El futuro de la ferretería como concepto comercial se decide en los próximos dos años. Hablaba Javier Barrio la semana pasada sobre el futuro de las GSB en las grandes ciudades y su opinión ha generado una sana controversia. También se juega el futuro de ese modelo. Y, en general, el del comercio mundial en su conjunto. Pero vayamos a lo nuestro.
La respuesta a la pregunta del título parece simple: El futuro de la ferretería está en manos de los ferreteros. Muchos profesionales del sector podrían abrazar esta afirmación sin demasiados problemas. En mi opinión, sin embargo, la cosa es bastante más compleja.
Empiezo con una pregunta: ¿Puede haber ferreterías sin ferreteros? Porque si la respuesta es sí, el futuro no sería lo que era. De hecho, se está ensayando en el ámbito cooperativo gestionar puntos de venta desde la central, cuando el ferretero de turno se jubila, siempre que el negocio sea viable -desde la perspectiva de la organización-.
Si pensamos que no puede haber ferreterías sin ferreteros, el futuro dependería de la sucesión familiar y del atractivo que el negocio pueda tener para nuevas generaciones de comerciantes y gestores que entiendan el modelo omnicanal.
Empresarios y/o gestores
Empresarios y gestores, su existencia o no es para mí una de las claves del futuro de la ferretería. Por una parte, empresarios que soporten los negocios ferreteros, por otra, empresarios que sean capaces de liderar las organizaciones que vertebran el canal: cooperativas, centrales y grupos de compra. Y, por último, gestores que aporten su conocimiento estratégico y tengan la capacidad de encontrar los intereses comunes y encauzarlos en proyectos conjuntos, creativos y sostenibles.
Conozco a empresarios y gestores con esos perfiles. Mi duda es si son suficientes y si serán suficientemente resilientes como para aguantar la presión del mercado y de sus propios socios o asociados.
Lo que hagan los demás
El futuro no está escrito, lo creamos entre todos. Partiendo de esa premisa, el futuro de la ferretería depende también de lo que hagan el resto de los operadores que participan en el mercado y de los que todavía no han aparecido. Y del resultado de los proyectos que cada uno ponga en marcha: city, urban, express, o como quiera que se llamen los establecimientos que se abren en el centro de las ciudades.
Y no nos olvidemos del impacto definitivo que sobre el comercio en general tiene y tendrá la tecnología digital. Estamos solo en el comienzo del comercio electrónico -que no olvidemos que es la distribución, venta, compra, marketing y suministros de información de productos y servicios a través de internet-.
Hoy hablamos de Amazon, Aliexpress, eBay, etc. Mañana, dentro de dos años, no tenemos ni idea de cuál será la situación del comercio electrónico y cómo repercutirán en su desarrollo los temas medioambientales, de eficiencia energética o -incluso- psicológicos y sociológicos.
Lo que es seguro es que el cambio se acelera, que los comportamientos de consumidores y usuarios evolucionan y que en este contexto la ferretería puede tener un futuro brillante o ninguno, en función de las decisiones que se tomen hoy. De lo que no hay duda es que si no se toman decisiones, el futuro está escrito.
Feliz semana
