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Ilusión ilustrada, ilusión ilusa

Veo al sector ilusionado. Los foros celebrados en los dos primeros meses de 2017 han destilado optimismo en todos los eslabones de la cadena de valor.  Tanto en el Congreso de ferretería y bricolaje de AECOC como en el Congreso y posterior feria de Expocadena, he visto a todos satisfechos por los resultados del pasado ejercicio y con grandes expectativas para el presente. En el Congreso de AECOC la gran mayoría de los participantes anunciaron que pensaban crecer este año por encima del 10%. Durante Expocadena, los pedidos de los asociados de Cadena 88 fueron  -según todos los expositores consultados- significativamente mayores y mejores que los de la anterior edición.  Se hablaba, además, de numerosos proyectos de aperturas y reformas por parte de los cadenistas.

Paralelamente, se han activado o están a punto de hacerlo las nuevas webs de Comafe-Ferrokey, de Optimus-NCC y de Cadena 88. Y, en el mundo “offline” se habla de acelerar las implantaciones de las tres cadenas y de Ferrymas y Coarco.  Asismismo, suena una nueva reactivación de Bextok.

Necesitaría muchas páginas para analizar cada una de las iniciativas y argumentar los porqués de la corriente de ilusión que recorre el sector, pero en un lunes de blog, tengo sitio solo para reflexionar sobre qué tipo de ilusión nos invade; porque no es lo mismo una ilusión ilustrada –basada en datos y en hechos- que una ilusión ilusa –basada en sensaciones y conjeturas sin base científica-. Es verdad que la ilusión es por principio una actitud más sensorial que racional, pero no es menos cierto que si no está sustentada sobre pilares de aptitud y energía y configurada en torno a un plan de acción, se convierte en algo que se diluye como un azucarillo en un café caliente.

Mejor estar ilusionado que deprimido, mejor ser optimista que pesimista, pero en un país como éste donde nos vamos de un extremo a otro en menos que canta un gallo, me gustaría que no volvieran a repetirse los usos y costumbres pre-burbuja y que todas las iniciativas –buenas por principio- se sustenten en planes viables y sostenibles en el tiempo. Que los proyectos se hagan no porque hay que hacerlos, sino por que responden a una estrategia de fondo y son coherentes con los medios y recursos disponibles y con el posicionamiento que empresas y organizaciones quieren tener en el mercado. Lo demás no es ilusión, es ilusionismo para ilusos.

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