Pferd Ruggeberg ha celebrado el fin de semana pasado su 50 aniversario en España. Cincuenta años de ventas de abrasivos de una marca premium que apuesta en nuestro país y en todo el mundo por la innovación y la calidad de sus fabricados. Hacía referencia José Ignacio González, su director general en España, a las características distintivas de la empresa “una multinacional que sin embargo no ha perdido su carácter familiar; que no cotiza en bolsa, que se autofinancia y cuya vocación siempre ha sido estar entre las tres primeras marcas mundiales por innovación y por calidad”. También recordó su apuesta por caminar junto a los clientes para acometer los retos constantes a los que se enfrentan, “en un mercado que evoluciona a gran velocidad y donde se requieren alianzas fuertes para garantizar un servicio excelente”.
Durante los actos, que tuvieron lugar en Vitoria, tuve ocasión de cambiar impresiones con decenas de clientes de la firma, unos más fieles, otros menos, pero todos coincidentes en que la trayectoria de “Caballito”, como le llama la mayoría –aunque la traducción literal del alemán Pferd sería Caballo- la posiciona como marca de referencia en los abrasivos de mayor calidad e innovación, no solo en cuanto al producto en sí mismo, sino también en cuanto a herramientas complementarias que dotan al producto de más valor.
En los últimos años, Pferd ha apostado por la tecnología digital, siendo uno de los primeros en tener una web realmente interactiva que ha permitido no solo consultar características técnicas de los productos sino efectuar pedidos a fábrica. Aprovechando la tecnología de los códigos QR, también está consiguiendo facilitar la venta de sus distribuidores, mediante la personalización de su oferta.
En un tiempo en el que el precio ha sido muchas veces el único argumento, Pferd ha seguido defendiendo el valor que sus fabricados aportan a sus distribuidores y al usuario final. En este sentido, las nuevas gamas ecológicas presentadas durante los actos del aniversario , mostraban las ventajas para unos usuarios, que sufrirán menos efectos derivados de las vibraciones y mejorarán su eficiencia por la disminución de la fatiga de uso y del menor número de cambios de los discos.
Por último, y no menos importante, resaltar la apuesta de Pferd por fabricar en España. En el polígono de Júndiz, en Vitoria, donde se celebró el acto principal del aniversario, se encuentra una de las fábricas más modernas del mundo en la producción de discos. Una fábrica que, por cierto, seguía funcionando a pleno rendimiento mientras los invitados estábamos degustando la cena y riéndonos con las ocurrencias de Leo Harlem. Felicidades Pferd. ¡Y que cumpláis muchos más!
