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Deje paso, señor Alarcón

Joan Alarcón es presidente del Gremi de Ferreters de Catalunya. Lo es desde hace mucho tiempo, desde 2005, cuando sustituyó en el cargo a Ángel Caballería. En marzo de 2017 fue reelegido por cuarta vez para el cargo.

En este largo periodo, el Gremi ha sufrido los mismos avatares que otras asociaciones gremiales del sector, a saber: reducción del número de asociados, con la consiguiente reducción de recursos; menor número de servicios utilizados por los asociados -que en muchos casos reciben de sus organizaciones comerciales-; pérdida de la capacidad formativa, derivada del escaso interés mostrado por los asociados, etc.

Por contra, el Gremi ha realizado interesantes campañas publicitarias en favor del canal ferretero, poniendo en valor los servicios y el asesoramiento de la tienda de proximidad, y ha intervenido como interlocutor de las administraciones públicas en asuntos relacionados con convenios colectivos del sector, subvenciones y defensa del comercio tradicional.

Con sus luces y sombras, la presidencia de Joan Alarcón ha sido cuestionada en repetidas ocasiones por su intermitente implicación en los asuntos ordinarios del Gremi. En ocasiones, derivada de los problemas del Grupo Corona -su empresa-, que entró en concurso de acreedores en 2016; en otras, por su dedicación a asuntos europeos, con poca o ninguna repercusión en la actividad gremial, en otras, provocadas por su delicada salud.

Súmese a eso un carácter autoritario y su casi nula accesibilidad a colaboradores y asociados, para concluir -en mi opinión- que su presidencia, en los últimos años -y a pesar de su reelección en 2017- ha dejado mucho que desear.

Nueva junta con juventud e iniciativa

Se puede aducir que, durante años, nadie le ha discutido el cargo y que el Gremi ha tenido lo que se merecía. Desde la renovación de la Junta Directiva -hace ahora dos años-, sin embargo, se han incorporado a la asociación unos cuantos profesionales jóvenes con ganas de hacer cosas, con iniciativa y compromiso, que ven que, con reiteración, la incomparecencia del señor Alarcón paraliza o al menos frena proyectos de alcance.

Desde aquí me sumo a la petición de los agremiados que exigen que asuma las responsabilidades que como presidente le competen o que deje paso a los que están dispuestos a dedicar tiempo al Gremi y tienen ganas de sacarlo de un “impasse” que dura demasiado tiempo.

No voy a decir, parafraseando a José María Aznar “Váyase, señor Alarcón”, pero, en mi opinión, la salud y el futuro del Gremi merece que los que quieren potenciarlo no se topen con un presidente que no comparece y que cuando lo hace se resista a liderar proyectos de interés, pero que tampoco quiere dar un paso al lado.

Se lo pido con cariño: “Deje paso, señor Alarcón”. Es mejor que el sector le recuerde como el presidente del Gremi que tuvo la generosidad de dejar paso a la nueva generación de ferreteros; que no como el que se aferró al sillón con el único fin de figurar.

Feliz semana


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