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¡Cambios, qué cambios!

Por Juan Manuel Fernández

Cuando en mayo de 1984 aterricé en el sector de ferretería, nada me podía hacer pensar que 35 años después estaría haciendo balance de los cambios habidos en todo este tiempo.

Cuando empecé a escribir mis primeros artículos, lo hacía en una máquina de escribir manual y corregía con tipex. Recibía teletipos de agencia como EFE -¿alguien recuerda el télex?- y solicitaba información por carta.

Las ferreterías eran las dueñas del mercado -no existían ni medianas ni grandes superficies de bricolaje todavía- y aunque la oferta estaba a punto de superar a la demanda como signo de los tiempos, no había ferretero -excepto los de medio pelo, despreciados por sus propios colegas- que no tuviera un Mercedes en el garaje de su casa.

Ya habrán intuido que les hablo de la prehistoria. Así es.

Lo que fue y lo que es

Como este blog va de cambios, relacionaré, fiándome solo de la memoria, diez que considero importantes.

  • En 1984, el número de ferreterías rondaba los 12.000 puntos de venta. Hoy superan por poco los 7.000.
  • Cada ferretería era independiente, aunque perteneciese a alguna de las 20 cooperativas existentes. Hoy, cada ferretería es independiente, aunque pertenezca a alguna de las múltiples cadenas existentes.
  • La mayoría de ferreteros consideraban a la clientela unos indocumentados, afortunados de poder acudir a una ferretería para resolver sus problemas. Hoy, la clientela considera a la mayoría de los ferreteros, unos indocumentados que no son capaces ni de informarse a través de internet.
  • Los márgenes sobre venta superaban en la mayoría de los casos el 50%. Hoy, los márgenes -sin tener en cuenta la venta “on line”- son la mitad que entonces.
  • El almacén era la mina de oro del ferretero. Con inflaciones del 15-20%, toda la liquidez se destinaba a acumular existencias. Hoy, el almacén es un lastre insostenible. ¡Que almacene el fabricante!
  • Los fabricantes ejercían un control casi absoluto sobre los precios. Hoy, con internet de por medio, los precios no los controla nadie.
  • Cuando uno entraba en una ferretería, llamaba la atención el guardapolvos -gris o gris- con más grasa que el tomizo de un jamón. Hoy, la indumentaria es multicolor: rojo, naranja, verde, azul… incluso gris.
  • Lo primero que aprendí es que no había nada más distinto de una ferretería que otra ferretería. Hoy, a pesar de las cadenas de venta, lo que se puede decir es que no hay dos ferreterías iguales.
  • El ferretero era un profesional entrañable, que sabía de todo y conocía a sus clientes. Hoy, el ferretero sigue siendo un profesional entrañable que conoce a sus clientes que, desgraciadamente, se han ido haciendo mayores a la vez que él y, algunos, han desaparecido.
  • En 1985, cuando empezamos a publicar una revista mensual, los patriarcas de la ferretería nos decían que estábamos locos, que no había tanta información en el sector. Hoy, publicamos un newsletter diario.

Los próximos cambios

Me consta que hay muchos profesionales del sector preocupados por el futuro de la ferretería. Dudan sobre la viabilidad de un canal en el que la edad media de los propietarios se acerca a los 60 años y en el que es muy difícil desarrollar proyectos que integren a cientos de puntos de venta con una enseña común -con todo lo que ello supone-.

Relaciono aquí -más en serio- los próximos cambios que, en mi opinión, tendrán que afrontar las ferreterías si aspiran a mantenerse como un canal de referencia:

  • Digitalización. Sin alternativa. Sin ella, no se podrá avanzar
  • Omnicanalidad o unicanalidad -más moderno-. Para estar donde está el consumidor
  • Formación. Para estar a la altura de los clientes
  • Sumar. Solo con la fuerza que da la unión se podrá competir. A no ser que se conviertan en superespecialistas.
  • Optimización de recursos. Con márgenes que van a seguir siendo bajos, no cabe otra cosa que aprovechar sinergias y optimizar los recursos (logística, marketing, surtido, software…)
  • Transparencia. Compartir información con el resto de la cadena o quedarse fuera de juego.
  • El cliente. Sólo puede haber un foco, él.

Feliz semana.

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JOAN GARCIA
JOAN GARCIA
08/07/2019 12:34

Buenos días Juan Manuel. Por una vez y que no sirva de precedente, no estoy de acuerdo con algunos de los cambios que has detectado:
– El punto 2, cuando dices que las ferreterías son independientes, he recordado algún compañero mío que me comentaba que es esclavo de su cooperativa , ya que sus aportaciones no las puede rescatar para cambiar a una central de compra, que si quiere irse, pierde el dinero invertido.
– El punto 3, lo siento, pero me niego a pensar que los clientes no confíen en el ferretero. Algunos clientes sí que me han comentado que al comprar en grandes superficies del sector ferretero, el nivel de formación de los trabajadores es mejorable… Pero creo que en casi todas las ferreterías intentamos mantenernos al día de las novedades ( vuestra new es un ejemplo )…
En todo lo demás, muy de acuerdo, también en los próximos cambios, que esperemos ver en nuestro lugar de trabajo todos.

Un caluroso saludo desde Mallorca !

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