El pasado viernes se celebró en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas, la ceremonia de entrega del VII Premio Txema Elorza a los valores humanos y profesionales en el sector de ferretería y bricolaje. Cerca de 300 profesionales del sector acudieron a la convocatoria de la Fundación Txema Elorza para reconocer y aplaudir a los finalistas; en esta ocasión, Olegario Suárez, de Ferretería GariHogar y José Carrasco, de Fersay.
La entrega del Premio Txema Elorza ha acabado por convertirse en el evento más representativo del sector, en el que los profesionales de los diversos ámbitos, proveedores, distribución intermedia, detallistas, representantes comerciales, asociaciones, etc, se olvidan de sus cargos y de sus negocios y se unen en el apoyo y el reconocimiento de su Fundación.
El pasado viernes convivieron durante las dos horas de la ceremonia y las dos de la cena de gala, profesionales y empresas que pelean cada día duramente en el mercado por conseguir más socios, mas cuota, los mejores fichajes, más rentabilidad… y que, sin embargo, comparten y suman sus contribuciones para que la Fundación pueda ayudar a los que más lo necesitan dentro y fuera del sector, para que pueda mejorar su nivel formativo, para que elabore estudios económicos sobre su evolución y desarrollo, para que alivie las estrecheces de quienes, por ejemplo, quieren dar estudios a sus hijos, o para fomentar la excelencia de los jóvenes.
Por primera vez, representantes cualificados de Coferdroza, Coarco o Leroy Merlin se han sumado a la fiesta solidaria. Otros como Cecofersa o Estanterías Simón han reanudado su colaboración con la Fundación. Empresas como Imprex han patrocinado por primera vez la convocatoria. Paso a paso, con generosidad, desprendimiento y humildad, todos los que forman parte del sector de ferretería y bricolaje, van sumando esfuerzos para hacer mejor y más grande la Fundación Txema Elorza.
Tuve el honor de presentar el acto, la oportunidad de saludar a todos los asistentes, de compartir las emociones de la votación, de escuchar las sabias palabras de Vicente del Bosque –el más grande y el más humilde-, el testimonio impresionante de Carmen –la mamá de Alex y el alma de la iniciativa Apadrina una Neurona-, la llamada a la superación de Eli –viuda de Jorge Cruceta y portavoz del jurado de la Beca que lleva su nombre-, el mal rato que pasó Librado cuando como presidente del Jurado equivocó el nombre del ganador, el abrazo sincero entre el ganador, Olegario, y el finalista, José…
Las lágrimas de unos, las risas de otros, la buena voluntad de todos los presentes para disculpar los fallos y apoyar –sumando- las iniciativas de la Fundación, han hecho que para quien escribe estas líneas, la del viernes 22 de mayo, haya sido “La noche más hermosa”.
Deja una respuesta