Comparto hoy, en este principio de curso, una reflexión sobre la naturaleza del negocio de ferretería y bricolaje. Se trata de un negocio de rincones, de esquinas, de corners, de la suma de todos ellos. Si hablamos de una gran superficie de bricolaje, la compondrán un conjunto de áreas, cada una, tan grande como una ferretería tradicional de barrio; si nos referimos a ésta, a la pequeña ferretería de barrio, serán una serie de mini rincones cuya suma compondrá una oferta adecuada para el entorno más cercano. En ambos extremos, salvando las dimensiones, nos referimos a lo mismo, a la suma de familias que ocupan un espacio en la superficie total del establecimiento proporcionado a la demanda potencial de cada caso.
El número de rincones varía no solo según la superficie del establecimiento, sino también según su grado de especialización. No todos los negocios de ferretería, por ejemplo, tienen un córner dedicado a la ropa laboral o al calzado de seguridad, o al menaje o al PAE. Cada cual conoce las características de su entorno y de su clientela y a ellas adapta su oferta. Y como el dinamismo es una de las características de nuestro mundo y las necesidades y las exigencias de la clientela evolucionan y varían en función de múltiples variables, la ferretería se ve cada poco obligada a reinventarse y a explorar nueva áreas de negocio, que se acaban plasmando en nuevos rincones o corners.
En los últimos tiempos, dos nuevas áreas están cobrando un interés creciente en el negocio de la ferretería: la de conectividad y la verde. A la segunda –ya que tenemos a menos de un mes vista, una ocasión pintiparada para ver ejemplos- me referiré para terminar mi reflexión sobre los rincones.
Plantas, flores, sustratos, fitosanitarios, macetas, jardineras, herramientas de jardín y hasta pequeños huertos urbanos –véase aquí como ejemplo la propuesta de Estanterías Simón– pueden componer un área verde muy interesante para dar soluciones a la cada vez más extendida, en las grandes ciudades, costumbre de montarse en casa un pequeño rincón para plantar unas cuantas plantas aromáticas, unos tubérculos o, simplemente, unas flores de temporada para alegrarse la vista.
Con poco más de dos metros de lineal se puede montar un córner para la nueva categoría y subirse al carro “cool” de los urbanitas que han descubierto lo verde. Hay bastantes marcas en disposición de dar cobertura a este tipo de iniciativas. Muchas de ellas exponen el mes que viene en Valencia, en Iberflora. Los puntos fuertes del córner verde: aumenta el tráfico en la tienda, da un toque de modernidad, deja un margen muy razonable.
La forma de estructuración que planteas, me parece totalmente correcta, todo sea por mejorar.
Tienes toda la razón del mundo.
Por cierto no conocia este blog me parece muy interesante.
Un saludo
Parece que al final tendremos que ampliar esa “seccón verde” en nuestro establecimiento, el comercial de turno ya ha insistido en que funcionaría bien, que eso esta tirando cada vez más, que sí deja un buen margen…Gracias por el empujoncito.