluña como una parte de España a la que no tenían ningún interés de renunciar, más al contrario, disfrutarla con todas sus bondades.
Ya en el ámbito profesional, aprendí unas cuantas cosas –o al menos las recordé-. Que fuera de los polos de atracción: Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla… existen empresas pequeñas y no tan pequeñas del sector, que saben hacer las cosas y las hacen bien. Que existe espíritu emprendedor en cualquier parte del territorio y que temas que en algunos foros siguen siendo tabú o “forman parte del futuro” como internet y la venta “on line” están asumidos y afrontados con razonable éxito en la periferia del sector. Que ferreteros de provincias –sin ánimo peyorativo, por supuesto- tienen más luces que los de las principales capitales y que aunque no sufren directamente la competencia feroz de las grandes superficies, están más dispuestos a evolucionar y reinventarse que aquellos. Que tienen curiosidad y afán de saber qué se hace allende de sus pequeños entornos y están dispuestos permanentemente a aprender. La sensación que me llevé es que son más humildes, más abiertos y más permeables al cambio que muchos de los empresarios que tienen más renombre y visibilidad en el sector.
Son conscientes de sus puntos fuertes y de sus debilidades y reclaman a la central –habrá que preguntar a los responsables de Cecofersa- apoyo y soluciones para afrontar su día a día y su futuro. Isidro, Lucas, Salvador, Paco, Víctor… gracias por vuestros testimonios y por compartir conmigo vuestras ilusiones y vuestras inquietudes. Mi objetivo se cumplió sobradamente gracias a vosotros. Os debo una.