Me refiero en este lunes santo no a la semana de pasión propiamente dicha sino a la pasión que en la pasada semana –y en la anterior- ha levantado la salida de Comafe de NCC. Sin entrar en los considerandos de la decisión unilateral de Comafe, trataré de exponer los porqués del revuelo que se ha formado a cuenta de la misma; los que han salido a la luz y los que no.
En NCC, la salida de Comafe se ve como un fracaso propio al no haber podido convencer a una de las entidades que más habían contado en su creación de que era mejor seguir juntos, aunque quizá con un caminar algo más lento de lo previsto, que cada uno por su lado, en un nuevo baile en el que las parejas se deshacen y bailan solas o en compañía de antiguos pretendientes.
En Comafe, sus socios más combativos no entienden cómo en solo año y medio su cooperativa les ha convencido de una cosa y de la contraria. De que lo mejor era estar dentro de NCC y de que era imprescindible estar fuera para poder seguir avanzando en su proyecto de cadena de ventas. Y, sobre todo, les rechina que para entrar se convocara una asamblea de socios y la salida haya sido decidida por el consejo rector.
Los que han tomado la decisión han optado –de momento- por callar sus razones y seguir trabajando en su proyecto Ferrokey, sin salir al paso a ninguna de la invectivas que han recibido dentro y fuera de la cooperativa.
El colectivo de proveedores ha asistido estupefacto al nuevo terremoto dentro del ámbito cooperativo y se tienta los bolsillos ante lo que augura nueva vuelta de tuerca de condiciones en una nueva guerra de trincheras en las que el proveedor suele llevar la peor parte.
El resto de operadores afilan el cuchillo para rebañar a los descontentos y atraerles a su terreno, se ríen por lo bajo, o simplemente no se dan por aludidos.
Y para pasión, la de los directivos de Leroy Merlin cuando presentaron el jueves su plan de expansión para el próximo quinquenio, que basado en una estrategia omnicanal, prevé la apertura de 20 nuevos puntos de venta y ampliar su número de referencias hasta las 200.000.
Ignacio Sánchez, director de la multinacional francesa apuntaba que “el objetivo de Leroy Merlin es que haya uno de nuestros centros a no más de una hora de viaje de cualquier punto de España”.
En fin, les reconozco que me da pena ver cómo se desangra parte del canal tradicional en guerras internas y arrastrando su cruz mientras que otros caminan con paso firme y ligero en el único camino que garantiza el éxito, el de la satisfacción del consumidor. Pero supongo que esto se debe a que hoy es lunes santo y esta semana es tiempo de pasión y sufrimiento.
Cooperativas : Es parecido a la política…demasiados ediles, asesores etc, todo muy fragmentado y con poca eficiencia. Los tiempos no son para mas diversiones.
La historia reciente de las cooperativas demuestra las peores caras del despotismo.
Los últimos maltratados de la cadena de valor son los asociados y empresas suministradoras con complicados caminos logísticos y condiciones fragmentadas.
Bien deberian buscar un lider capaz de poner la iglesia en su sitio es decir en el centro del pueblo. Creo en el movimiento asociativo siempre que estés al servicio del propósito con humildad y sin buscar a sentarse en un trono.