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Adaptarse o desaparecer

Por Juan Manuel Fernández

Según la teoría darwiniana de la evolución de las especies, los seres que prosperan a lo largo de los tiempos no son los más fuertes, los más bellos, ni los más rápidos, sino los que son capaces de adaptarse mejor a las cambiantes condiciones medioambientales. Traído al ámbito empresarial y comercial cabría decir algo muy similar. Que tienen más posibilidades de sobrevivir y prosperar las empresas y negocios que con mayor flexibilidad y rapidez saben adaptarse a las cambiantes circunstancias del  mercado y consiguen empatizar con el cada vez más informado y exigente consumidor.

Un ejemplo paradigmático de ahora mismo es la situación por la que atraviesa El Corte Inglés, “el grande de los grandes almacenes” –se acuerdan-. Grande, potente, sólido, ubicuo, referente comercial de la población española mayor de cuarenta años, punto de encuentro de meriendas familiares y de quedadas juveniles para oír los últimos LP o probarse los vaqueros recién llegados de USA. Hoy, a mis hijos veinteañeros ni se les ocurre aparecer por las boutiques para jóvenes, prefieren Zara, H&M, Mango o las tiendas friquis del barrio de Chueca. Y si de discos y libros hablamos, prefieren la FNAC, la Casa del Libro o las librerías restaurantes del centro.

La situación de las ferreterías españolas es –en mi opinión- similar a la de El Corte Inglés.  De referentes del mantenimiento y mejora del hogar desde los años del desarrollismo –los sesenta- han pasado a ser establecimientos a los que solo entran profesionales de los tradicionales oficios y particulares del tipo “señora María” o “señor Manolo” que buscan el recambio de la goma de la olla exprés o la cinta de la persiana. Excepcionalmente, personas como yo mismo o mi compañero Aitor, uno por deformación profesional, otro por fobia hacia las grandes superficies de bricolaje y los lineales inescrutables, seguimos siendo fieles al establecimiento de ferretería de toda la vida.

De los jóvenes, ni noticia. Ni están ni se les espera. Compran en las grandes y medianas superficies de bricolaje, en Ikea y, desde hace unos pocos meses, en Amazon.

Acabo con las preguntas clave: ¿Alguien se ha preocupado de estudiar por qué los jóvenes huyen de las ferreterías como de la peste? ¿Qué están haciendo las ferreterías tradicionales para atraer a los jóvenes? ¿Qué están haciendo sus centrales de compra y sus cooperativas para ayudarles a atraerlos? Y con una obviedad: sin jóvenes clientes la desaparición es solo cuestión de tiempo. El Corte Inglés parece haberse dado cuenta y está tomando medidas, ¿y los ferreteros?

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Marcelo
Marcelo
15/10/2013 14:53

Los dos últimos comentarios son alertas a los cambios que indefectiblemente avanzan y no preguntan. Soy de Argentina, la situación no es distinta. Tenemos una tienda de más de 80 años en el mercado. Sería extenso comentar los diferentes planes y estrategias que estamos adoptando con la convicción que estamos en el buen camino. De todas maneras es un trabajo cotidiano que no da tregua.
Marcelo

Sonia
Sonia
14/10/2013 16:47

Un pequeño inconveniente si que podría ser el tema de los horarios, pero creo que es fundamental que el mundo de la ferretería ente en el mundo de los jóvenes. Donde están estos posibles clientes? uno de los sitios son las redes sociales, tal vez puedan darse a conocer aprovechando estos recursos digitales. Cómo captar estos clientes? Ofreciendo algo que les pueda interesar, por ejemplo con talleres sobre cómo hacer algo, en el ámbito de ferretería, bricolaje, jardinería, hogar, menaje. La interacción y el aprendizaje podría ser una de las puertas donde llamar para que la relación entre el mundo de la ferretería y los jóvenes se conecte creando algo diferente.

Fernando
Fernando
14/10/2013 13:27

Abriendo la senda de los comentarios uno de los principales problemas es el horario. Normalmente, cuando la gente joven que tienen necesidad de hacer reparaciones en casa (30-35 años) puede ir a comprar, las ferreterías están cerradas. Para mi es la principal barrera de entrada para este público. Luego podemos entrar en si la oferta de producto es atractiva, si el servicio que se aporta es el correcto, etc… Pero si a las 13:00 del sábado o por la tarde están cerradas es imposible. Mientras tanto, siguen abiertas en horarios de L-V que no creo que tengan un número elevado de ventas.

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