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Fabricar en España, un valor en alza

Por Juan Manuel Fernández

Hace unos años, cuando todo el mundo descubrió que fabricar en China era mucho más barato que hacerlo en España, se produjo una marea imparable de deslocalizaciones y, por lo tanto, de cierres de fábricas de muy diversos sectores: textil, calzado, juguetes, metalúrgico, muebles, electrodomésticos, herramientas y un larguísimo etcétera.

Los que decidieron mantener la producción en su localidad, en su comarca, en su región o en su comunidad, recibieron todo tipo de críticas cuando no de mofas y descalificaciones por parte del resto de operadores  de su sector. Nadie tuvo en cuenta, entonces, el impacto que tendría la destrucción masiva de puestos de trabajo en las fábricas de nuestras ciudades y pueblos. Tampoco nadie pensó en qué pasaría cuando los años de vacas gordas dieran paso a los de vacas flacas o cuando las circunstancias geopolíticas del mercado globalizado cambiaran.

Lo importante era fabricar fuera. Quien no lo hiciera estaba condenándose a la desaparición o a la irrelevancia. La cadena de valor olvidó por completo el que generaba el fabricante.  La facilidad de importar grandes cantidades de artículos en un tiempo corto con una financiación asequible y con la seguridad de que tendrían salida en el mercado a muy corto plazo y con unos márgenes notables despistó a muchos operadores que confundieron la anécdota con la categoría. Los fabricantes españoles se convirtieron en apestados o casi.

El brutal cambio de tendencia, con un mercado que se vino abajo casi de la noche a la mañana, con una financiación que desapareció por arte de magia, con una morosidad creciente y una cadena de distribución incapaz de asumir unos niveles de stock previstos para una situación totalmente diferente, hizo que muchos de los que habían renegado del fabricante nacional volvieran ahora a reclamar sus servicios.

De nuevo, los valores de proximidad, cercanía, financiación y servicio a la carta, creación de empleo, compromiso con el medio ambiente y la sociedad fueron recuperando un sitio que nunca debieron perder. Hasta la televisión pública emite un programa –Fabricando Made in Spain- para visualizar las cosas que se fabrican en el país, eso sí, a horas intempestivas.

Hoy, ser fabricado en España vuelve a ser un punto fuerte de productos que, además de una relación calidad-precio inmejorable, aportan diseño, utilidad, confort, servicio  y valores medioambientales y sociales que contribuyen a que la sociedad española progrese y el resto de la cadena de valor se diferencie y enriquezca.

Por eso mi homenaje en este post a empresas del sector de ferretería y bricolaje como Altipesa, Barbosa, Bralo, Bahco, Bellota, Ceys, Cintacor, Desa, Estanterías Simón, Irega, MCM, Metalurgia Pons, Panter, Pferd, REI, Riel Chyc, Rolser, Rombull, Rubi… que han apostado por seguir fabricando aquí, creando riqueza, generando puestos de trabajo y aportando un valor que merece ser recompensado por el resto de la cadena.

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Ibán Moreno
Ibán Moreno
20/10/2014 14:02

Muchas gracias!!
Me parece, que como le ha pasado a Mariano, muchos fabricantes leemos este artículo más tarde porque nos ha “pillado” fuera.
Vendiendo los productos que fabricamos en España lejos de nuestras fronteras. Es decir, aportando también a nuestra balanza de pagos nacional.
Lo dicho, muchas gracias por acordarte de nosotros los fabricantes.

Antonio Payá
Antonio Payá
13/10/2014 21:20

Estimado Juan Manuel:
Estoy contigo en casi todo lo que expones en tu artículo excepto dos consideraciones.
1.- Hubiera agradecido mucho leer este articulo unos años atras, cuando el tonto de turno era el que apostaba por el “made in Spain”. En aquel entonces hubo que invertir en patentes, diseños, adecuar maquinaria a las nuevas normas de seguridad, laboratorios de ensayos externos, normas ISO, etc y para ello fué necesario utilizar tanto recursos propios como ajenos:familiares, amigos… hipotecando el futuro de tus hijos. ¿Donde estaba entonces el apoyo del gobierno de turno, que no impedía la entrada de productos asiáticos de muy baja calidad a precios muy por debajo del coste de su fabricante nacional? ¿A quién le llegaron las ayudas económicas prometidas en época electoral?
Aún siento vergüenza al recordarlo.
2.- Este artículo hoy,año 2014, debería de homenajear a los que murieron con las botas puestas. Solo con la fabricación made in Spain ha sido muy dificil superar la crisis, por no decir imposible. Made in Spain vs made in China. ¿Quién paga los platos rotos?

Alfonso Cabaleiro
Alfonso Cabaleiro
13/10/2014 15:06

Y a pie de mostrador se empieza a notar que para el comprador final si le ofreces un hecho en España, ese artículo empieza a tener connotaciones que en muchos casos inclinan la balanza. Por supuesto hay casos donde la única variable es el precio. Pero en otros esa etiqueta tiene unas implicaciones de resultado, fiabilidad, calidad en suma, que hacen que si además el precio está razonablemente a mercado, sea la mejor opción.

Adelaida Trepat
Adelaida Trepat
13/10/2014 13:01

Muchísmas gracias por tu articulo, me ha emocionado!!!
Es duro que te digan que como sigas fabricando en España tu empresa no tiene futuro, que las copias chinas de tu producto van a la mitad de precio, que tu calidad es demasiado alta y en consecuencia la reposición es minima, que si entras en el juego los pedidos serían de x miles de piezas…
Pero al mismo tiempo tus clientes de exportación para comprarte, te piden certificado de origen e incluso hay quienes quieren venir a ver la fabrica.
Y tu tienes a 50 trabajadores y un catalogo que pone “Fabricante desde 1946”.
Dejame añadir una cosa…
Sabes cual es el problema de los que dejaron de fabricar y fueron a comprar producto a China? Pues que ahora no saben fabricar.

ignacio gonzález
ignacio gonzález
13/10/2014 11:08

Muy bien tu artículo Juan Manuel , gracias . Sólo añadir que no es solamente fabricar , si no también comprar . La cantidad de centros compradores de sus propias marcas han hecho mucho daño , incluso a sí mismos , porque se quedan sin clientes . Hay que volver a creer en la fabricación local.

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