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El Blog de Juan José Montiel

cadena de suministro

Logística y tecnología

21 junio, 2021 Juan José Montiel HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

Definitivamente, la logística, en su acepción más amplia, está de moda. Y lo está por varias causas. En primer lugar, durante el último año y medio todos comprobamos cuán dependientes somos de la logística y qué lugar central ocupa esta en la sociedad moderna. Sin una logística eficaz y  eficiente las sociedades modernas colapsan.

Por otra parte,  el comercio electrónico, cada vez más presente en nuestras vidas, se ha convertido en el catalizador de cambios profundos, tanto en nuestros hábitos sociales y de compra como en la reconfiguración de la Cadena de Suministros. Así, mientras en la logística clásica o B2B predominaba la gestión del palé o la caja completa, en la logística del comercio electrónico, la unidad de consumo se ha convertido en la unidad de manipulación. Este hecho, aparentemente intrascendente, ha dado lugar a una auténtica revolución en la gestión de la Cadena de Suministros.

La logística B2C depende cada vez más de la tecnológica, no solo en la intralogística sino en que, cada vez más, la visibilidad y la experiencia de cliente demandan funcionalidades más sofisticadas.

Estamos acostumbrados a discutir sobre la automatización de las operaciones de almacén (intralogística)  y cómo estas opciones se multiplican alcanzando una sofisticación sorprendente.  La estrategia “good-to-person”, en la que el producto a servir se mueve hasta el preparador en vez de que este se desplace por el almacén en busca del producto con el consiguiente ahorro de tiempo y personas, se ha convertido en la clave de la innovación en este campo. En el año 2012, Amazon adquirió una start -up, Kiva Systems, que había sido fundada en Palo Alto, California, en el año 2003. Amazon pagó 775 millones de dólares por una empresa que, cuatro años antes, había sido valorada en “solo” 192 millones. ¿Qué indujo a Amazon a pagar semejante sobreprecio?

Kiva había desarrollado dos robots para mover estanterías de manera automática (hay multitud de vídeos en Youtube). El pequeño, de 70cm x 76cm, era capaz de transportar una carga 453 kg,   mientras que el modelo superior movía hasta 1.360 kg. Estos robots se desplazaban a una velocidad de 1,3m/s y se recargaban automáticamente durante 5 minutos cada hora.  Por aquel entonces, Staples, Walmart y Walgreens, entre otros, habían implantado ya esos robots en varios de sus centros de distribución pero solo Amazon supo entender del todo el gran  cambio disruptivo que esa tecnología suponía en la intralogística y tiró de chequera para comprar Kiva y convertirla en Amazon Robotics. Según la propia Amazon, estos robots permitían reducir el “click-to-ship” de 60-70 minutos, cuando el proceso era gestionado por humanos, a 15 minutos con los robots, reduciendo, además, los costes operativos en un 20 por 100.

Este gran cambio supuso reorientar los desarrollos tecnológicos enfocando las operaciones hacia el  “good-to-person”. Otro buen ejemplo fue el concepto desarrollado por el minorista británico de alimentación Ocado en su centro de Andover, sur del reino Unido, inaugurado en diciembre de 2016. En este centro, el almacenaje se realiza en una zona llamada “the hive”,  la colmena, no accesible para los humanos. Esta colmena es una estructura tridimensional gestionada por cientos de robots en la que los artículos se almacenan en cubetas de plástico almacenadas verticalmente para ser extraídas por los robots que alcanzan un velocidad punta  de 4m/s y posteriormente enviadas a la zona de picking, donde también existen equipos de picking automático que extraen el producto de las cubetas para conformar los pedidos.

Este almacén ardió completamente en Febrero de 2019 tras producirse un cortocircuito en uno de los equipos cargadores de los robots. Está finalizándose su reconstrucción.

Posteriormente, han seguido apareciendo diferentes diseños para facilitar el almacenamiento masivo y muy compacto a la unidad en cubetas con miniloads complementados con robots que realizan las operaciones de picking, packing y shipping sin intervención humana. Uno de los casos más espectaculares que conozco es el almacén de JD.com, uno de los gigantes chinos del comercio electrónico, en Shanghai. En este almacén (tienen vídeos en Youtube)  todo el proceso de recepción, control de entrada, almacenaje, picking, packing y shipping es realizado por robots en una muestra clara de que la automatización de la intralogística es una tendencia imparable.

Sin embargo, esta no es la única tendencia impuesta por el comercio electrónico. La eficiencia exige que todos los componentes de la cadena de suministro estén conectados y aporten visibilidad a los partners. Así, por ejemplo, los operadores logísticos que prestan servicio a empresas de comercio electrónico B2C, no solo deben ser tremendamente eficientes en la gestión de sus operaciones  de almacén sino que han ofrecer a sus clientes herramientas de valor añadido. Por ejemplo, la conexión entre los sistemas de gestión del operador y las tiendas de los clientes debe ser sencilla e inmediata. Estos operadores deben ser capaces de conectarse con las tiendas de sus nuevos clientes desarrolladas en Shopify,  Magento, WooCommerce, WordPress y otros de forma fácil y rápida, pácticamente plug-and-play, evitando retrasos y gastos en desarrollos informáticos. Además, también deben ser capaces de conectarse con proveedores y transportistas para obtener y gestionar información en tiempo real, facilitando, por ejemplo, la situación del envío al cliente en tiempo real.  

Los sistemas de gestión de almacén de un operador logístico deben ser suficientemente flexibles para ofrecer diferentes estrategias de gestión en función de las características de los clientes sin necesidad de realizar desarrollos que encarezcan nuevas incorporaciones.

Pero el propietario de la página web exige más. Quiere conocer en tiempo real cómo el 3PL está gestionando sus pedidos, que incidencias se producen y cuanto tiempo se tarda en resolverlas. Esto es solo posible si el ERP del operador dispone de un front-end al que el cliente accede cómodamente y desde un panel de indicadores o dashboard puede conocer no solo el estatus de sus pedidos, sino los niveles de stock, los artículos con problemas de disponibilidad, etc., de manera que puede tomar decisiones tales como reaprovisionar productos, cambiar prioridades o conocer el estado de las devoluciones de los clientes: qué devoluciones han llegado, cuáles están pendientes o cuáles  han sido ya gestionadas.

En resumen, la tecnología es la clave sobre que los operadores logísticos deben construir su modelo de negocio porque les permitirá:

  1. Conseguir una operación eficiente que redunde en tarifas competitivas.
  2. Ofrecer  a sus clientes un modelo muy próximo al plug-and-play, atractivo por su rapidez y facilidad de integración.
  3. Visibilidad sobre las operaciones para conocer en tipo real el estado de los pedidos y los stocks gestionados por el operador.

Cada vez más, los operadores serán empresas muy tecnológicas que, además, ofrecerán servicios logísticos con un alto grado de experiencia, conocimiento y cercanía al cliente.

Definitivamente, este es el camino. ¿Qué opinan queridos lectores?

La logística inversa o la resaca tras el festín navideño

25 febrero, 2021 Juan José Montiel HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

Tras las grandes campañas de venta on-line del último trimestre del año, a saber, Single´s day, Black Friday, Cyber Monday, Navidad, Reyes y rebajas, se presenta, en estos días, la dura realidad de las devoluciones.

Las cifras que hace unos días compartía la Federación Nacional del Comercio Minorista de EEUU, citada por Infobae.com en un excelente artículo al respecto,  ponen de manifiesto la magnitud del problema.  Así, mientras las devoluciones en el comercio minorista físico se situaron en torno al 10,6 por 100, las devoluciones en las ventas on-line casi duplicaron esta cifra en 2020. Si el ecommerce minorista alcanzó la cifra de 565.000 millones de dólares, las devoluciones ascendieron a 102.000 millones de dólares. Es decir, el 18 por 100. Este ratio promedio crece en algunas líneas de producto, como el textil, hasta acercarse al 25-30 por 100.

Este volumen de devoluciones está obligando al comercio electrónico a plantearse soluciones imaginativas en dos direcciones.

Por un lado, hemos de reconocer que la cadena de suministro tiende a optimizar el flujo de salida, es decir, todo lo relativo a la preparación y envío del  pedido al comprador. Sin embargo, lo concerniente a la logística inversa, tanto los flujos de información como los flujos físicos y monetarios están mucho más lejos de su optimización. Estos flujos son lentos y poco eficientes, con recursos supeditados, en muchos casos, a las prioridades que marcan las actividades “de salida”.  

Por otro lado, la gestión física de la devolución supone un importe muy alto que incrementa los costes logísticos reduciendo drásticamente el margen operativo. Es por esto por lo que algunos grandes actores se están planteando, incluso, pedir al cliente que no devuelva el producto, que se lo quede aunque le haga el abono correspondiente al importe del producto.

Recuérdese que, salvo contadas excepciones, el derecho de desistimiento garantiza en España que, en los 14 días siguientes a la entrega, el comprador puede devolver el producto y el vendedor ha de reintegrarle el importe pagado por este. Si embargo, aunque la ley establece que el comprador ha de pagar el coste de la devolución salvo causa imputable al vendedor, el “free return”, es decir, que el vendedor también asuma los costes de la devolución se está convirtiendo en práctica común ya que, unida al “free shipping”, envíos sin coste para el cliente, son argumentos de venta muy poderosos por el ahorro que suponen al comprador.   

El problema de la logística inversa se agranda cuando se trata de artículos de pequeño valor. Si el margen ya es de por sí estrecho en estos artículos, afrontar los costes asociados al transporte y gestión de la devolución en almacén convierten la venta en ruinosa.

Está claro que, como diría el castizo, tirar por la vía de en medio, sin más, no es la solución.

En mi opinión, un enfoque integral de la logística inversa debe incluir los dos aspectos del problema que he resaltado anteriormente.

Hemos de mejorar mucho la gestión de las devoluciones en nuestros almacenes y centros de distribución. No solo en la asignación de recursos, sino en los procesos de trabajo y en los sistemas que permitan agilizar la gestión de las devoluciones para que deje de ser “el pariente pobre” de la intralogística.  

La política de barra libre con las devoluciones (no me lo devuelvas, que ya te lo abono yo) es muy peligrosa porque puede incentivar la picaresca. Es imprescindible establecer un procedimiento muy claro para la toma de decisiones que aúne el cálculo de la opción económicamente más ventajosa con el análisis del historial del cliente para identificar al que, coloquialmente, llamo “cliente con mala suerte”. Es decir, aquel con unas estadísticas de reclamaciones por defectuosos, incompletos o pedidos no servidos netamente superiores al promedio, para darle un tratamiento individualizado acorde con sus circunstancias.  

Cambiando de tercio, es imprescindible innovar en la gestión del transporte desde el cliente final hasta nuestros almacenes. Aquí tienen su cuota de responsabilidad los couriers, más enfocados, también, en la entrega del paquete. Facilitar la recogida de los envíos y agilizar los plazos de transporte son dos aspectos clave a mejorar.

Aprovechando esta oportunidad de negocio, están surgiendo empresas que se dedican a gestionar las devoluciones, sobre todo internacionales, en el país destino. Las tratan y consolidan para optimizar los envíos de retorno al país de origen, minimizando costes de transporte y agilizando, además,  el abono al cliente. De hecho, las más evolucionadas, te proponen integrar sus sistemas con los tuyos de manera que, si surge una entrega en el mismo país de destino, puedas utilizar esa devolución pendiente de volver a España para servir al cliente con el correspondiente ahorro de costes.  Complejo pero atractivo.

Para terminar, no hemos de olvidar que, sobre todo en textil, la ausencia de estándares claros y tallajes más precisos es una de las principales causas de devoluciones. Aquí también nos ayuda la tecnología.  Aunque todavía no es una práctica muy extendida, Zara ya tiene su probador virtual para que el potencial comprador pueda valorar cuál es la talla  más adecuada a su constitución.

En conclusión, no hay una solución única para afrontar la logística inversa sino un mix de estrategias en el que el peso de cada una dependerá del sector, el porfolio de productos, los precios y los márgenes de la tienda on-line. La única estrategia que no es válida es el inmovilismo, seguir trabajando como siempre lo hemos hecho.

Sus competidores, querido lector, ya está trabajando para mejorar su logística inversa. No se quede atrás….

¿Nos hemos olvidado del Brexit?

21 enero, 2021 Juan José Montiel HAZ UN COMENTARIO

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Hace unos días, Cuadernos de Logística nos informaba de que una gran compañía como DB Schenker se veía forzada a suspender sus servicios entre la UE y el Reino Unido (RU), ya que más del 90 por 100 de los envíos entre ambas partes adolecían de graves deficiencias en la información requerida por las aduanas a ambos lados del Canal de la Mancha. DPD y Palletways también se han sumado a la paralización de las exportaciones al RU desde la UE.

Parece que la falta de previsión de los cargadores es la que ha dado lugar a esta situación. Las empresas con grandes volúmenes de envíos como, por ejemplo, el comercio electrónico, necesitan automatizar el proceso de emisión de la documentación requerida por las aduanas ya que la generación a mano de las facturas y la documentación aduanera resulta impensable.

Por un lado, la incertidumbre sobre el modelo final de relación entre el Reino Unido y la UE ha hecho que muchas empresas postergaran la decisión de actualizar sus sistemas informáticos (tratamiento del IVA en facturas de exportación al RU, por ejemplo). Recordemos cómo se llegó a un acuerdo prácticamente sobre la campana, el día 24 del pasado mes de diciembre.

Por otro lado, en su afán por simplificar los trámites necesarios para que los clientes compren en las páginas web, en muchos casos no se pide la información necesaria al comprador (por ejemplo, número de IVA) para poder generar la factura y el DUA. Además, con cierta frecuencia, las empresas desconocen si tienen número EORI, qué incoterms usar y los códigos TARIC que deben aplicar a sus productos, desconocen que deben realizar la declaración de impuestos en RU, etc…  Por otra parte, hemos de tener en cuenta si los artículos que vendemos en UK están sujetos a algún tipo de regulación especial. Así, por ejemplo, los productos cosméticos deben ser registrados en la oficina regulatoria correspondiente. 

No se trata aquí de dar un curso acelerado de comercio internacional sino de dejar constancia de que, una vez más, a muchas empresas les ha cogido el toro, esta vez con el Brexit. Desde que el 23 de junio de 2016 los británicos, haciendo uso de su soberanía nacional, decidieron en referéndum abandonar la Unión Europea, ambas partes, británicos y europeos, europeos y británicos, han estado jugando al gato y al ratón. Personalmente he sido favorable a la permanencia del Reino Unido en la UE por el peso de la economía británica y su gran interrelación con la europea así como para hacer de contrapeso al eje franco-alemán.

Según datos del parlamento británico contenidos en el informe Statistics on UK-EU trade de 10 de noviembre pasado, en el año 2019 el Reino Unido envió a la UE el 43 por 100 de sus exportaciones por un valor de 294 billones de libras e importó de la UE por valor de 374 billones de libras, el 52 por 100 de todas sus compras exteriores. La economía británica es fundamentalmente financiera y necesita importar bienes europeos. En el capítulo de bienes, la balanza comercial entre RU y la UE fue favorable a esta última en 79 billones. España es, tras Alemania, el país con mayor superávit comercial porcentual, 12,1 por 100, con el Reino Unido. Les compramos por valor de 20.000 millones de libras y les vendimos por 32.000 millones de libras.

Una buena parte de esta balanza comercial, la dedicada al turismo, que nos favorece, casi ha desaparecido por la pandemia, pero otra puede peligrar por la impericia de algunas empresas, no solo españolas sino europeas que está dando lugar a rechazos masivos por las autoridades aduaneras.

Las empresas de transporte y los operadores logísticos disponen del necesario know-how a través de sus agentes de aduanas para ayudarnos a confeccionar correctamente las documentación aduanera. Pidámosles ayuda, son profesionales experimentados y saben.    

Definamos claramente el procedimiento para dotar a cada envío de la documentación necesaria y pongámoslo en marcha para poder despachar sin problemas la mercancía y así entregar cuanto antes nuestros productos a los compradores británicos.  

La economía no está para perder ni una sola venta, por pequeña que sea. ¿O no?

Cuídense.

Planificando el futuro

11 diciembre, 2020 Juan José Montiel HAZ UN COMENTARIO

En Sin categoría

Tras unos meses en los que la gestión de multitud de empresas se ha visto caracterizada por el “fire fighting” diario, ya sea para adaptarse a una caída dramática en los niveles de actividad, ya sea para hacer frente a picos extraordinarios de trabajo, toca ahora plantearse qué vamos a hacer en los próximos meses.  

Sin bajar la guardia y a expensas de lo que nos deparen las ya próximas Navidades, las empresas llevan semanas (y meses) planteándose diferentes escenarios para planificar los meses venideros. Muchas están retrasando el cierre de sus presupuestos anuales para el 2021 procurando ser muy cautas ante una realidad cuyas vertientes sanitaria, económica, política y social están lo suficientemente difusas como para entrever las claves que definirán el año por venir.

Es por esto por lo que, ahora más que nunca, el acrónimo VUCA  (Volatility, Uncertanty, Complexity, Ambiguity en inglés o, en español, Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) define perfectamente el futuro que tenemos por delante.  

Estamos bien preparados para gestionar un mundo V.U.C.A? – Blog de Pablo  Sánchez de Ocaña

Durante estos meses pasados nos hemos enfrentado a una situación completamente desconocida en los países desarrollados: un virus letal que, a principios de diciembre, según la universidad norteamericana Johns Hopkins, ha afectado a más de 64 millones de personas en todo el mundo con cerca de 1,5 millones de fallecidos.  Desde el punto de vista sanitario, aunque los datos muestran una cierta mejoría, estamos muy lejos de controlar de manera efectiva la pandemia. Proliferan noticias sobre vacunas desarrolladas contrareloj. Algunas ya tienen fecha para su autorización, comienzo de comercialización y puesta en marcha de campañas de vacunación masiva. Sin embargo, resulta muy difícil predecir el resultado a corto plazo de estas campañas, cuándo y a qué velocidad caerán contagios y fallecimientos.

¿Cómo afrontar con éxito el ejercicio de planificación del año 2021 cuando el corto plazo resulta tan incierto?

Muchos sectores seguirán sufriendo. McKinsey, en un informe reciente, estima que la moda habrá experimentado en 2020 una caída global que se situará en torno al 30 por 100 de las ventas de 2019 (en España, la intención de compra neta de ropa ha caído al 51 por 100).  La OCDE estimaba a finales de octubre una caída del turismo cercana al 80 por 100 en el año actual. Esta caída se mantendrá en el turismo internacional y solo se amortiguará algo con el turismo doméstico. Recuérdese que el turismo supone el 14,3 por 100 del PIB español y que la caída del turismo internacional puede suponer hasta 3,3 puntos porcentuales de nuestro PIB, siempre según las fuentes citadas.

En su informe España post COVID-19, de la resiliencia a la reinvención del pasado verano, la consultora mencionada estimaba que la caída en el canal HORECA será ligeramente inferior al 45 por 100 , mientras que en el Ocio, se llegará al 60 por 100.

 Sin embargo las industrias ligadas a las ciencias de la vida y la salud seguirán experimentando crecimientos espectaculares, sobre todo aquellas ligadas a las vacunas y tratamientos anti COVID-19.

Por otra parte, el comercio electrónico mantendrá su tendencia de crecimiento. Así, por ejemplo, según reporta CNBC con datos referidos a EEUU,  la venta en tiendas físicas durante el pasado Black Friday descendió un 52 por 100 respecto del 2019. Sin embargo, según Adobe Analytics, la venta on-line creció un 21,6 por 100 alcanzando un récord de ventas, USD 9.000 millones,  que fue batido el lunes siguiente, Ciber Monday, con unas cifras cercanas a USD 11.000 millones.

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Teniendo en cuenta el sector económico en que se mueve cada empresa, las estrategias serán diferentes. Sin embargo, vislumbramos una serie de factores comunes a todos ellos. Veámoslos.

  1. Agilidad: es decir, la capacidad de responder rápidamente a los cambios del mercado, manejando, además, interrupciones externas inesperadas de manera rentable. Recuérdese cuán diferentes han sido las respuestas de empresas pertenecientes al mismo sector durante los primeros meses de la pandemia: mientras algunas empresas reaccionaban rápidamente adaptándose a las nuevas circunstancias, otras tardaban, amplificando así el impacto de la pandemia en sus cuentas de resultados.
  • Adaptabilidad: es la capacidad de ajustar el diseño del negocio para hacer frente a los cambios estructurales de los mercados, reflejando las variaciones en estrategias, tecnologías y productos. Tan importante como la agilidad (adaptación a los cambios a corto plazo) es la adaptabilidad o adaptación a los cambios a largo plazo para sobrevivir en un entorno VUCA.
  • Alineación: capacidad de las empresas para armonizar los intereses de sus partners, clientes y proveedores, con los suyos, incentivando los cambios necesarios en otras organizaciones para mejorar la respuesta al cliente. 

Estas tres características constituyen el concepto de empresas Triple A que popularizó el profesor Hau L. Lee en el  artículo titulado “The triple-A Supply Chain” que se publicó en el número de octubre de 2004 de la revista Harvard Business Review. Años después, vuelven a la palestra con la fuerza de su simplicidad y la potencia de los conceptos que las soportan.

Impregnar los planes de negocio tácticos y estratégicos así como los presupuestos, expresión cuantitativa de éstos, con los tres conceptos expuestos, resultará crítico para la supervivencia de muchas empresas y el éxito de otras tantas.     

La pandemia ha cambiado las reglas y pocas cosas volverán a ser lo que eran. Como decía el poeta, “Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, pero… aquellas que aprendieron nuestros nombres…. ésas… ¡no volverán!”

PD: Aquellos que quieran profundizar sobre el concepto de empresas triple A tienen a su disposición un artículo corto publicado en el número de marzo de 2017 de la revista Materials Management Review por el Dr. Pankaj M. Madhani titulado AGILE, ADAPTABLE, AND ALIGNED SUPPLY CHAIN: ENHANCING COMPETITIVE ADVANTAGES disponible en https://www.researchgate.net/publication/335489891_Agile_Adaptable_and_Aligned_Supply_Chain_Enhancing_Competitive_Advantages/link/5d68c189299bf1d59944b197/download

La supply chain de mi barrio en tiempos del COVID-19

29 abril, 2020 Juan José Montiel 5 COMENTARIOS

En Sin categoría

Mucho se ha hablado en estos días del comportamiento de las cadenas de suministro globales, de cómo han respondido los grandes sectores de la economía nacional, la gran distribución, de cómo están sufriendo algunos sectores específicos como el automóvil, el canal HORECA, el turismo y las actividades de ocio, o la oportunidad que está teniendo la alimentación on-line para aprovisionar los hogares de muchas personas con problemas de movilidad o que, directamente, no deseaban exponerse a la amenaza exterior.

Otro tema habitual de discusión ha sido y será, durante mucho tiempo, el análisis de los escenarios post-COVID19 y los cambios de hábitos que la huella de esta experiencia vital dejará en muchos de nosotros.

Por primera vez desde las grandes guerras mundiales, la opulenta sociedad del llamado primer mundo, endiosada y pagada de sí misma, se está enfrentando a una tragedia a escala global causada por un enemigo invisible e inaprensible que está diezmando muchas familias y socavando los cimientos de nuestra sociedad.

Queda para virólogos, epidemiólogos, médicos, sociólogos, economistas, politólogos e historiadores, entre otros,  el análisis de esta pandemia, cómo afectó a las personas, la sociedad, la economía, cómo cambió nuestros hábitos y nuestras costumbres.

Sin embargo, hoy quiero poner los pies en el suelo y compartir con ustedes, lectores, algo más próximo que ha sido para mí, como persona y como profesional de la logística,  una experiencia muy muy enriquecedora.

Dejemos los análisis sesudos, las cadenas de suministro globales y vayamos a algo mucho más nuestro, mucho más próximo. Vayamos, como anuncian los titulares, a analizar la cadena de suministro de nuestro barrio. 

El autor haciendo cola para acceder a un supermercado el pasado 11 de abril

Mientras que muchos negocios de bienes y servicios (llamados) no esenciales se veían obligados a echar la persiana, los pequeños y medianos establecimientos ligados a la alimentación y protagonistas absolutos en muchos de nuestro barrios, se enfrentaban a una situación nunca vista antes.

Por un lado, sobre todo en los primeros días, una clientela despavorida haciendo acopio, desmedido en algunos casos, de bienes de primera necesidad como alimentación, higiene o limpieza.

Por otro, unos mayoristas haciendo esfuerzos ímprobos por suministrar a esa pléyade de pequeños establecimientos de alimentación y supermercados, sus clientes tradicionales, alargando las rutas de reparto con sus pequeños camiones y furgonetas atiborrados de género e intentando suministrar de todo a todos para que ninguno se quedara desabastecido, sonriendo y pidiendo perdón cuando no podían servir todo el pedido.

Estirando todos sus jornadas laborales, trabajando a destajo para que, a primera hora de la mañana sus establecimientos tuvieran los lineales llenos, que no faltara el pescado fresco, la carne, las verduras, la fruta y, por supuesto, ¡el papel higiénico! 

Estos esforzados profesionales que han velado por nosotros, porque a nuestros hijos y a nuestros padres ya ancianos no les faltara lo fundamental en el “frigo” de casa, se merecen nuestro reconocimiento y agradecimiento. Vaya para ellos desde aquí, un emocionado ¡gracias!

Gracias a Marisa porque en casa no ha faltado nunca el pan recién hecho (en realidad compra para varios días y al “frigo”)  ni su alegría. Gracias a Pedro, mi charcutero, y a su señora  por su paciencia para atendernos a todos los que formamos disciplinada cola. Gracias a Mario, el carnicero, un chico educadísimo, siempre con la sonrisa a flor de piel.  Gracias a Andrés y señora, que nos proveen de pollo, huevos y croquetas.

Gracias al personal del super del barrio cuyo responsable, José Manuel, me confesaba un día que estaba al borde de la extenuación con jornadas de 12 y 14 horas y cuyo personal siempre ha tenido los lineales bien abastecidos.

Y gracias a Antonio, en Huelva,  que, desde su tienda y a cualquier hora del día, surte a domicilio a mis padres, ya mayores, de artículos de alimentación y primera necesidad.

A buen seguro, muchos de ustedes, lectores, se habrán sentido identificados en estas líneas.

Pues eso, gracias a todos los profesionales, personificados en estas personas concretas, que nos están ayudando a capear el temporal y a esperar que esta maldita plaga pase de largo y se desvanezca.

No quisiera terminar sin enviar mi sentido pésame a todos aquellos que, en estos días aciagos,  han perdido un familiar.

A todos, ¡gracias!

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Juan José Montiel

Juan José Montiel

Ingeniero Industrial, PDG por el IESE y CSCP por APICS, siempre he desarrollado mi carrera profesional en el ámbito de la Supply Chain, tanto en grandes multinacionales, Amazon, Procter & Gamble o Goodyear, como en empresas españolas como Ediciones SM. Cofundador de Citius Logistics y otras empresas dedicadas a prestar servicios de consultoría y logística en el apasionante sector del comercio electrónico. Tenemos el privilegio de vivir y protagonizar una época de grandes cambios económicos y sociales reinventándonos día a día y haciendo de la logística uno de los grandes valores añadidos del comercio electrónico.

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