El jueves pasado me comunicaban el fallecimiento de Domingo de Frutos. Su lucha contra la cruel y larga enfermedad que le aquejaba había finalizado. Todos los que vivimos, de una u otra forma, más o menos tarde, morimos. Es el ciclo vital que iniciamos cuando nacemos y que se cierra cuando fallecemos. Sin embargo, no todas las muertes son iguales, claro. Porque todas las personas no somos iguales. Cada uno ha vivido de una forma, y ha dejado tras de sí una trayectoria diferente.
Los muchos mensajes de condolencia que nos han llegado con motivo de la publicación de la luctuosa noticia atestiguan mejor que ninguna otra cosa que la trayectoria de Domingo ha sido la de un gran profesional pero, sobre todo, la de una buena persona que su pérdida ha dejado un hueco muy grande para su familia y para sus múltiples amigos. Profesional y personalmente, su hermano Julián el resto de la familia le echarán mucho de menos. Ferretería de Frutos seguirá funcionando durante años pero no será la misma. Oscar Madrid, de Madriferr, que perdió a su hermano en circunstancias parecidas hace unos años, seguro que coincide conmigo en el hueco imposible de llenar que dejan los hombres buenos.
Domingo era un hombre peculiar, socarrón, con aspecto de duro, de genio fuerte, pero, sobre todo un tipo generoso, amigo de sus amigos, gran persona. ” Gracias por los consejos y gracias por los buenos ratos que hemos pasado”. “Era un gran profesional y mejor persona”, “No olvido cómo me ayudó en mis principios”,” Me encanta este nuestro gremio entre otros gracias a personas como Domingo”, “El gremio no le va a olvidar por lo gran persona que era”, “Era un gran ferretero y mejor persona”, “Ha sido un placer trabajar a su lado”. Estos mensajes y muchos más de los que le trataron y conocieron – Félix, Alejandro, Oscar, Martín, Miguel Andrés, Joserra, Jorge, Joseba, Jesús, Ignacio…- son el mejor homenaje para Domingo. Descanse en paz.
Un abrazo a toda la Familia de Frutos