Lo intuíamos, en nuestro fuero interno lo sabíamos. Ahora, con las cifras alumbrando el escenario, no cabe ninguna duda. El canal de ferretería está perdiendo cuota, a marchas forzadas, en el mercado español de bricolaje. Si a principios de siglo XXI, el canal tradicional de ferretería copaba un 73% del mercado, en 2014, su cuota ha descendido al 44%. Lo más curioso es que ha sido en los años del “boom”, de 2000 a 2007, cuando más ha perdido –del 73 al 55%-. En los años de plomo, de 2007 a 2014, la pérdida solo ha sido de 11 puntos.
Lo peor, sin embargo, está por pasar. Según las previsiones del estudio que ha realizado AFEB en colaboración con la Fundación Txema Elorza y C de Comunicación, si no hay nada que lo remedie, la pérdida de cuota de la ferretería, de aquí a 2021, será de 22 puntos y caerá hasta el 33%.
Hasta aquí los datos. Las lecturas de los mismos iluminan más la evolución. Cuando el mercado subía y subía y subía, los nuevos operadores acapararon la mayor parte del crecimiento y, aunque, las ventas de la ferretería también eran crecientes, perdieron cuota muy rápidamente. En los años de plomo, cuando el mercado caía y caía y caía, las inversiones de los operadores más potentes se vieron ralentizadas y la pérdida de cuota de la ferretería fue más lenta. Nadie pareció darse cuenta de que cuando el mercado crecía, la ferretería crecía menos y de que cuando el mercado decrecía, la ferretería decrecía más que los operadores emergentes: “hard discount” o bazares, y más poderosos, GSB.
El ensimismamiento del canal ferretero, el empecinamiento de las organizaciones más fuertes en dar más importancia a las compras que a las ventas, su incapacidad para articular alianzas productivas y duraderas y, en fin, el individualismo enfermizo y la falta de miras del empresariado, sumados al empuje, por arriba, de las grandes multinacionales del sector y, por abajo, de los establecimientos con productos “low cost”, llevará a que, en 21 años, la ferretería haya dilapidado 40 puntos porcentuales de cuota de mercado y haya pasado de ser el canal dominante a correr el riesgo de quedar como canal marginal o al menos secundario.
A pesar de lo duros datos y de las sombrías previsiones, en mi opinión, todavía existe margen de maniobra para que el canal de ferretería revierta la situación y cambie el sentido de la historia. Valga como referencia lo sucedido en el mercado de alimentación con los hiper y los supermercados. El contraataque de los segundos les ha hecho recuperar cuota de mercado y ahora son el operador dominante en el sector de gran consumo, después de haber estado al borde de la desaparición.
Si se aprovechan los valores propios de la ferretería: proximidad, profesionalidad y atención personalizada, y se articulan en torno a enseñas fuertes de ámbito nacional reconocibles por el consumidor, no hay nada perdido. Si no, los datos y las previsiones apuntan a lo peor.
Alfonso, completamente de acuerdo contigo, salvo en lo de que internet hace daño. Considero internet como una gran puerta más a la que todo el mundo debería asomarse. Abrir tu pequeña o mediana ferretería, a la venta a nivel nacional a través de una web, es un pequeño milagro que , bajo mi punto de vista muchos deberían probar. Las herramientas están ahí, en el criterio de cada uno está el querer utilizarlas o no.
Desolador, es lo único que puedo decir al leer el tu artículo.
La verdad es que yo siempre dije que el la época de vacas gordas nosotros no nos hicimos de oro, pero que ahora, cuando a duras penas aguantamos el tipo, ver estos datos y previsiones, me pone el bello de punta.
Es cierto que internet hace daño, Las grandes áreas comen cuota de mercado y los bazares nos hacen perder ventas. Pero aún con todo eso quiero creer que contando con el apoyo de agrupaciones ferreteras fuertes, proveedores implicados, plantillas profesionales y una gestión esforzada, deberíamos mantener nuestro sitio en el mercado.
Eso es lo que quiero creer…