En época de nieves como la que disfrutamos/sufrimos, se producen grandes expectativas y pequeños resbalones. Grandes expectativas por los bienes que auguran las nieves, pequeños resbalones por la falta de experiencia de andar por terrenos helados.
Me sirve el símil para contar lo que está pasando actualmente en el sector de ferretería, bricolaje y suministros industriales en el ámbito de lo digital: que hay grandes expectativas por los proyectos ‘punto com’ en marcha –Cadena 88, Optimus, Ferrokey, Leroy Merlin, Grupo Beret…- y resbalones pequeños -también medianos y grandes- en esos mismos y en otros similares.
Que lo digital se abre paso es indiscutible, que los líderes del sector lo tienen asumido -basten las sesiones del ISDI para altos directivos de los socios de AFEB o las fuertes inversiones del grupo Adeo-, también. Que al tratarse, para la mayoría, de un territorio ignoto, se producen más frustraciones -resbalones- de las normales, lógico; y que en un país de pícaros, los pícaros informáticos hacen caja a costa de proyectos caros e impracticables, también.
A lo largo del mes de febrero tendremos oportunidad de conocer más en profundidad algunos de los proyectos citados y de compartir en el Congreso AECOC de ferretería y bricolaje las últimas tendencias omnicanal. Allá por junio, en el Congreso Mundial del Bricolaje que se celebra en Barcelona, los grandes gurús trazarán los caminos a seguir y los obstáculos a salvar.
Entretanto, proyectos más modestos de ferreterías clásicas –ferreteria.es, masferreteria.com, ferreteriaortiz.es, ferayu.com, suministrosherco.com…- siguen progresando adecuadamente y demostrando que en este mundo no solo hay sitio para los más fuertes, sino también para los más rápidos y para los que mejor se adaptan.
Aprender resbalando
Todos, los grandes proyectos y los más pequeños, progresan a trompicones. No hay otra forma. No estamos más que al comienzo de la era digital y el progreso de la tecnología es geométrico. El conocimiento del usuario todavía es escaso y sus hábitos de consumo cambiantes.
Los ganadores de hoy no tienen porqué ser los mismos que los de mañana. En mi opinión, más que de ganar se trata de aprender con cada resbalón, de mantener la tensión al margen de los resultados a corto.
Caer en el pesimismo no ayudará. Pensar que no hay nada que hacer frente a los grandes operadores es como pensar -salvando las distancias, claro- que los guerrilleros de Sierra Morena no podían enfrentarse al todopoderoso ejército napoleónico. Lo hacían y con bastante éxito.
Vuelve a nevar en Madrid. Se abren nuevas expectativas, aunque ¡cuidado con los resbalones!.
