Desde que volví de vacaciones hace tres semanas no oigo más que hablar de crisis, crisis y más crisis. Y ya estoy cansado de tanta gaita y de tanto confundir los términos. En la primera acepción del diccionario de la Real Academia de la Lengua, crisis es “Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente”, situación que no se da desde hace cuatro años ni en el sector de ferretería ni en ningún otro. Es como si cada vez que uno cumple años estuviera en crisis. No, lo que pasa es que uno se hace adulto, maduro o viejo, pero no se trata de una crisis sino de una situación lógica.
La segunda acepción de crisis es “Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales”. Tampoco se da ese caso en estos momentos. Operamos en un mercado más pequeño, con menos facilidades para el crédito y con una morosidad inquietante, pero llevamos así cuatro años, luego no hay ninguna mutación importante.
El viernes pasado, por fin, oí a un conocido y reputado gestor de la distribución decir algo que me pareció luminoso: “No hay crisis, se acabó hace ya mucho tiempo, lo que tenemos es lo que hay, y punto”.
Nadie parece recordar que hace 10, 15 o 20 años, el mercado era igual o más pequeño que ahora, que hubo puntas de morosidad y difícil acceso a unos créditos con dos dígitos de intereses. Y las empresas innovaban, salían a la calle a vender -no a recoger pedidos-, promovían sus lanzamientos, comunicaban al sector; o sea, hacían negocio.
Da la impresión que cada vez más la palabra crisis es una muletilla que utilizan aquellos incapaces de abordar el mercado tal y como es -y como probablemente segurá siendo al menos durante unos años-, para no hacer, para no comprometerse, para, en suma, atrincherarse en su mesa de despacho y esperar a que escampe. Y lo malo es que no va a escampar, porque no llueve.
100% de acuerdo contigo, harto! A trabajar que llorar y quejarse no va a solucionar nada
En efecto, es lo que hay.
Ya ha pasado el tiempo suficiente como para haber retrocedido y tomado la nueva posición, haber cogido perspectiva, y viendo las cosas desde ésta, afrontar la realidad y acomodar nuestras empresas.
Debemos salir del refugio, avanzar posiciones, y aprovechar ahora que hay más tiempo. Debemos estructurar, invertir, y organizar nuestros negocios, teniendo muy presente lo que somos y valorandonos para tales fines.
Es tiempo de continuar, aunque sea lentamente, porque si nos “acochinamos” otros canales tendrán aún más ventajas sobre nosotros.
Hola Juan,
Entiendo que tu pluma se revuelva en contra de la situacion, llamemosle crisis, llamemosle realidad o llamemosle x..lo entiendo porque no vender cabrea, me imagino que tambien a ti.
La verdad es que no se vende,que el telefono no suena y que los gastos y la deuda que muchas empresas adquirieron cuando su facturacion lo permitia…hoy no se pueden soportar.
Yo, permiteme que le llame crisis, mas alla de lo que el diccionario diga, y mas alla tambien de mi incapacidad para abordar el mercado como es.
Con aprecio, un saludo a todos.
Me sumo al comentario de Manuel Castro.
En la ultima Spoga Gafa nadie habla de crisis, simplemente se habla de novedades, y de como se presenta la proxima campaña.
Es dificil sustraerse al ambiente general, pero hay que hacerlo y administrar a nuestros equipos una inyeccion de optimismo.
Animo a todos..
Totalmente de acuerdo Juan Manuel.
Si todos aceptáramos la situación tal cual es,y dejáramos de quejarnos de “la crisis”, el discurso cambiaría, y seguro que sería mucho más constructivo, atractivo, y sobre todo real, nuestro día a día.
Un abrazo para todos.